—Mi cabeza...
Alexander se levantó de la silla, tenía un fuerte dolor de cabeza por la posición en la que se había quedado dormido. Lo último que recordó fue ver a Laurens sentado frente a él y escuchar su voz, exactamente no escuchó lo que habia dicho antes de caer dormido, el recuerdo era muy borroso.
Miró por la ventana un momento dejando que los pocos rayos de luz que entraban le dieran en su rostro. Seguramente no pasaban las siete de la mañana y tenía tiempo para preparase e ir al congreso.
Salió de la oficina y fue a su habitación por ropa. Hoy tenía una junta en el gabinete y quería verse lo más presentable.
Abrió la puerta silenciosamente para no despertar a Eliza. Se quedó en el marco de la puerta por un momento para observarla.
Su respiración era tranquila y parecía no tener ningún tipo de problemas rondando en su mente. Estaba en un sueño muy profundo y dudaba que despertara.
¿Desde cuándo no compartían la misma cama? Extrañaba abrazarla, darle el beso de buenas noches y al despertar decirle cuánto la amaba. Le rompía un poquito más el corazón que tuviera que pasar ella por esas cosas, tener que soportar su deshonestidad.
Sacudió levemente la cabeza, no era momento de pensar en esas cosas y hacer un tipo de locura.
Se dirigió a su armario y sacó ropa limpia. Cuando la tuvo volteó un momento para mirar nuevamente a su esposa, ella no tenía que pasar por ningún mal rato.
Se acercó y le dio un beso en la mejilla, susurrando un "lo siento" antes de entrar al baño y darse una ducha.
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Cuando llegó al Congreso se dirigió directamente a su oficina, seguía siendo muy temprano y aún no llegaban todos sus compañeros de trabajo. Eso era perfecto, pues aún tenía tiempo para repasar cada punto de sus argumentos antes de que empezara la junta, cada paso era importante para que saliera muy bien.
No tenía a nadie tocando la puerta, ni a un molesto Jefferson invadiendo su espacio personal o un estresante Burr diciéndole que hablara menos y sonriera más.
Sacó unos cuantos papeles del cajón de su escritorio y empezó a leer cada párrafo detenidamente. No era tan complicado, ¿verdad?.
Al volver a leer los documentos empezaba a arrepentirse. Eso provocaría perder a un buen amigo que estuvo con él desde el principio apoyándolo, aunque fuera tres años menor que él era el más maduro de todos.
Él iba a entenderlo o al menos eso esperaba pero no podían meterse en más conflictos cuando su propio país estaba pasando por situaciones complicadas.
Suspiró dejando los papeles a un lado cuando escuchó que tocaban la puerta y murmullos se escuchaban por el pasillo. No había vuelta atrás.
—Buenos días, Alexander. Es necesaria tu presencia en el gabinete.–Washington abrió la puerta—Jefferson ya se encuentra ahí.
—Claro señor, estaré ahí en un momento.–El caribeño se levantó de su silla y sonrió—Nos vemos ahí.
—¿Te encuentras bien?.–Cerró la puerta y se acercó al pelirrojo—Te veo un poco preocupado, si quieres podemos dejar esto para otro día y puedes ir a casa...
—No, estoy bien, solo algo estresado por todo esto. No son fáciles estas discusiones.
—Entiendo pero de verdad, podemos dejar esto para otro día hijo.
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Rescue Me || Lams [EDITANDO]
FanfictionHamilton sabía muy bien que el silencio de una persona se compraba, no se regalaba. Ese era el problema, el silencio lo estaba consumiendo. ¿Qué pasaría si John Laurens aún estuviese vivo antes de haber cometido tal estupidez? «-John, gracias a Di...