Capítulo 17

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Dirkie Boo: "Hay Personas que no merecen sonrisas falsas..."

Sonrei inconsciente, dejé mi ordenador encendido y salí de mi cuarto ya estaba agobiada de tanto encierro, camine en dirección a la casa de Haed estaba un poco emocionada, golpee la puerta de su hogar rápidamente abrieron.

-Haed, podrías pasarme a Canelo porfavor? -susurre.

Solo calló, se adentro y en unos minutos llegó con mi perro en las manos, aún que no lo crean, lo extrañé. Tomé la pequeña mascota para largarme, no sin antes dedicarle una sonrisa sincera a Haed, me dirigí a una tienda de mascotas a comprar cosas con el dinero que ahorro, mamá siempre me manda dinero para comida y realmente no suelo ocuparlo, salí de la tienda de feliz, mi bolso estaba lleno de cosas para el pequeño cachorro.

Le puse la correa y comencé a correr, quemar grasa no me haria mal, además a Canelo igual le haría bien. Siento que he engordado, pero no lo sé, quizá no. Entré a casa, dejé la puerta abierta, saqué el shampoo y colonia de perros, salí al patio, encendi la manguera y empecé a bañarlo, estaba muy sucio con una gran sonrisa vertia colonia en su ahora suave pelaje. Unas manos apretaron mi trasero, mi frágil cuerpo brinco del susto, me voltee para encontrarme con mi peor enemigo.

¡Samuels!

Canelo estaba en el sótano, Mark lo habia encerrado para que no "interrumpiera", lloraba y raspaba la puerta con sus patitas, pero cuanto deseaba que mi pequeña mascota me salvase.

Se paro en frente de mi, Samuels.

-¿Qué pasaría si tuviéramos un hijo? -guardé silencio, cada vez más aterrada- Deberíamos de crear uno, ¿No?

Palideci de golpe, comenzo a besar mi cuello, escalofríos recorrían todo mi cuerpo, lo hacía tan delicadamente, tanto que confundía, concentrada en alejarlo. Lo golpeaba en su pecho y el ni se removió, un dolor punzante me dejó quieta de golpe.

- ¡Alejate hijo de puta! -lloriquie- ni siquiera hago bien esto, ¡ve con alguna prostituta!

-Estoy con una, Cariño.

Mierda me habia jodido, él tenia razón lo era, con tan solo el hecho de no luchar para que me suelte ya lo era. Escuche los ladridos de Canelo al segundo después ya estaba rasguñando la puerta, pero mi pequeño perro no podia hacer nada en absoluto.

Caminaba hacia la farmacia a comprar toallas sanitarias por asegurarme, no solía bajarme ya que el poco consumo de comida me cortaba el periodo, lo hacía irregular, llegué y sin más vueltas me fui al pasillo "femenino" en el cual se encontraban cosas de depilación, cremas, mascarillas y esas cosas, tomé la toalla que me pareció más cómoda, hojas de afeitar de doble filo, había oferta, tengo que aprovechar. Caminé hacía la caja de pago y mientras la señorita atendia veia los productos detras de ella, observé los condones, claramente me asuste.

- ¿Algo más señorita? - dijo la agradable señora.

-Tres pruebas de embarazo de distintas marcas, por favor. - ella solo asintió.

Sali de aquella tienda sonriendo, la mujer me dio una charla de como cuidar un hijo tan joven, que si no estaba embarazada me cuidara, que lo conveniente es usar condón por las enfermedades se transmisión sexual, una gran charla que mamá nunca me dio. Miré mi móvil, eran las 12:00 PM, caminé un poco más rápido, ya que es peligroso estar en calles tan oscuras y solas, sentí pasos rápidos detrás, me asusté e intenté mirar por el rabillo del ojo, era imposible, no logró distinguir ni lo más mínimo, agarré la bolsa más fuerte, mis manos sudaban, el sujeto está cada vez más cerca de mi. Paso un chico relativamente joven adelantando mi pasó, estúpida y paranoica Jude. Sólo era una persona caminando al igual que yo.

Llegue a mi casa y me encerre en el baño, lei las instrucciones e hice las pruebas, mis manos están sudando de una manera inimaginable, los nervios están a flor de piel y sólo falta un minuto para ver los resultados.

Capítulo editado.

JudeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora