Y e l l o w

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Joy

Sus ojos se sentían pesados y sus mejillas entumecidas, no recordaba realmente lo que había sucedido la noche anterior, pero de lo que sí estaba seguro es que habría estado llorando por Hoseok.

Se removió entre las sabanas y aunque quisiera, no se le hizo extraño cuando sintió su lado derecho vacío. Quiso levantarse pero el fuerte dolor en su cabeza se lo impidió, ¿Qué había sucedido ayer?

Escuchó la puerta abrirse y por ella entró Hoseok con una bandeja en sus manos, su corazón latió con ímpetu al ver lo que estaba allí. Hoseok le había llevado el desayuno a la cama.

—¿Cómo te sientes? —Preguntó mientras se acercaba.

—Me duele la cabeza y siento mi cuerpo pesado, ¿Qué pasó ayer? —Cuestionó antes de bostezar.

—Luego de ir a cine, empezó a llover muy fuerte y no quisiste ponerte mi chaqueta por más que te insistí. Enfermaste, debes dejar de ser tan cascarrabias Tae. —Reprendió colocando la bandeja sobre los muslos contrarios.

Taehyung sintió sus mejillas calentarse de la vergüenza virando sus ojos hacia la ventana; los rayos del sol lograban filtrarse por las cortinas, eso lo hizo cuestionarse la hora, debía entrar a la universidad a las nueve y treinta, además ese día definitivamente no podía faltar.

Miró a Hoseok haciendo que sus mejillas aumentaran su color, el mayor no dejaba de mirarlo y eso lo hacía sentir tímido, pues siempre se había sentido pequeño ante aquellos hermosos ojos oscuros que tanto le gustaban.

—Uh, ¿Q-qué hora es? —Preguntó en un murmullo.

—Las diez y cuarto. —Contestó mientras sonreía.

Hoseok no entendía muy bien lo que le estaba sucediendo, últimamente se había estado alejando del menor por ir a fiestas o, incluso, por pasar algunas tardes y noches con Sooyoung. Había dejado en segundo lugar a Taehyung.

Había estado tan ciego que ni siquiera notó lo estúpido de su comportamiento, había faltado a la principal promesa que le hizo al menor, «amarlo como nunca nadie», tanto así, que dudaba en amarlo realmente, pero a pesar de ello estaba seguro de algo, y es que no quería ver a su novio en los brazos de otra persona.

—¡¿Qué?! —El grito de Taehyung logró sacarlo de sus pensamientos haciendo que volviera su vista a sus ojos.

—¿Qué su-...

—¡Oh no, mis clases empezaron hace cuarenta y cinco minutos! —Exclamó con el pánico invadiendo su voz. —El señor Cho cumplirá su amenaza y me va a repro... ¡El examen!

Taehyung estaba muerto. Literalmente.

Ese día, ese bendito día tenía clase a primera hora con el licenciado Cho, uno de los maestros más severos de toda su carrera, él no admitía un retraso o una excusa, ni siquiera médica, o bueno, sólo en el caso que el informe dijera que tenía una enfermedad que ponía su estado delicado o que le diagnosticaran al estudiante una terminal, de lo contrario, ninguna. El señor Cho definitivamente era de temer.

La primera vez que faltó a su clase fue cuando a penas estaba iniciando, no sabía dónde quedaba su salón, y al hombre no le importó que fuese nuevo. Y la segunda había sido cuando se resfrío, tanto, que tuvo que quedarse por dos días en cama, lo bueno fue que al día siguiente de ese no tenía clase con él, oh y claro, él hombre no terminó su clase sin antes decirle que una falla más y estaría acabado.

Ahora lo estaba. Y más por que debía presentar su examen final.

—Cariño, ¿Por qué lloras? —Escuchó la voz suave de Hoseok haciendo que su corazón diese un vuelco, su novio estaba preocupado por él, aunque bueno, ¿Eso no lo hacen los novios? Por supuesto que dudaba que lo hicieran en la situación en la que se encontraba su relación.

Rainbow🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora