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Desnudos mientras el agua caliente cae sobre sus excitados cuerpos, Fer tiene al tembloroso Unai entre sus brazos, mientras le deja dócil con los ardientes besos que tanto parecen gustarle, le enjabona el cuerpo, tratando de dejarlo bien limpio, con cuidado introduce uno de los dedos en la estrechez, Unai gime y se aferra con más fuerza, tiembla ante la sorprendente sensación.

-Unai ¿te duele? es solo un dedo.

-No, no duele, es raro...ahhhhhhh... ¿qué fue eso?

-Metí otro dedo más. Ven mejor nos secamos y vamos a la cama.

Fer consciente de lo borracho que está Unai, ni siquiera la ducha le dejo sobrio. Lo conduce al dormitorio para que se acueste.

-Buenas noches, descansa.

- ¿Qué? no te vayas.

-Estás muy borracho, debes descansar.

-No quiero, quiero más, me gustan tus besos, quiero más besos.

-Unai, soy un hombre adulto, no puedo estar besando por horas sin hacer otra cosa, necesito sexo.

-Pues tengamos sexo.

-Estás borracho, te repito no quiero tus acusaciones mañana.

Unai molesto le agarra del brazo y lo empuja haciendo que caiga en la cama. Hacía tiempo que no se sentía tan bien, no se había dado cuenta lo que extrañaba acariciar y ser acariciado, los besos, la intimidad, Fer le estaba dando mucho placer y quería todo, nunca había pensado tener sexo con otro hombre, pero ahora mismo deseaba todo lo que ese hermoso hombre pudiera darle.

Su boca descendió y su lengua fue acariciando, lamiendo y saboreando. Chupó y succionó los pezones oscuros que se endurecieron por su ataque, con sorpresa sintió que algo más abajo, algo duro se rozaba con su culo, bajó la vista encontrándose con la enorme dureza, temblaba de deseo tanto como la suya.

-Fer, fóllame, dame todo el placer que puedas, ¿no dices que soy tuyo? demuéstralo.

-Estás loco, mañana te arrepentirás.

-Ambos estamos muy duros, me deseas tanto como yo a ti. Te lo estoy pidiendo, soy el responsable de todo lo que pase esta noche.

Fer le abrazó para ponerlo bajo de él en la cama. Su boca comenzó a juguetear con todo el hermoso cuerpo de su secretario, aunque le hacía hacer ejercicio no estaba tan duro y fuerte como él, solo un tanto marcado.

Emocionado viendo como Unai reacciona a sus caricias, busca condones para poder preparar su retaguardia, hace una nota mental para comprar lubricante para otro día, abre el paquete y mientras hace que su boca devore la polla de Unai, sus dedos vuelven a trabajar en su intención de aflojar el estrecho anillo.

-Joder Fer...ahhhhhhhhh...que bien la chupas...ahhhhhhhhh...me corro, aparta.

Sonriendo le ayuda a correrse, no ha tenido que estar mucho para proporcionarle el primer orgasmo, está muy borracho para aguantar sin correrse. Siente que se cierra al ser consciente de sus tres dedos así que sabiendo lo que le gustan sus besos, vuelve a besar a un Unai que parece derretirse con cada ataque que le hace.

-Unai, ¿cómo estás?

-Bien, me gustan tus besos. Te quiero ya, entra en mí, estoy preparado, necesito tenerte más dentro.

- ¿Lo dices en serio?

- ¿Por qué dudas?

-Porque nunca has estado con un hombre, ahora de repente me das tu cuerpo, me preocupa.

-Te deseo y te exijo que me des satisfacción, hazme tuyo ya, joder haz que me corra.

Retira los dedos con cuidado y tras rasgar otro paquete de condones se lo coloca, bajo la atenta mirada de Unai comienza a penetrarlo, siente como se contrae, le besa de nuevo, se relaja en segundos mientras le acaricia y besa, va penetrando poco a poco, siente como se va abriendo y aceptando su dureza hasta entrar del todo.

-Estoy totalmente dentro de ti. ¿Cómo te sientes?

-Tan bien, es una sensación tan rara, espera no te muevas aún, deja que me acostumbre.

Se besan mientras Fer lucha para mantener sus caderas quietas, Unai le abraza y acaricia enloqueciendo su deseo, no sabe cuánto podrá aguantar sin moverse.

-Fer, muévete ya, dame todo el placer que puedas ...ummmmmmm...sí así, que bien te mueves.

Fer le eleva las piernas mientras empuja y embiste en las profundidades de ese cuerpo, busca el punto de placer y cuando le oye gritar mientras sus uñas se clavan en su espalda, es consciente que lo encontró, satisfecho penetra sin parar observa fascinado la cara tan pasional de su pareja, no puede creerse lo sexy y lujurioso de ese pequeño y gruñón hombre que es su secretario. El alcohol le ha convertido en alguien muy distinto a como es normalmente.

Unai le abraza y besa, mueve las caderas buscando que la penetración sea más y más profunda, gime con la voz más erótica que Fer nunca había escuchado, se siente orgulloso del placer que está proporcionando.

-Unai, deja que te folle desde atrás. -Satisfecho ve como este obedece colocándose a cuatro. -Joder que vista tan increíble, eres el mejor.

Agarra sus caderas mientras le embiste hasta que Unai grita y se corre, Fer satisfecho y próximo al orgasmo le muerde la nuca mientras empuja y golpea la próstata del pequeño. Siente como el canal se estrecha por el orgasmo producido y siente como ese canal le ordeña hasta agotarlo.

Se separa con cuidado y tras quitarse el condón abraza a Unai, que satisfecho le besa por toda la cara, el cuello y sonríe satisfecho.

-Lo has hecho muy bien, vamos a dormir estoy tan cansado.

- ¿Estas bien, te duele algo?

-Estoy muy bien, fue maravilloso. Durmamos.

Le besa dejando que sus lenguas se entrelacen, cuando van a acostarse, Fer ve las sábanas sucias por los dos y la verdad que no le aparece dormir en una cama manchada.

-Ven Unai, mejor durmamos en mi dormitorio, la cama está limpia.

-No me hagas caminar. -Unai está demasiado agotado.

-Te llevo. -Coge a Unai en brazos, los dos desnudos se acuestan en la cama y Fer se encarga de arroparlos y apagar las luces. -Buenas noches, hasta mañana.

- ¿Ya estas contento?

- ¿A qué te refieres?

-Fui tuyo, eres el primero, ¿no te preocupaba?

-No es que me preocupara y no estoy totalmente satisfecho, pero sí lo suficiente. Durmamos.

Continúa>>>

El jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora