Capítulo 06

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Otro cap donde se dan un poco de amor❤️

Narrador

Slim se había levantado furiosa con 810, este había estado mirando y tocando el delicado rostro de la pequeña hembra dormida en sus brazos pero apenas ella había abierto los ojos había luchado contra él para que la dejará. Pero cuándo había puesto un pie en piso sus piernas le fallaron por la forma en que fue montada sólo hace unas horas atrás y cayó duró antes de que él macho pudiera ayudarla ella le bufo y gruño para alejarse a gatas al cuarto de aseo.

- ¡No! -Ya hiciste suficiente- pensó Slim.

810 pudo ver como sus tiernos muslos internos estaban con una gran mancha de sangre seca antes de que ella tratara de encerrarse en el espacio de aseo él fue más veloz y la sostuvo con un brazo en su cintura para llevarla al colchón como si de una cosa se tratara.

Ella no paraba de quejarse y removerse hasta que 810 golpeó su nalga y ella se detuvo gritando de frustración. No sabía que hacer, este macho era tal vez tres veces más ancho que ella y si quería demostrar su dominio ante ella sus intentós de lucha serían en vano.

810 era un bruto.

Sintió que el macho la ponía sobre el colchón de espaldas y abría sus piernas. Rápidamente Slim las cerró y araño su pecho y uno de sus brazos antes de que la aplastara suavemente 1.95 m y 105 kg de puro macho lóbulo y gruñón.

- Quieta... Quiero curar-te... Cuidarte.

¿Cuidar de mi el mismo 810 que me había tomado a la fuerza?

- Nno, - dijo bajito contraste a la gruesa y ronca voz del 810, a su vez trato de mantenér un duelo de miradas pero esos orbes dorados molestos ganaron a los pocos segundos dejándolo hacer. Todo él la hacían estar sumisa y no era agradable.

Después de que ella aparto la mirada 810 se aparto un poco para evaluar los daños. Tenia una mancha en la mejilla que pudo a ver pasado cuando la tumbo en piso cenmetado, no tenía más que esa marca de suciedad sin herida ni hinchazón, juria que se había golpeado muy fuerte en la caída, su lindo cuello tenía su marca fresca aún, esta marca de apareamiento tardaría días en cicatrizar, sus pechos no tenían daño algúno pero su vientre y caderas tenias algunos arañazos casi cicatrizados provocados por él, su sexo aún se encontraba tiernamente hinchado y su aroma dulzón indicaba que su celo continuaba, sus rodilla estaban muy magulladas por la ferocidad con la que la había poseído en el suelo, pero lo que realmente le preocupaba era si la había herido internamente.

Realmente había visto los resultados catastróficos de los machos especies drogados montando a hembras, las dejaban agonizando de dolor. Se rasco la cabeza un segundo preguntandose como una cosa tan chiquita lo había cobijado en su interior, el literalmente partió su coño, lo destrozó contra su voluntad pero ella estaba aquí con secuelas pequeñas en comparación a lo mortal que pudo ser.

Tal vez Slim esa especie superior de la que tanto hablan, ella es tan increíble que es posible. Pensó el macho lobuno antes de acariciar un lado de sus caderas y poco a poco le abrió las piernas para ver el estado de su centro. Sólo podía ver una mancha rojiza expandida por todo su sexo y muslos internos, todo se veía en orden, lentamente bajo su cabeza entre sus piernas y su lengua se azomo para limpiar los rastros de lo que fue un coño virgen.

Ante el primer lenguetazo el cuerpo de la pequeña Slim vibró de gozó y miedo, el macho lamia zonas en ella que la hacían jadear notó que poco a poco la sangre seca desaparece y su tono blanquecino vuelve pero cuando él le devuelve la atención a su capullo hizo que sus jugos la empapen y el deseo de ser tomada por él volviera fieramente, de inmediato las contracciones de sus entrañas dolieron y a la vez lo pidan a él, más no podía dejar que el macho la controla de esta forma, trató pero no podía cerrar las piernas porque los anchos hombros del 810 la abrían más de lo que ella hubiera permitido, puso sus manitas en su cabellera para empujarlo o jalarlo pero cuando intensificó las vibraciones de su lengua en su coño lo acerco más a su centro para poder sentir que moriría de placer.

- N-no...-No pares. -Aaaah-chilló mientras acariciaba el largo cabello de 810.

810 no podía estar más feliz ante su reacción, tal vez ella fuera controlada por su estado de necesidad pero si este era el camino para que ella le quisiera la seduciria y montaria por siempre, o al menos hasta que su celo terminara.

Subió una de sus manos para masajearle un pecho mientras saboreaba la dulzura que le ofrecía su hembra y ella chilló en respuesta, su lengua envolvió su bolita exigente mientras sentia los primeros espasmos y gritos de su adorada compañera, rápidamente él la abraza para calamarla y posiciona su dura polla en el centro de su sexo, a la espera de que ella recupere el aliento.

Él se encuentra muy necesitado y se lo hace saber frotandose contra ella antes de mirarla a los ojos.

- Quiero... necesito... Montarte

Ella simplemente posicionó sus largas piernas en las caderas del macho, no creía resistir estar sobre sus rodillas y asintió deseosa de ser llenada por él, la Slim del futuro se enojara consigo misma, pero esa Slim debía comprender que estaba en celo, era una excusa válida como que 810 era el único macho en ese momento, eso y que le parecía atractivo cuando él no actuaba como bestia salvaje, pero no era hora de pensar, ya que se había decido en darse un gustito y gozaria del grande y venoso miembro de 810 hasta desfallecer.

810 no espero más y se alojó en su apretado interior gruñendo pesadamente en el oído de Slim al mismo tiempo él oía los chillidos y gemidos de placer de su preciosa Slim. Mientras ella más gemia él más duro y rápido la montaba, sus pequeñas manitos cureoseaban por su pecho y abdomen hasta llegar a sus glúteos ella le apretó las nalgas a 810 para que él profundizara sus estocadas ya que no lo podía decir con palabras sus acciones bastaban, el macho intensifico sus sacudidas sobre ella notando que su coñito se contraia dulcemente entorno a su polla, que sus labios forman una perfecta "O" mientras gritaba sin control. Su cabellera se movía tan rápido como los grandes pechos de Slim botan y pedían atención, sus labios atraparon el pezon más cercano y lo torturó hasta que dejó su tono rosa y tomo uno más rojizo, hizo lo mismo con el otro.

Slim, sintió diez veces más placer que la primera vez, todo su cuerpo estaba siendo arrollado por un intenso extasis cuando llegó a su ansiada liberación gritó hasta sentir su garaganta enronquesida, unas pocas embestidas profundas después 810 la acompaño con su singular aullido para después volver a clavarle los dientes en el cuello mientras la llenaba con su semilla. Dolió tanto como la primera vez pero esta vez pudo gozar de algo más intenso que el clímax. Ella estaba completamente abrazada al cuerpo del macho que lamia tiernamente la sangre del cuello de la hembra.

-Lo siento... Antes, no fui 810 Slim, no totalmente, lamen-to, haber obligado a ti a aparearte con-migo.

810 acarició su cabello suave antes de mirarla a los ojos.

-Dijeron que si no... Te montaba, te llevarían de mi... Me drogaron y te herí.

Bajo la mirada apenado, trato de alejarse de ella, probablemente ella necesitaba algo de espacio ahora. Pero su mano cálida acarició su mejilla y su interior salto de alegría cuando ella forzosamente se sento para abrazarce a él emitiendo un suave ronroneo.

La droga de cría. El doctor Michaels le había explicado a Slim la función de esa cosa y que era usada cuando los especies no querían aparearse. Por lo general la droga lastimaba a las hembras y enloquecia violentamente a los machos, tanto que el resultado suele catastrófico en las hembras montadas. Pero 810 se había controlado tanto como su razón le permitió, le había hecho daño, fue infernal en su momento, pero no la había dejado agonizante, él había tratando de hacerla sentir bien a medida que la montaba... Como un compañero cuida a su compañera. Si algo había aprendido del viejo doctor Michaels, era ese sentimiento que él denominaba cariño. 810 le ofrecía un intenso cariño, que no estaba dispuesta a rechazar.

-No... No D-e-ja-r-me.

-Jamás, Slim. Eres mía y yo te pertenezco.

La paz inundó el pecho de 810 abrazo tiernamente a su hembra antes de recostarse con ella encima sobre el colchón, ambos se acariciaron suavemente, Slim lamio los arañazos que le había causado en el pecho y se mimaron hasta quedar dormidos.

¿Porque 810 no habla bien?
Pues viene de Rusia y conoce ambos idiomas, pero el Inglés se dificulta un poco.

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