— ¡Vamos a otro sitio!, al cine o algo — decía Minhee, mi compañera de habitación y amiga — Siempre estás metida en esa cafetería, se te olvida que existo.
— Me gusta leer allí — Me excusé.
— No, a ti te gusta el barista de cabello castaño, que es algo diferente — Dijo señalándome a lo que yo no pude evitar sonrojarme.
— Él es lindo
— Háblale, pregunta su nombre al menos.
— Al parecer se llama Jackson, ayer la gerente lo regañó por conversar conmigo y le dijo así.
— Intenta hablar con él, quiero sobrinos.
— Creo que estas exagerando un poco bastante — Le digo riendo — Pero en fin, me voy, ¿vienes?.
— Dejémoslo para otro día, voy a intentar estudiar — Dijo haciendo un gesto de despedida, obviamente yo sabía que no iba a hacer eso, probablemente se quedaría todo el día viendo televisión.
Me dirigí a la tienda sintiéndome algo ansiosa, que tonta soy; hoy hacía buen clima por lo que me sentí tranquila al salir de casa sin un abrigo o algo así.
Entré y me senté en mi mesa, como de costumbre; él estaba detrás del mostrador atendiendo a lo que parecía ser una pareja, estaban vestidos iguales, que lindo. Él giró su cabeza y me atrapó mirándolo, yo quité mi vista rápidamente mientras sentía el color correr a mis mejillas, al terminar con lo que hacía se acercó a mí.
— Buenas tardes, ¿estás lista para ordenar? — Preguntó.
— Quiero un mocaccino y un trozo de ese pastel de fresas que está por allá — Dije entusiasmada señalando el mostrador donde se encontraba el exquisito manjar.
— Enseguida estará listo su pedido — Dijo mirándome a los ojos y riendo un poco por mi actitud.
Es tan hermoso que creo que voy a morir, se fue y yo me quedé jugando un poco con mi celular, hoy no había traído ningún libro, sólo quería venir y despejar un poco mi mente.
Levanté mi mirada y lo observé trabajar, se me hacía muy tierna la manera en la que siempre le sonreía a todos y la dedicación que le ponía a lo que hacía. Se acercó y dejó mi pedido en la mesa con bastante delicadeza.
— Gracias — Le dije sonriendo cosa a la que el correspondió.
Al pasar un rato, terminé con mi café y me acerqué a la caja para pagar.
— Al parecer hoy no pediste lo mismo de siempre — Dijo mientras me miraba.
— Quise probar algo diferente — Dije sonriendo.
— A veces es bueno salir de la rutina — Dijo y yo asentí — ¿Cuál es tu nombre?.
— Soy ______, ¿el tuyo?.
— Soy Jackson. — Dijo.
— Un placer, Jackson.
— El placer es mío, linda _______ — Dijo sonriendo mientras yo literalmente me moría por dentro.
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