11

6K 448 67
                                    

-Despierta de una vez, Unai. Venga, tenemos que hablar.

- ¿Dónde estamos? - Se despierta en un gran sillón en una sala enorme.

-Estas en mi casa, terminemos la conversación que teníamos en la fiesta.

-Creo que fui claro, no tienes permitido follar con otros.

-Así son las cosas, de acuerdo, necesito sexo. Vamos a mi dormitorio, necesito desfogarme. -Replica Fer con frialdad.

Unai, sorprendido es sujetado por la muñeca y arrastrado a un gran dormitorio, la enorme cama reina en el espacio, es un dormitorio amplio con dos mesitas de noche, dos butacones y dos puertas que llevan a un armario y la otra a un gran baño.

-Ese es el baño, ve a ducharte, te dejaré una toalla y unas zapatillas.

- ¿Qué?

-Estas sudado y hueles a alcohol, también te daré un cepillo de dientes. Date prisa quiero acabar cuanto antes.

Asustado sin saber que hacer, Unai obedece, tras asearse y cepillarse los dientes, vuelve al dormitorio, Fer le echa un vistazo y le deja para ir a refrescarse. Sobre la cama hay un bote de lubricante y una caja de condones, se empieza a sentir mal, de los nervios.

- ¿A qué esperas?

- ¿Perdona?

-Te deje el lubricante, lo has visto, por qué no estas preparado.

- ¿Qué?

-Vamos a follar, toma afloja tu interior, o la meto así, sin más.

-No...yo...bueno.

-Bien, espera pondré el ambiente más íntimo. -Fer apaga la luz del techo y enciende la de una de las mesitas, el ambiente se hizo más acogedor, tras esto, Fer arrastra una de las butacas y se sienta mirando a donde estaba Unai. -Empieza, estoy cansado, quiero que acabemos rápido.

Asustado y triste Unai toma el lubricante, no se siente muy seguro, lo expande sobre sus dedos y comienza a introducir un dedo, no siente placer, mira a Fer, pero su fría mirada le hace daño, sus ojos se anegaron en lágrimas y para de hacer todo eso.

-No puedo, yo no puedo hacer esto. No es lo que quiero.

-Dijiste que querías follar.

-Pero no así, quiero lo que hacíamos antes. Echo de menos lo de antes.

Fer se levanta y se acerca a Unai. Le abraza y acaricia la espalda, siente como tiembla por los fuertes sollozos que le sacuden.

-Unai, esto es follar, lo de antes era otra cosa, había sentimientos. -Fer se siente herido al oírlo llorar. -No quieres eso entre nosotros, es lo que dijiste.

-Lo sé, pero me equivoqué. No quiero verte con Rubén ni con ningún otro. Me duele.

-Dime que quieres.

-Quiero que seas mío, solo mío. -Unai le mira a los ojos, la ceja de Fer se eleva como esperando más información. Maldito sea, le va a hacer decir todo. -Sal conmigo, sé mi novio.

- ¿Tanto te costó? -Fer feliz comienza a besar su cara, le limpia las lágrimas con sus besos. -Eres muy terco. No permitiré que seas frío conmigo, ven vamos a preparar ese hermoso culo para que me acepte.

-Bésame, Fer bésame ya.

-Yo también te eché de menos, tanto. Puedes ser muy cruel. Haré lo que desees, dime Unai, que deseas.

Unai le miró sorprendido, acaba de darse cuenta, es él quien tiene el poder en la relación, siempre pensando que era él quien estaba atado al meñique de Fer, pero ahora es consciente que Fer es el que está en su poder, sonríe satisfecho, se acomoda en el regazo de Fer y le abraza.

El jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora