Randy Cunningham: Ninja Solitario

En acción

El ninja rodó por el suelo, justo antes de esquivar otro golpe del monstruo. No sabía como vencerlo, pero no debía desesperarse. Su cabeza estaba fría como el hielo y centrada como un tirador entrenado. 

Lo primero que se le ocurrió (y lo más obvio) era matarlo usando su Katana, que por cierto, no sabía usar. Pero se percato de que esa cosa tenía el traje de la banda de la escuela. Eso derivó dos opciones: O había alumnos infiltrados o había sido transformado de alguna manera.

Su primer día como ninja y ya tenía que pasar por cosas difíciles ¡Ni siquiera sabía como lidiar con esos bichos!

- ¿Que podría hacer? -Pensó para si mismo en voz alta, mientras se movía ágil para evitar los golpes- ¡Bingo! 

¡El NinjaNomicon! Esa era la respuesta

Necesitaba ganar tiempo, por lo que improvisando sus movimientos se deslizo por las piernas del monstruo. Lo sujeto con su bufanda y lo lanzó por la ventana la cual terminó destrozada.

Sin pensarlo corrió hacía un casillero y se encerró en el para sacar el Nomicon.

- Es momento de darme una respuesta, sensei - 

De inmediato fue transportado al interior del libro. Tanteo sus alrededores y se percató de que estaba en el pequeño arroyó en donde el libro le había dicho que era el ninja.

- Supongo que tengo que buscar las respuestas por aquí... 

Caminó hacía el bosque, que no era muy denso. Más bien tenía distintos prados encerrados entre la arboleda.

Y escuchó unos lobos. Miró de done venían los sonidos y notó a una pequeña manada cazando un ciervo.

"Los clanes trabajan juntos, en armonía para buscar un objetivo común" -Las letras comenzaron a formarse enfrente de Randy, mientras este veía la escena de los lobos.

"Pero, en cuanto lo consiguen..." -Dos lobos se abalanzaron al pobre venado. Y cuando lo mataron, uno de ellos ataco a su pareja para quedarse con la carne para el solo- "Solo una cosa es necesaria para cambiarlos"

El ninja fue devuelto a la realidad luego de leer esas palabras. Salió disparado del casillero mientras su mente procesaba a mil por hora la información dada por el libro.

- Una cosa... -Pensó- ¿Algo que quiere lo pude cambiar? 

Vio al monstruo, y corrió hacía con la intención de cortar la ropa de la banda. Eso podría ser. Sacó un Kunai y se lo lanzó, dándole sin querer al triangulo que estaba escondido en el bolsillo de la bestia. 

Esta desapareció en un humo verdoso-negro que se disperso. Pero Randy se mantuvo en guardia esperando otro ataque, que no llego. Mas bien hubo un grito muy agudo en donde debería estar la amenaza.

- ¿¡Que pasó!? 

Cunningham suspiro. La tensión había pasado. Ahora solo tendría que desaparecer sin llamar la atención y buscar respuestas en el Nomicon.

- ¡Bomba de humo! -Gritó antes salir del lugar sin ser visto ni halagado. El no quería eso.  

Apareció nuevamente en el baño. Sacándose la mascara salió para ver como todos los alumnos y profesores salían de sus escondites ahora que todo era seguro.

Su pelo emo se acomodo, y caminó sin ser prácticamente notado por nadie hasta su casillero. Se metió allí y abrió el NinjaNomicon...

Mientras tanto, fuera del casillero

¿Donde esta el Ninja? 

Esa pregunta era la que invadía la mente de todos. Era el primer ataque de monstruo en ese año, más sin embargo el Ninja siempre se presentaba luego de una batalla. O para revisar a los civiles y ver que si estaban seguros, o para presumir su victoria. 

Esta vez solo unos pocos afortunados los habían visto al comienzo de la batalla, donde desvió a la bestia del caminó de un para de estudiantes.

¿Que podría haber pasado?

- Esto es una basura, amigo -Se quejó Bash Jonhson, pateando un tacho de la basura- ¡No pude ver al ninja! 

- Ya cálmate Bash, lo veremos la próxima vez. ¡Y cuando eso pase estará en vivo! -Hablo entusiasmada Heidi Weinerman

Howard Weinerman se hecho un gas antes de hablar a su hermana- Ah si, ¿que pasa? 

- ¡Que asco! 

Bash no pudo hacer nada más que reír por eso- Eres un buen tipo Donald -Contestó, mientras  se secaba una lagrima del ojo. 

- Me llamó Howard...

Estos tres sujetos podrían ser considerados los populares, y en contraste, enemigos de Randy en su trayecto escolar. Aunque en realidad el les daba algo de miedo por su recurrente apatía, se encargaban de molestarlo cuando podían. Más sin embargo Howard estaba en ese grupo debido a querer salvarse de los abusos que podrían causarle si fuese "un perdedor" como Cunningham.

Bash era un chico como el típico cliché de deportista abusivo. Tiene el pelo marrón peinado en un topee hacía arriba. Lleva una camiseta gris con el logo de un puño dorado en la parte delantera, una camisa blanca de manga larga debajo, vaqueros azules y zapatillas de tenis blancas con rayas rojas.

Heidi, la hermana mayor de Howard, tiene el pelo naranja de longitud media y ojos azules. Su ropa incluye una blusa beige con cuello rojo. También lleva una falda roja y medias blancas con zapatos rojos. 

El último sería Howard. Este es algo obeso. Tiene el pelo naranja como su hermana y casi siempre lleva una camiseta con un calamar.

Con Randy

- No lo entiendo sensei -Habló Randy, mientras bajaba su tasa de te- ¿Como se supone que debo luchar con los monstruos? ¿Como es que aparecen? ¿Porque en esta secundaría?

El ninja que estaba enfrente suspiro- Todo tiene que ir a su tiempo Randy. Pero, más sin embargo, es mejor explicarte ahora el porque de las bestias

Una energía malvada se encuentra sellada por tu escuela. Esta usa los sentimientos negativos de los humanos para transformarlos en su estado 'podrido'. Pero no maldice a la persona si no a la propiedad más preciada de esta. Por eso hay que destruir la obsesión.

- Creo que lo entiendo... -Contestó algo pensativo- ¿¡Pero eso que tiene que ver con mi secundaría!? ¿¡Quien controla esa energía!?

- El tiempo tiene todas las respuestas, Randy. Debes madurar un poco más antes de recibir esa información -El shinobi chasqueo los dedos- Nos vemos, joven Cunningham

Y con eso, el peli-violeta fue devuelto a su casillero. Aun llenó de dudas sobre el pasado y el futuro. 

En el Nomicon, el maestro comenzó a meditar- Tiene potencial. -Miró al arroyó que fluía tranquilamente- Solo espero que no se vuelva corrupto, como todos.