IV: The Book

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Estaba sentado en la tierra, con la mirada perdida sin ver en algún punto lejano, allá donde las montañas se unían con la tierra. Su mente divagaba, eludiendo el problema que llevaba sobre la espalda, el peso lo aplastaba algunos días más que otros.

Disfrutó de la vista, de como el sol lentamente comenzaba a salir. Los colores eran hermosos, el valle, las cordilleras y los prados comenzaban a iluminarse. Los animales nocturnos emprendían hacia sus hogares mientras que los diurnos despertaban con las primeras luces del alba. El sonido de los pájaros era música para sus oídos, el crujir de las ramas y el silbido del viento. Había deseado quedarse más, ver como los colores en el firmamento se transformaban a una gama cada vez más cálida y llena de vida. Observar como los rayos del sol buscarían su camino entre las nubes pero... Eso significaría su propio fin.

La ubicación de la edificación donde residía carecía de un abundante toque del sol pero aún así debía resguardarse dentro de las lúgubres paredes de dicho sitio para evitar cualquier tipo de inconveniente. HyunWoo se levantó de su lugar, sacudió sus pantalones y lentamente caminó al imponente castillo al que llamaba su hogar. Cerró la puerta detrás de él, sabiendo que como siempre, era el último en volver.

Al darse la vuelta se encontró con la elegante y delgada figura de su hermano menor, vestido con terciopelo negro, totalmente impecable. Caminaba con un libro en su mano izquierda, con la derecha movía una pequeña moneda de oro jugando con ella entre sus dedos.

—Te vas a incinerar un día de estos —reprochó MinHyuk, sin levantar la mirada del viejo libro cuyo encuadernado lucía endeble y antiguo, las páginas amarillentas con puntas roídas por distintos bichos que las consumían en la gran biblioteca que poseían; el lugar favorito de MinHyuk.

—Quizás —murmuró, no pensaba demasiado en ello y él era cuidadoso, a pesar de que su hermano lo creyese un imprudente de primera.

—¿Cuándo dejarás de hacerlo? —preguntó MinHyuk, tras ver como su hermano llevaba intenciones de abandonar la estancia avanzando hasta la escalera.

—¿Hacer qué? —cuestionó, apretando los dientes, tenso ante la pregunta pues conocía la dirección en la que había sido lanzada.

—No te hagas el inocente —MinHyuk levantó la mirada hacia él, con una expresión severa, más de lo que a HyunWoo le hubiese gustado—. Ése humano ¿hasta cuando piensas ir por allí con él?

El fino rostro de MinHyuk, usualmente amable y sereno se tornó llenó de dureza y molestia. De haber tenido sangre propia corriendo por sus venas, que obedeciera los instintos naturales del cuerpo humano, entonces estaría toda acumulada en sus mejillas. HyunWoo respiró hondo a pesar de que sus pulmones habían dejado de exigir aire hacia muchos años atrás.

—No lo entiendes, MinHyuk... Él no es como los demás, él es diferente —alegó, pero lo cierto es que conocía cuánta verdad había en sus palabras y eso MinHyuk lo sabía.

—Es lo que todos dicen —reprochó el más delgado, cerró el libro colocando la moneda antes de hacerlo para conservar la página por la que su mente viajaba.

Levantó el libro permitiendo que HyunWoo leyese el título «Vampiros y Humanos: Tentativa y Mortífera». El mayor de ambos lo miró sin ninguna expresión en específico, tan solo en silencio, sin mover un solo músculo.

—¿Y sabes lo que ha pasado? de una forma u otra, alguno de los dos ha terminado muerto —habló MinHyuk, dando un par de pasos hacia HyunWoo pero esta vez con un semblante preocupado.

MinHyuk había pasado los últimos meses buscando lecturas que le ayudaran a solucionar la situación de HyunWoo que el catalogaba como «peligrosa y mortífera relación amorosa con un humano» pero en cada libro que citaba, las cosas eran peores o no servían de nada. Estaban aquellas historias con un desenlace lleno de vida y amor pero en un giro abrupto alguna de las partes perdía la vida, otras en las que desde el inicio la relación estaba destinada al fracaso junto a pocas que parecían burlar el cruel destino pero también terminaban en una tragedia.

—Sabes que él no es como los demás, no para mí. Conoces eso bien —recriminó.

—Sé que es tu «destinată om» pero con más razón deberías terminar todo esto y hacer lo que un vampiro debe hacer —afeó—. Eres un depredador por naturaleza, él es tu presa, tal como lo sería un antílope para el león ¿por qué es tan difícil de entender?

HyunWoo tragó como reflejo, sintiéndose repentinamente oprimido por el peso invisible en su espalda. Clavó la mirada en su hermano a unos escasos pasos de él.

—No quiero ser un monstruo —dijo, con un tono suave, aterciopelado como el característico de él.

—No lo eres, tú no eres un humano. No importa cuánto te parezcas, ni que lo hayas sido hace cientos de años. Eres una criatura que solo comparte sus rasgos físicos, no debes sentirte así por la naturaleza que se te ha dado —MinHyuk sonaba más amigable pero igual de severo que antes, HyunWoo rememoró momentos con su familia, con su padre antes de su involuntaria conversión.

—Es que... —empezó a decir, pero MinHyuk levantó la mano, dándole un fin a la conversación.

—Negar lo que eres, no cambiará absolutamente nada.

MinHyuk caminó escaleras arriba con la mandíbula apretada, ciñendo el agarre en su libro y con pasos rápidos, pero al estar al final de las escaleras se detuvo. Fijó su mirada en HyunWoo una vez más, levantó el libro para luego moverlo de un lado a otro, enseñándolo y resaltándolo.

—Yo escribiré tu historia.

HyunWoo guardó silencio con la mirada carente de emoción. MinHyuk no dijo nada más, pero la furia que refulgía en sus ojos era lo único que HyunWoo necesitó para saber con claridad cuáles serían sus palabras, si las hubiese pronunciado. El más delgado despareció por el pasillo del segundo piso, con toda la gracia que algún ente podía reunir, combinando con la elegancia del lugar.

Por otro lado, HyunWoo suspiró abatido. Se dijo a sí mismo que era hora de dormir, así podría ausentarse, abandonar los pensamientos que le martirizaban desde que conoció a aquél niño humano en la oscuridad del bosque.

A paso lento y grácil caminó por los pasillos pobremente iluminados por la luz del sol que se colaba a través de la cortinas, su visión preparada para la oscuridad le permitía desplazarse con total facilidad. Empujó la puerta de su recámara, que cedió con un fantasmal chirrido.

La habitación contaba con mobiliario antiguo pero conservado, habían cuadros adornando los muros. Retratos antiguos colgados en las paredes altas de piedra, de él mismo, de sus padres, de su hermano menor, habían sido pintados cuando todos seguía con vida. Ahora solo adornaban la lúgubre habitación dándole un toque tétrico y melancólico, cubiertos por telas de arañas que HyunWoo algunas veces limpiaba pero últimamente no había encontrado disposición para mucho.

Se dejó caer en el mullido colchón de plumas de su cama con dosel transparente, rasgado y polvoriento. La habitación era fría, pero a él no lo molestaba en lo más mínimo. La chimenea de la habitación no había sido encendida desde hacia muchos años atrás, cuando se sentaba frente al fuego, sintiendo su calor, aparentando que lo necesitaba, queriendo sentirse un poco más humano pero había abandonado la práctica tras varios sermones de MinHyuk quien le recordaba que no era ni sería un humano nunca más, que debía aceptarlo o la herida que con tanto empeño se haría, no dejaría de profundizarse.

Cerró los ojos, resignado y respiró hondo repitiéndose que MinHyuk tenía razón. Muy a su pesar, él la tenía. Pero si había algo de lo que HyunWoo estaba seguro era de que nunca podría dañar a KiHyun, no podía hacerle daño, no podía consumir su sangre hasta matarlo.

¿Cómo estaba tan seguro de ello?
Más de una vez lo había intentado.

Algo dentro de él le decía que su desenlace tendría el mismo final profetizado por MinHyuk pero no quería creerlo, porque él jamás le haría daño y KiHyun no podía herirlo tampoco ¿entonces como llegarían a esa situación?

Esa mañana se quedó dormido con una sonrisa en los labios, pensando que las cosas saldrían bien para ellos y MinHyuk tendría que escribir una historia muy distinta a la que imaginaba, obligado por sus propias palabras.

Into The Darkness | ShowKi |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora