Rainbow🌈

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🌈

Together

Changsha, China.

—Quiero otro de esto. —Dijo con voz lenta y suave, en un ingles realmente perfecto.

Su cabeza se mantenía recostada en la barra, mientras esperaba a que el barman le diera su pedido. Sus ojos pesaban y le gritaban que se fuera a su casa a dormir, al fin y al cabo al día siguiente tenía su vuelo a Corea a las diez de la mañana y si de algo estaba seguro era que pasaban más de la media noche.

—Aquí tiene. —Escuchó la voz del barman, y a pesar de saber que el tipo estaba a unos centímetros, escuchaba su voz demasiado lejos.

Levantó su cabeza y le sonrió, o eso trató, al hombre que lo había atendido, este sólo lo miró de manera escéptica y se dispuso a atender a otra persona. Miró el gran vaso con licor enfrente suyo y dirigió su mano hacia este.

La única razón por la que no se había ido de aquel lugar, era por que aún no estaba lo suficientemente bebido como para hacer una estupidez y de esa manera dejar de pensar en él.

¿Cómo había terminado en Changsha?, simple. Un mes después de la partida de Taehyung, se enteró por boca de Namjoon, que se había enterado por Jin y que él se había enterado por Kyuhyun, que él se había ido para China, ¿A qué?, nadie se lo dijo.

Ese día había mandado todo a la mierda, su vida social, su trabajo, todo. Compró un boleto de avión, y abordó el primero que se dirigiera para dicha ciudad. Debía recuperar a Taehyung. Ese había sido su pensamiento antes de llegar a China.

Lo buscó por todos los lugares posibles, cafeterías, edificios, hoteles, estaciones de tren, bancos, parques, iglesias, lavanderías y muchos otros lugares. Nunca lo halló. Fue entonces cuando el pánico lo invadió haciéndole creer que le pudo haber sucedido algo.

Una semana después, renegado a irse del país, esperanzado de algún día toparse a Taehyung, decidió vivir allí. Ni hablar de todo lo que tuvo que hacer para establecerse en el lugar de manera permanente, había llegado al punto de que no quería regresar a Corea.

Ahora, ocho meses después de ello, había decidido regresar. Al fin estaba pensando con la cabeza fría, ya no podía seguir torturándose de esa manera y seguir una pista que ya no era válida. Había ido detrás de Taehyung, había querido recuperarlo, pero no lo logró. No reaccionó a tiempo y es consciente que todo lo que está sufriendo es únicamente a causa suya.

Si el destino le tenía preparado un castigo eterno, entonces no se iba a negar, pero si se iba a oponer para que sea el destino quien lo castigue y no él mismo. Estaba seguro que de no ser por aquel regaño mental, quizá, se habría tirado de un puente. Sí, era un dramático y exagerado de primera.

Tomó la bebida que estaba en el gran vaso, y cerró los ojos un poco cuando una de las luces le dio en ellos. Estaba tan sumido en sus pensamientos que ni siquiera recordaba el estruendoso sonido de la música.

Recordó esos momentos en los que se la había pasado encerrado en su habitación por días, a penas si se levantaba para saciar sus necesidades básicas. También aquellas pesadillas que se repetían en su mente por noches seguidas. Recordó llorar a mares cuando la sonrisa de ese entonces cabello de color azul aparecía en su mente.

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