"Relatos cortos" basados en la tan conocida Rayis y una Rayis Argentina, o Argento.
Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia(?
Esta historia está llena de HUMOR, así que por favor nada de arena.
Advertencia: Ésta cosa llamada histo...
Últimamente las cosas en casa no van del todo bien... Económicamente hablando. Desde que papá se fue a quién sabe donde, nos dejo a mamá y a mi muchísimas deudas por pagar —las cuales surgieron gracias a sus adicciones con las apuestas y el alcohol— por lo que no me queda de otra que trabajar para ayudar a mamá a pagarlas.
Justo ahora estoy volviendo a casa del trabajo, no gano mucho, pero algo es algo.
Pongo la llave de mi humilde casa en la cerradura, abro la puerta y entro, encontrándome con mi mamá llena de lágrimas y unos hombres desconocidos pero para nada confiables esperando por mi en la sala.
— ¿Qué... Qué está pasando? Mamá, ¿por qué lloras?
Los hombres extraños se acercan a mí, me toman de los brazos con fuerza, yo me retuerzo en ellos mientras mi madre ve toda la escena.
— ¡Mamá! ¿Mamá que está pasando? Mamá tengo miedo, ayúdame.
Mamá: — Lo siento hija... Yo no quería, en verdad que no, pero no me quedó otra opción... Tu padre... — Me dijo mientras más lágrimas caían de sus ojos.
Me detuve en seco al escucharla y la mire con suma atención mientras más confusión e incógnitas se formaban.
— ¿De qué estás hablando?¿Acaso mi padre tiene algo que ver en esto?
Mamá: — Si... Él tenía deudas con el jefe de estos hombres y como no tenemos el dinero, tienes que irte con él en forma de pago... Lo lamento tanto.
En ese momento mi mundo vino abajo.
No podía creer que ésto estaba sucediendo.
¿Acaso eso es lo único que valgo?¿Un poco de dinero para alcohol y apuestas?
Mi vista se volvió borrosa, mientras mi cuerpo era arrastrado por esos hombres trajeados, los cuales me meten a un auto y arrancan éste, dejando atrás al que alguna vez fui mi hogar.
— ¿Quién es su jefe?
Xx: — ¿Por qué deberíamos contestar eso, niña? — Dijo el del asiento del copiloto mirándome por el espejo retrovisor.
— Por favor. — Susurre en apenas un hilo de voz.
El hombre suspira y dice:
Xx: — Ashton Irwin.
Rayis argento:
Okey hay problemas de guita en casa así que me puse a buscar laburo por todos lados, pero, no hay chance, nadie me acepta porque ni tiini ixpiriincii libiril.
Ya tuve mi momento de entrar en desesperación por eso, obviamente.
Todavía me pregunto cual es el chiste de buscar laburo si me lo van a negar por no tener experiencia... ¿Si no me dan laburo cómo esperan que tenga la bendita experiencia? Preguntas que no me dejan dormir.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¿Qué puede hacer una pendeja como yo? Bueno, la verdad ni idea, pero si sé que tengo hambre ahre.
Fui a la cocina y busqué algo para picar, con toda la suerte que me encontré unas cuantas empanadas. Las agarre y salí de casa para ver si cambiando un poco los aires se me venía algo que pudiera hacer y que de paso dé ingresos en casa.
Caminé un rato hasta que se me iluminó la lamparita, así que volví corriendo a casa con todo y empanadas. Cuando llegué entré, busqué una hoja, un marcador y una sábana, porque es obvio que si voy a tener un puestito en la calle voy a necesitar una sábana para poner las cosas que voy a vender.
Salí otra vez y fui a una plaza que estaba cerca; una vez ahí puse mi sábana en el piso y dejé las empanadas mientras escribía algo en la hoja. Cuando terminé la puse al lado de las empanadas y dejé que la magia fluya.
Alguien que pasaba por ahí se paró en frente mio y leyó el cartel.
TipoRandom: — ¿Putedas por treinta pe'?¿Es joda? — Dijo mientras me miraba y hacia el esfuerzo para no reírse en mi cara.
— No es joda bro, es algo serio.
TipoRandomX2: — ¿Entonces las empanadas para qué son?
— Son para mí, pero si querés una te la vendo a 60 pe'.
TipoRandomX3: — Me parece bien. Quiero una empanada y una puteada, si no te jode.
— Altokeeee... Como sos mi primer cliente te voy lo voy a dejar en 300 pe', tobogán de piojos.
