Las salidas juntos se volvieron más frecuentes, justo como dijeron. Se juntaban para comer, o se iban de compras, salían a pasear a caballo por los alrededores del pueblo, incluso juntos iban a visitar a sus vecinos. Y una de sus actividades favoritas era pescar juntos, la cantidad de cosas curiosas que uno puede conseguir de las aguas de Karmaland es una maravilla que disfrutaban explorar. Pero hubo uno de estos días de pesca que sobresalió del resto.
Se quedaron de ver por la tarde, para que pudieran contemplar el atardecer juntos, en medio del lago donde pescarían. Y así, cuando llegaron al punto de encuentro, se saludaron con un abrazo corto pero lindo, y subieron a su pequeña barca, remaron juntos hasta encontrar un lugar cómodo con vistas hermosas. Ahí Auron recordó que llevaba algo para ambientar, un radio de esos un poco antiguos que funcionaba con pilas, pensando en que, ir a pescar viendo el atardecer tal vez era demasiado romántico para dos amigos, para su mala o buena suerte, al intentar sintonizar las estaciones de Karmaland, se percataron de que estaban demasiado lejos del pueblo ya, y la única estación que se escuchaba bien era la típica de música romántica."No queda más que tú,
no queda más que yo
en este extraño salón,
sin nadie que nos diga dónde, cómo
y cuándo nos besamos."- Joder, Auron. - se rió
- Mejor la quito, tienes razón. - estiró el brazo para apagarlo, un poco avergonzado.
- No, no. Déjalo, está bien."Tenía ganas ya
de pasar junto a ti
unos minutos soñando,
sin un reloj que cuente
las caricias que te voy dando."Sus miradas encontradas, las mejillas del pelinegro rosadas, y una sonrisa que amenazaba con manifestarse en el rostro de Luzu si aquella imagen continuaba más tiempo.
"Juramento de sal y limón,
prometimos querernos los dos."La luz del sol le pegaba de frente, haciendo que éste frunciera el ceño suavemente. Auron se movió de manera que su sombra le cubriera los ojos y el sol no le lastimara.
"Te he echado de menos,
todo este tiempo
he pensado en tu sonrisa
y en tu forma de caminar."El castaño se veía tan guapo que su acompañante no pudo ignorar el hecho por mucho que lo intentara. Solían decírselo a menudo pero esta vez era diferente, sentía nervios de pensar en decírselo. Sentía nervios de solo estar sentado cerca de él.
"Te he echado de menos,
he soñado el momento
de verte aquí a mi lado,
dejándote llevar..."El corazón de los dos chicos latía con tanta fuerza que ambos temían que el otro se diera cuenta, que lograra escucharlo desde la distancia donde se encontraban, ignorando que el otro no podría escuchar, pues estaba preocupado con el mismo pensamiento.
"Quiero que siga así,
tu alma pegada a mí
mientras nos quedamos quietos,
dejando que la piel cumpla
poco a poco todos sus deseos."- E-Entonces... ¿cómo has estado? - tartamudeó intentando terminar con aquel momento que él mismo había creado. Luzu rió al escucharlo
- ¿Pescamos?
- "Hoy no hay nada que hacer, quedémonos aquí, contándonos secretos, diciéndonos bajito que lo nuestro siempre se hará eterno." - cantaba acompañando a la canción de fondo, acabando con la tensión, mientras tiraban su caña hacia el lago para comenzar."Yo te he echado de menos, yo te he echado de menos" cantaban juntos, cómodos. Y después de unas risas continuaron con una conversación bastante amena. El sol se escondía un poco apenas en el horizonte, pero unas nubes augurando lluvia pintaban poco a poco el cielo de gris. En Karmaland era poco usual que lloviera, de hecho, en el tiempo que llevaban viviendo ahí jamás había sucedido, por lo que no le tomaron importancia, pensando que se irían tan pronto como aparecieron. Su música romántica de fondo, los chicos pescando basura y uno que otro pez mientras reían, los colores rosados y anaranjados propios del atardecer que lentamente se tornaban grises, el sol desapareciendo al mismo ritmo; la escena era bella y ellos lo sabían. La cabeza de Raúl no podía sacarse al mayor, sus pestañas y sus labios estaban frente a sus ojos, aunque no los estuviera viendo directamente. Al mismo tiempo se confundía, intentaba sacar estos pensamientos sacudiendo la cabeza, sin resultado alguno. Otra vez, sus ojos... su sonrisa con la que lo ayuda a dejar los nervios de lado...
- Fuck, ¿cómo que está lloviendo, tío? ¿En Karmaland llueve? - interrumpió los pensamientos de su compañero.
- Hostia, pues habrá que volver mientras sigue tranquila.
Remaban veloces, pero la lluvia fue más y estaban ya empapados para cuando llegaron a la orilla. Corrían hacia casa del castaño, pues era la más cercana y necesitaban refugio rápido. Sus pies, cada vez más mojados, hacían casi imposible correr, y la sensación era poco placentera, pero lograron entrar, cerrando bien la puerta detrás suyo.
- Tío, nos vamos a enfermar si nos quedamos así, mojados. Ven, vamos a secarnos, te presto algo.
Sin pensarlo, Auron le siguió a su habitación, donde le dio una toalla, una playera y unos pants. Luzu se quitó la playera y procedió a secarse, un poco inclinado para que el agua que tuviera en el cabello no le escurriera encima. El otro contemplaba nervioso lo que sucedía, hasta que empezó a bajarse el pantalón.
- ¡Luzu! Hombre, tantito pudor.
- Estaba tan metido en mi pensamiento que olvidé que estabas aquí enfrente. Voy al baño, ahora salgo.
Se cambiaron y secaron, pero hacía frío, así que el mayor preparó unos cafés y con una manta cubrió a su amigo, que estaba en su sofá sentado, viendo a Manolo que estaba frente a él, en la misma posición. Se sentó del otro lado, y le dio su café.
- Pero métete aquí conmigo, que hace frío. - levantó la manta con un brazo para que su amigo se acercara, y así lo hizo.
Una vez más, a pocos centímetros uno del otro, solo con Manolo de testigo, el ambiente era perfecto. El del piercing se sentía embriagado por la cercanía y la poca luz que había, miraba fijamente a Luzu, quien volteó después de darle un sorbo a su café, cuyo aroma también jugaba con los sentidos entorpecidos del chico. Tardó poco el otro en sentirse de la misma forma, y, sin pensarlo, acercó su mano retirando un mechón de cabello, ya casi seco, del rostro de Raúl, quién cerró los ojos al contacto, aprovechando para pasar su dedo hacia abajo, por el contorno del mismo, que, al llegar al mentón, volvió a subir pero ahora con toda la mano, dirigiéndose hacia la nuca, donde la dejó descansar, juntó su nariz con la de él, acariciándose suavemente, mientras los ojos del menor se abrieron para ver los contrarios, y después de unos breves segundos, se cerraron juntos lentamente, mientras acababan con la poca distancia entre sus labios.

ESTÁS LEYENDO
¡Discord, zorra!
Fiksi PenggemarAuron y Luzu, los dos más shippeados en todo Karmaland, todo habitante del pueblo sabe que son la pareja ideal, ellos lo sabrán pronto.