Para cuando KiHyun despertó, estaba en su habitual cama de paja, con sus sábanas remendadas y el brillo del amanecer colándose por su ventana. HyunWoo siempre lo devolvía a casa una vez que se hubiese quedado dormido, KiHyun nunca deseaba dormirse pero su resistencia flaqueaba, sus ojos se cerraban y su respiración se volvía calmada. Solo entonces el vampiro lo devolvía a la cabaña donde vivía.
Al humano siempre le había costado dormir bien en su cabaña pues cuando era solo un infante vio como una cabaña cercana ardió en llamas hasta consumirse debido a que la mayoría de los techos de aquél pueblo estaban hechos por paja seca y ramas que podrían encenderse a la mínima llama, para luego no apagarse hasta que todo estuviese consumido.
Salió de la cama siendo llevado hasta la cocina por el aroma del desayuno que su madre preparaba, se enjuagó la boca antes de tomar asiento al lado de su padre quién tenía la mirada perdida en algún punto de la mesa. KiHyun no lo interrumpió, estaba pensativo, debía ser algo de relevancia. Después de su desayuno, su madre lo envió a repartir las verduras a las cocinas de los albañiles quiénes siempre ordenaban una buena cantidad de mercancía, así que como una muestra de amabilidad; llevaban el pedido a domicilio.
KiHyun cargó la carretilla con todo lo que le habían ordenado; zanahorias, papas, nabos, ajo, cebollas, cebollín y muchas más. La cosecha había sido buena, incluso las nuevas semillas que habían comprado a mercaderes nacieron en el campo fértil y bien cuidado. KiHyun se aseguró de atar bien sus zapatos antes de comenzar su recorrido, era un tramo largo pues su lugar de entrega se hallaba al lado contrario del pueblo pero poco le importaba; su condición era buena, su determinación a ser un buen trabajador lo era más. Quería ser un hijo ejemplar para sus padres, además le hacía bien sentirse útil para su pequeña familia.
Comió bien en casa pero para cuando debió cruzar el mercado, su estómago pareció ser de doble tamaño. Vio las grandes y jugosas frutas siendo ofrecidas por sus respectivos dueños, algunos con acentos extranjeros que a KiHyun le gustaba escuchar y catalogar. Podría decirse que conocía los acentos de poblados cercanos pero algunos que venían de muchos más lejos, despertaban su intriga y deseaba escucharlos más pero eso debía esperar; tenía trabajo que hacer. El aroma del pan recién hecho y pasteles recién horneados le hicieron agua la boca, se odiaba por ser tan glotón. Sin embargo, si recibía algunas monedas como propina solo entonces podría comprarse, al menos, un pastelillo de limón.
El solo pensamiento lo incentivó, entre más rápido llegase al lugar; más estima le tendrían, lo que aumentaría las probabilidades de recibir propina. Caminó más rápido, ignoró las peticiones de juegos de algunos conocidos que se cruzaba por el camino pero igualmente los saludó como siempre, incluyendo al par de ancianas que vendían leche de vaca y cabra al final del mercado. Todos los fines de mes recibía pan con crema o mantequilla de su parte, ya que KiHyun siempre las ayudaba en lo que podía.
Cuando hubo cruzado el pueblo hasta llegar a la gran y larga morada donde los albañiles del pueblo vivían, la señora de uno de estos le esperaba sentada en el porche, en una mecedora de madera que crujía en cada movimiento. Se levantó al verlo, no sin algo de pereza. Mientras se acercaba a él revisaba que su monedero de piel contuviese la cantidad apropiada de monedas para el pago. KiHyun fue descargando las verduras en las cestas que esperaban colgadas en la cerca mientras ella contaba las monedas.
Verificó la cantidad y recibió el pago de la señora cuyo cabello comenzaba a teñirse de blanco dándole un aspecto más maduro aunque su rostro por sí solo, lucía bastante conservado. Agradeció a KiHyun con toda la educación y buena gana que la tierna mujer guardaba en el corazón. Le dio una mirada severa cuando dejó caer en su palma unas pocas monedas de más.
—No te lo gastes en licor! Sé un niño bueno —le había dicho tras entregarle el dinero.
—Lo prometo, señora Kim —respondió él, reprimiendo una sonrisa.
Bebió un poco de leche endulzada con miel antes de hacer su recorrido de vuelta, no estaba cansado pero el sudor le mojaba las sienes pegándole el cabello a la piel.
Mientras caminaba, vio un grupo de personas reunidas frente a lo que parecía ser un templo. Una estructura que prometedora, aún estaba en construcción, solo era un mero esqueleto pero había una gran cruz en la cúspide pero él no sabía qué significaba eso.
Había un hombre, vestido con una túnica marrón. Se veía bien vestido pero tenía un aspecto un tanto extraño, KiHyun nunca había visto algo así. Quizá porque la ruta que había tomado era un poco diferente. Se acercó por curiosidad, quería saber que decía. No entendía mucho, prácticamente nada, escuchó repetir muchas veces «Cristo», «pecados» y algo sobre «evangelios» pero KiHyun no tenía ni la más mínima idea de lo que aquello significaba.
Se encogió de hombros antes de volver la mirada hacia su camino «Seguro que es un loquito, como ése que dice que habla con las ardillas» pensó, con la imagen de aquél hombre extraño y desaliñado que dormía en la plaza, cubierto con una frazada vieja y remendada.
Pero se detuvo en seco cuando lo escuchó hablar sobre los «seres fríos», él sabía a lo que se referiría. Escuchó términos que KiHyun no entendía «diabólicos», «mortíferos», «sagaces», no entendía ni una sola palabra pero por sus expresiones sabía que no podía ser nada bueno. Según lo que entendió KiHyun, alguien llamado Jesús y otro Cristo, derramaría algo para salvarlos.
«¿Cómo nos salvará el tal Jesús derramando su... ¿su qué? ¡Absurdo!» así que solo siguió caminando. Debía llegar a casa pronto para darle el dinero a su madre, entonces ella iría a comprar víveres y demás cosas a la plaza del mercado.
KiHyun se compró una tarta de arándanos con su propina porque se acabaron las de limón. Sus mejillas se mancharon cuando la comió. Seguía pensando en las palabras de aquél peculiar hombre pero aún no entendía, ni un poco de lo que había dicho pero, sabía que esos seres no eran malos.
HyunWoo era uno de ellos, pero no era malo ni cruel. Era educado, elocuente, muy capaz. Se descubrió a sí mismo con las orejas y mejillas tibias al pensar en él, junto a un cosquilleo en su estómago. Con una sonrisa en los labios continuó sus labores, preguntándose a dónde lo llevaría HyunWoo esa noche.
ESTÁS LEYENDO
Into The Darkness | ShowKi |
Fanfiction"Amarte fue mi más preciado error." ──────⊹⊱✫⊰⊹────── #46 en «Edad Media» 22/05/20 ⚠️PROHIBIDA SU COPIA Y/O ADAPTACIÓN SIN EL PREVIO CONSENTIMIENTO DE LA AUTORA⚠️ ↳ Historia Gay. ↳ Son HyunWoo x Yoo KiHyun (Monsta X) ¡Disfruten su lectura!