Capítulo 23

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He dejado el colegio con casi cuatro meses, estaba realmente harta de que todos se burlaban de mi abdomen que comenzaba a sobresalir, crecía demasiado rápido.. Tras casi cuatro meses de estar haciendo prácticamente nada en mi casa, tengo tiempo para hacer lo que yo quiero y planear cosas para el bebé, me tiene bastante emocionada. Con el pasar de los meses el lazo con mi hijo crece inimaginablemente.

No me encuentro del todo bien, pero lo intento, trato de no sentir tristeza y distraerme, para el bebé no es bueno sentir desánimo, investigue demasiado en internet, todas las emociones son trasmitidas al feto.

Por otro lado, Mark no sabe nada. En el colegio siempre intenté evitarlo... si le respondía algo sólo lo hacía de espalda y me iba.

La casa lastimosamente se siente muy sola, si antes no había alegría en este lugar, ahora no existe en lo más mínimo.

Siento algo de culpa con mi alimentación, a pesar de que está controlada y busco todo lo que mi cuerpo necesita para nutrirse, recurrí al hospital, fui con una nutricionista y le explique mis desordenes a la hora de comer, la joven era bastante simpática y acogedora, me entendió a la perfección y me hizo pautas de que comer en el transcurso del embarazo. El ejercicio es uno de los pasatiempos que más me gusta, ahora tengo algo de músculo, todo debido a que como mejor, las proteínas me conservan tonificada... luego de una baja grande de peso es probable que tu cuerpo sea una gelatina. Mi cuerpo ha cambiado, no me percaté de lo delgada que estaba hasta que fui a una terapia, la psiquiatra marco mi silueta en un papel y me ayudó a comer más, incluso, me acompañaba a comer. Me topé con unas excelentes profesionales.

Un día hablando con Ariel, mi amigo cibernético, tocamos el tema de Dirk, este sujeto me dijo: "Dirkie es un buen nombre para el niño." Me fascinó la idea a decir verdad.

En fin, amarre mi pelo y lo afirme con un lazo, había cambiado mi aspecto. Hice tratamientos para que mi pelo creciera más y lo tinture, decidí delinear mis ojos, sí, nueva Jude, cambio mínimo si lo pienso... pero notorio. Pasaba por el lado de personas con rostro conocidos y no se percataban de que era yo y no mentiré, aveces me sentía hasta bonita. Revisé en mi mochila si traía conmigo la tarjeta de mamá (así es, decidí usarla) y mi cuenta de ahorro.

A paso relajado me dirigí hacía una tiendita de cosméticos en busca de cosas para Dirkie, al llegar opté por comprar pañales y talco. Intento ser rigurosa gastando el dinero, ya que no lo puedo gastar todo.

Al pasar por la caja, vi un pequeño cartel que decía "Se necesita trabajador".

-Disculpe, ¿Aún hay cupo y de qué se trata?. -levanto mi mentón, aclaré mi garganta- Me refiero a el trabajo... -mi voz sonó madura, punto a mi favor.

-Lo siento... ya no señorita.

Sólo emití un agudo: "Ajá", volteé y choqué con una dura espalda, Ouch mi pancita. Miré a el personaje culpable de tener una espalda como tronco. Ahí estaba Bill volteando y mirándome con su mirada fija en cara.

-¿Estás bien, linda? -Mi corazón está peligrando por salir de mi pecho.

Solo asentí y le di la espalda, tomado rumbo a mi hogar.


Capitulo editado.

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