El color carmesí

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Randy, de tan solo quince años, esquivo otro ataque proveniente de sus actuales enemigos. Los estudiantes alrededor miraban asombrados los movimientos del joven ninja. Se movía con una agilidad sobrehumana mientras protegía a todos. La bufanda color sangre se movía por el aire, siendo perfectamente maniobrada, tomando a los seres por sus piernas y enviándolos lejos de los estudiantes. Las ovaciones no se hacían esperar por todo la entrada de la secundaría. A pesar de parecer genial a la vista de casi todos, el shinobi se estaba enfureciendo. Ese maldito roedor no parecía debilitarse, no paraba de hacer una ofensiva total y más encima de todo Cunningham no tenía ni la más mínima idea de como vencer a ese ser. Aun así, algo se le pasaba por la cabeza, pero le parecía asqueroso el tan solo pensarlo. 

—¡No vas a salir de esta! —gritó, mientras comenzaba a hacer unos signos de manos, creando una réplica de sí mismo—. Bunshin, flanco izquierdo.

Ambas sombras corrieron por el campo, mientras que sacaban dos kunai de algún lugar de su traje. El dúo, que se encontraba en cada flanco, se encarnizaron en una pelea que la rata apenas podía manejar siendo una. Siendo dos parecía que lograrían someter a la rata. Al menos eso parecía. El bicho apenas podía bloquear los cuchillos con sus largas garras. 

—¡Bunshin, es hora!.

—Entendido, jefe.

Los dos shinobi se alejaron y enrollaron sus brazos para intentar golpear al roedor, con la idea de noquearlo. Corrieron a vertiginosamente hacía su enemigo, pero fueron embestidos por otra rata troqueada. Salieron rodando, y el recién surgido adversario se tumbó en el verdadero Randy. En ese momento Cunningham logró ver detenidamente a esos demonios. Ojos saltones, dientes peligrosamente filosos, incisivos gigantes. Su pelaje era largo y sucio. La baba se escurría de la boca de esas ratas mientras se acercaba a la cabeza del muchacho.

—¡Cambio! —gritó repentinamente, a la par que la rata intento morderlo. Ese Randy desapareció en humo, revelando ser el clon. El verdadero Cunningham estaba arriba del roedor.

Antes de que Randy pudiese golpearlo con su Kunai, el asqueroso ser giró su cuerpo de forma antinatural y golpeo al shinobi. Este salió disparado hacía la ventana de la escuela, rompiéndola  y rodando por todo el suelo.

—¡Maldición! —se quejó, mientras se levantaba del suelo adolorido. Por suerte no parecía haber tenido heridas mucho más severa que un buen moretón—. No quiero recurrir a eso, pero si esto sigue así no me quedará otra.

Corrió de vuelta a la entrada de su secundaría, mientras hacía unos signos de mano. Al llegar, saltó de la ventana y gritó—. ¡Taju Bunshin! 

Los veinte clones se desplegaron por el campo. La mayoría fueron a llevarse a los estudiantes que aún estaban en el campo de batalla. Mientras eso pasaba, el verdadero Randy y un pequeño grupo de unas cinco copias fueron a pelear. Los clones fueron rápidamente reducidos ya que se estaban enfocando en proteger a las personas de los alrededores, y el Cunningham original estaba severamente cansado por la cantidad de energía que había utilizado en sus técnicas. Mientras intentaba defenderse de las dos ratas, bloqueando sus erráticas pero poderosas y rápidas garras, perdió el equilibrio y una de ellas se abalanzo a el. Comenzó a forcejear, mientras intentaba evitar que lo mordiesen. 

De repente, escuchó un grito algo lejano. Arremetió golpeando a la rata en la nariz y incrustandole un Kunai en el ojo lo más profundo que pudo. Empujo a la rata lejos de el y sin dudarlo comenzó a hacer unos signos de manos muy velozmente.

—¡Air Fist! —el viento comenzó a arremolinarse en su brazo, formando un puño. Los ojos del ninja se volvieron fríos como el hielo, y sin dudarlo dos veces atravesó a su enemigo con su puño de aire. La presión del aire hizo que la rata explotase, liberando el contenido de su organismo por todo la entrada de la secundaria. Eso dejo congelados a todos ya que ninguno de los adolescentes, no importa lo adulterados que pudiesen llegar a estar a su edad, había visto tanta sangre, intestinos y órganos en general. Fue un shock general, el cual Randy aprovecho y sin dar tiempo a la duda, volvió a crear una docena de clones los cuales fueron directamente a buscar el origen del grito junto con el original. Entre tanto caos, nadie se dio cuenta que la otra rata se había ido hace ya severos minutos. 

Los Cunningham corrieron por los alrededores de la escuela, sin saber el origen del grito. Por fortuna, al haber doce podrían fácilmente peinar hasta encontrar a esa rata, que se le había escapado y la que presuntamente había atacado a alguien. No podía permitirse perder a alguien y el sabía perfectamente que no solo esa rata podría matar a alguien, si no que también podría desencadenar en gente siendo troqueada y provocando aún más problemas.

Pero mientras todo eso sucedía en la superficie, las profundidades eran otra historia. Las catacumbas de El Hechicero estaban llenas de gas verde. Este era la magia oscura del perturbado ser que vivía allí. El gas se extendía por todos los rincones. Sin embargo, el lugar era silencioso. Por lo menos hasta que un crujido resonó por el lugar.

—Eso es mi pequeña, sabes que tengo hambre y no lo hago por maldad, ¿no? —habló el ser de ojos vacíos mientras que aplastaba un ratón con sus propias manos—. Espero que lo entiendas. Sin embargo, voy a necesitar más de ustedes para el banquete para cuando llegue mi enamorada y me saque estos horribles, jodidos y desagradables grilletes.

El Hechicero tomó otro ratón y lo miro. El animal chillo de miedo, y casi sin dudarlo escalofriante ser se lo metió en la boca y se lo trago vivo. Con sus brazos comenzó a mover el gas de la habitación, mientras recitaba algo.

—Sám zev anu adama im a rev emetimrep y, salbeinit sal ed ojepse, im etna ecerapa.

Un espejo se formó frente a el, y desde allí una sonrisa siniestra se formó ante el. Era un día de agasajo. 

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N/A: ¡Buenas tardes!. Espero que hayan pasado un buen San Valentin, sea solo, con una pareja o con amigos. Ahora, yendo al grano, espero que hayan disfrutado del capitulo. No se bien que dirección quiero darle a esta historia, así que no estoy al cien por ciento convencido con este capitulo, pero creo que es aceptable. Sin más que decir, nos vemos.

Randy Cunningham: Ninja SolitarioWhere stories live. Discover now