8. Consulta

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Las siguientes semanas fueron muy rutinarias; a Fargan y Willy se les veía poco por el pueblo y actuando siempre de manera sospechosa, los aldeanos rumoraban que pasaban las tardes bajo tierra, trabajando algo que suponían ilegal justo debajo del cartel con el nombre del pueblo, Alexby constantemente iba a visitar a sus amigos y estuvo incrementando la seguridad de su casa, Mangel y Lolito vivían su romance abiertamente, se les veía seguido tomados de la mano paseando por ahí, pero donde más tiempo pasaban, como si vivieran juntos ya, era dentro de casa de Mangel, donde nadie podía más que especular lo que estarían haciendo, Vegetta por su parte, avanzaba cada vez más con su enorme mansión, aquella majestuosa isla en el cielo le estaba llevando mucho más trabajo y recursos de los que se imaginó, pero sus compañeros iban a ayudarle cada que podían, en especial Luzu y Rubius, éste último pasaba casi todo su tiempo en la iglesia y en el psicólogo, Karmaland es un pueblo cuya religión no implicaba ir a una iglesia, por lo que esta era en realidad una pérdida de espacio, hasta que decidió adoptarla y convertirse en el "cura", un cura muy poco convencional, igual, confesó a un par de personas y jamás volvieron, Luzu preparando su campaña, pegando carteles por todos lados, sumergido en la idea de beneficiar y cuidar a su querido pueblo, Auron ultimaba detalles en su casa y sus servicios psicológicos fueron bastante solicitados, Lolito, Luzu y Rubius sus mejores clientes. Las sesiones con Lolito eran duras para ambos, había mucho trabajo por hacer con él pero la mejoría era notable día a día, poco quedaba ya de aquel hombre sospechoso de haber sido el responsable de una masacre de aldeanos; las de Luzu eran completamente diferentes, en su mayoría eran más una plática entre amigos que una consulta en realidad, y con el otro, Auron mordió el anzuelo completamente, Rubén iba a contarle que tenía conflictos porque no sabía cómo confesarle sus sentimientos a una persona, que le daba miedo lo que sentía y por quién lo sentía; todo esto no era del todo mentira, las sesiones les servían a ambos, por un lado, el "cura" recibía ayuda con el asunto de Vegetta, que lo tenía un poco deprimido, y por el otro, al psicólogo en un futuro se le meterían poquito a poquito estas mismas inseguridades respecto a cierto amigo suyo.
Esta era la primera parte del plan que aquella tarde de resaca habían trazado Samuel y Rubén, fue un plan a largo plazo, bien detallado, y desde ese día lo pusieron en marcha. Y éste era el trabajo de Rubius nada más, mientras él se intentaba meter, vaya ironía, psicológicamente con Raúl, Vegetta más atrevido, le metía a uno la idea del otro, procuraba mencionar a Luzu siempre que podía cuando hablaba con Auron, cómo lo ayudaba siempre con su casa, lo bien que cuida a los animales, lo noble y tierno que es. Por supuesto Luzu, aunque no sabía exactamente cuál era el plan, también tenía su parte, él se ocupaba de invitar a salir al otro cuantas veces pudiera, por lo mismo iba a consulta, para pasar tiempo con él, cosa que le encantaba.
Un día, terminando una de estas sesiones, el castaño se disponía a pagarle por esa y por sus siguientes cinco visitas, pero Raúl le interrumpió.
- Tío, siéntate otra vez por favor.
- ¿Qué pasa? - se notaba confusión en su cara.
- ¿Qué te perturba?
- ¿A qué te refieres?
- Hombre, es que al psicólogo suele venir gente que bueno, está deprimida, o está muy enojada, no sé, a mí me parece que tú en realidad no lo necesitas. - el rostro ruborizado de su cliente lo miraba fijamente, saber que sus nervios eran evidentes lo ponía aún más nervioso, no sabía qué contestarle, y ante este silencio, el pelinegro continuó. - Eres una persona bondadosa, que no se mete en líos, y siempre tienes una sonrisa que dar al mundo.
- Muchas gracias, esas palabras... eso más de lo que podría pedir, la verdad. - la honestidad y serenidad que consiguió darle a su voz, le transfirió aquellos nervios de antes al contrario.
- Es-Es lo que dice la gente...- aclaró su garganta - por eso mismo te pregunto, ¿qué haces aquí?
- Auron, yo... me siento muy a gusto hablando contigo, además vienen las elecciones pronto, es más por prevención.
El contacto visual que mantenían era intenso. Pero el profesionalismo del psicólogo no le permitía decirle lo que pensaba, que también se sentía a gusto y que, de hecho, le encantaba que lo fuera a ver, y por esto mismo, se sintió obligado a decir lo siguiente.
- Pienso que no debería atenderte más, al menos no tan frecuente. Quizás podemos agendar algo para poco antes de las elecciones.
Luzu sabía que le diría algo así pronto, y entendía que no era ético que le pagara por ir a platicar como amigos y menos porque estaba completamente enamorado de él. Esto lo hizo pensar que tal vez jamás podría decírselo, pues su reacción podría estar fuertemente influenciada por la relación doctor-paciente que han tenido. Asintió y le pagó solo lo de ese día, pero justo antes de salir, sintió el agarre de la mano del menor.
- Oye, pero ¿te parece si en lugar de las consultas salimos a hacer algo?
- Me encantaría - sonrió viendo aquellos ojos que lo volvían loco.
Bajaron a la casa y comieron juntos, mientras comentaban alegremente los rumores que recorrieron el pueblo esas semanas.

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