QUIERO SER YO ᴢᴏꜱᴀɴ

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¿Que trae consigo el declararse abiertamente homosexual? En gran parte, la libertad de ser quien realmente eres pero con ello los típicos comentarios, miradas y burlas que recibes al ser gay. Algo que puede verse normal en un mundo cotidiano y habitual, en cierta parte, se encontraba aliviado por haber dicho la verdad a todo el mundo, sabia de sobra que todo esto tendría una repercusión en su carrera, en su vida y en sus relaciones. ¿Por qué no podría seguir todo como regularmente era?

Nada de lo que vive ahora mismo Roronoa Zoro es normal, tenía una idea realista de lo que sería su vida después de declararse homosexual, pero esto era un exceso, los chismes, comentarios y burlas eran cada vez más, el recibir el típico comentario "No concurso contigo, no te vayas a enamorar de mí" lo tenía fastidiado, el que fuese homosexual, no significaba que se enamore de cada hombre que vea.

¿Por qué actuar diferente? Tenían un poco de razón, tal vez sea común el no saber cómo comportarse frente a una persona homosexual, pero mierda, tampoco era para tanto. Hasta cierto punto, todo era pasable, soportable y hasta usual, pero dios, al menos podrían disimular un poco su incomodidad, tal vez, sí, los demás competidores eran pasables según su punto de vista, pero solo eso.

No eran nada más que una cara bonita y sonrisa encantadora, eran huecos como el típico prototipo de rubia con cuerpo envidiable, sonrisa encantadora, ojos grandes, pero huecas, nada de criterio propio, sin emociones de promedio, nada, solo la fachada y ya, un prototipo de chica perfecta que la propia sociedad crea, muchas de ellas son fascinantes, pero ese es un tema aparte. Tampoco era como si Zoro se creyese el mejor hombre del mundo, pero carajo, al menos tenía algo que dar, sabia de cocina, decoración, historia, política, arte y demás.

No esperaba al típico chico inteligente que te asombra con cada conversación y que se sabe de memoria datos que en tu vida habías escuchado o que pensaste aprender, pero al menos esperaba una conversación profunda y no solo de temas triviales como deportes, televisión y entrenamientos, como era su caso. Habían pasado al menos dos años, y en todo ese tiempo, nadie lleno sus expectativas, no eran tan rigurosas ni complicadas, tampoco pedía un KEN en bandeja de plata con chocolates y un moño de adorno.

Solo pedía alguien que tratase de ser interesante a pesar de no serlo, que amara lo que hace con todo su ser, que sus ojos brillasen con cada nuevo hallazgo aunque fuese arriesgado, que lo enfrentara y que le restregara en la cara lo bueno que es, que le dijera que era mil veces mejor que Zoro pero que sobre todo, que no tuviera dudas, que poseyera una confianza como nadie ni que decir de una autoestima estable, alguien como...

La única compañía con la que contaba era la de Law y su entrenador, su familia había roto cualquier lazo con él, por no decir que incluso el apellido fue causa de una demanda. - El apellido Roronoa se merece respeto y admiración, no burlas y comentarios de ese tipo. Roronoa solo lo posee aquel que llena de prestigio su vida. No un asqueroso homosexual que le gusta estar de... - Sobra decir todo lo que dijeron sobre él.

Pero lo que más le incomodaba era ser emparejado con personas que tan solo conocía por su nombre, Don Quijote Doflamingo*, multimillonario empresario de una de las más famosas empresas farmacéuticas, además de tener conexiones en lo que se conoce como el bajo mundo, Kaku* otro asombroso espadachín con el cual hace poco se enfrentó, decir que las ganas de acabar por completo al contrincante eran pocas sería mentir, incluso con su propio maestro*, aquel que lo único que hace es recordarle la realidad y el propósito de sus acciones, ni que decir de Luffy* o Law*.

- Necesitas concentrarte y dejar todo eso de lado - Escucho una voz a su lado que le hizo volver su atención al frente - No son nada más que comentarios de gente con mente cerrada - Una toalla cayó sobre su cabeza, cubriéndole gran parte del rostro - Ve y vuelve a renacer, Zoro.