Los golpes en la puerta y los gritos de Luzu despertaron a Rubius que se encontraba abrazado a Vegetta en el sofá, al percatarse de esto recordó los besos que se dieron la noche anterior, sonrió sonrojado.
"Rabis, ábreme" el grito inundó los oídos de éste, y se levantó rápidamente, cuidando no despertar al otro. Al abrir la puerta, la luz del sol, el viento y el
mareo provocado por su rápida reacción al llamado de su amigo generaron que el vino que consumió la anoche anterior saliera en forma de vómito sobre la hierba que tenía afuera de su casa alimentando así a las flores y animales como pájaros que lo aprovecharon.
- Madre mía, ¿a dónde y con quién fuiste anoche? - rió
- Estuve aquí con Vegetta...
- ¿Y? - cuestionaba en voz baja, mientras caminaban hacia el salón donde se encontraba el otro.
- Nos hemos besado - contestó rápido, de forma casi inaudible, pero el oído de Luzu era muy bueno, y una sonrisa hermosa y llena de emoción se adueñó de la cara de ambos chicos. - varias veces.
Las risas de los chicos, que parecían niños chiquitos, despertaron a Vegetta, que intentó levantarse, para dejarse caer de nuevo de manera inmediata. Rubén corrió a su lado para asegurar que estuviera bien.
- La cabeza me va a explotar, tío. - puso una mano en el hombro de su amigo que estaba arrodillado a su lado, y con la otra se tapaba los ojos para evitar la luz. Rubius se sentía en las nubes con ese pequeño contacto, no podía borrar aquella sonrisa de su rostro, pero era demasiado bueno para ser cierto. - ¿en qué momento bebimos tanto? No recuerdo nada.
- ¿Nada?
Luzu fue el único testigo de la transición por la que pasó el rostro de su amigo, de una sonrisa enorme y unos ojos con el brillo propio de cuando ves a aquel a quien amas, a un gesto de decepción completa. Incluso a él le dolió por sus amigos, también le recordó el día que no se atrevió a besar a Auron. Después de el triste silencio que le devolvió a Rubius todas las dudas e inseguridades que tenía sobre se amor por el de ojos morados, se levantó para ir por agua, y un poco de comida para que se sintiera mejor. Mientras, Luzu se despedía, después de dejarle unas zanahorias de regalo para Juan Carlos, quería asegurarse de que estuviera saludable y hacía eso seguido. Para cuando se fue, Rubius ya tenía a Vegetta acostado en el sillón sin zapatos, con una manta morada que encontró por ahí e intentando mantenerlo hidratado. A pesar de que el olvido de su compañero le dolió, concluyó que era lo mejor, y si quería algo bien con él, tendrían que estar en sus cinco sentidos.
- Rubius, gracias, pero mejor me voy a mi casa, no quiero molestarte - con el trabajo que le costó hablar y el dolor de cabeza que se le notaba hubiera sido inhumano dejarlo ir. Además ninguno de los dos quería eso. Rubén se acercó por atrás y posando una de sus manos en el hombro del mayor, y la otra haciéndole un suave masaje en la cabeza, y aún evitando hacer ruidos fuertes para no molestarle, le susurró.
- Tú te quedarás conmigo hasta que te sientas bien. Y cuando te sientas bien, te quedarás conmigo porque tengo un plan infalible para Luzu y Auron, y tú me vas a ayudar a preparar todo.
El masaje aliviaba un poco el dolor y su dulce voz, tan cerca del oído tenía el poder de aliviarlo de cualquier otro mal. Se relajó, y atento a sus palabras cerró los ojos. Mientras él planeaba también lo que harían con sus amigos.Cuando Luzu se fue de casa de Rubius, volvió a su casa, y desde aquella colina donde planeaba preparar sus propuestas como alcalde, divisó a Auron en su huerto, recogiendo cosechas. Le pareció muy guapo ahí agachado replantando lo que fuera que hubiera agarrado. Se quedó contemplando aquel paisaje tan bello por unos minutos. Y al levantarse, para meterse a su casa, el pelinegro volteó hacia aquella colina, viendo a Luzu. Alzó la mano en señal de saludo. Todo lleno de tierra, con aquel tierno gesto hizo que el corazón de Luzu latiera como loco. Auron se metió, e intentó hacer lo mismo, pero antes de llegar a su puerta, un sonido notificando un mensaje lo interrumpió.
- Qué guapo te ves hoy, ¿qué harás al rato?
- Vegetta tiene una resaca impresionante. Le llevaré algo para la cabeza. Aunque, no sé si Rabis me quiera ahí metido, haciendo mal tercio.
- Hombre, yo creo que Rubius lo puede controlar y tendrá una aspirina o algo que darle. Mejor vente conmigo.
- Vale, en un rato voy.
- Te espero, guapo.

ESTÁS LEYENDO
¡Discord, zorra!
FanfictionAuron y Luzu, los dos más shippeados en todo Karmaland, todo habitante del pueblo sabe que son la pareja ideal, ellos lo sabrán pronto.