23 - Viajes 2.0

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Rayis:

Me encontraba acostada en mi cama, con la vista hacia la ventana de mi habitación en un día de sábado, pensando qué podría hacer para superar este aburrimiento que a cada segundo que pasaba me mataba un poco más.

Ring Ring (?

Mi teléfono sonó desde mi mesa de luz, indicando que me había llegado un mensaje. 

Espero que sea alguna de mis amigas. Pensé.

Tomé el aparatito y, efectivamente, era una de mis amigas, diciendo que estaba yendo a mi casa a pasar el rato y, conociéndola, con la intención de quedarse a dormir.

Le mando mi confirmación y me levanto de la cama, salgo de mi habitación y me dirijo a la sala de estar, donde deberían estar mis padres. Una vez ahí, me los encuentro sentados en un sillón, compartiendo unas palomitas y viendo una película. 

—Mamá, papá —  Los llamo.

Ante mi llamado, ambos alejan su vista de la pantalla y me observan, brindándome su atención.

MamáRayis: — ¿Qué ocurre cariño?

— Va a venir una de mis amigas y me preguntaba si–. No pude terminar mi frase, porque mi padre me interrumpió.

PapáRayis: — ¿Si pueden usar mi tarjeta parar ir de viaje? Claro.

— Pero yo no–. Nuevamente fui interrumpida.

MamáRayis: — Cielo no seas tímida, sabes que no nos molesta, es más, nosotros llamamos a la universidad para justificar la ausencia de ambas.

Ante lo dicho, quedé estupefacta, pero, no iba a desaprovechar esta oportunidad.

— Está bien, gracias. 

Me dirigí rápidamente a mi habitación para contarle la novedosa situación a mi amiga y, de paso, preparar mi maleta.

Rayis Argento:

Son las 6 de la mañana y no he dormido nada... ahre, no, es muy temprano para cantar.

Me pongo seria... Bueno, tampoco para tanto.

En fin, que posta son las 6 de la mañana y el primer día de las vacaciones de verano. Capaz te estarás preguntando: "Rayis, ¿qué haces despierta a esa hora de la mañana, en el primer día de vacaciones?" y si no te lo estás preguntando, bueno, ahora lo hacés. En fin, la cosa es que justo ahora estamos desayunando algo rápido con la family mientras vamos agarrando valijas y cosas que no hayamos puesto ya para poder meter todo en el coche y partir a Mar del Tuyú.

MamiArgento: — Hiji, ¿ya te lavaste los dientes? — Pregunta mientras se acomoda su carterita con una mano y con la otra agarra el bolso del mate armado en la puerta de mi habitación, donde estoy recostada.

— Sí ma — Le digo mientras me levanto en la cama para ayudarla con su cartera.

MamiArgento: — ¿Y lo metiste en la valija?

- Uy no, colgué.

Más Tarde.

Todo está guardado en el coche y casi todos estamos en nuestros lugares, sólo nos queda que mamá salga y cierre la puerta de casa.

PapiArgento: — Ninguno de los dos tiene ganas de ir al baño, ¿no? — Dice mientras nos mira a mi hermano  y a mi por el retrovisor.

Íbamos a decir algo, pero justo mamá se subió al coche y arrancaron.

PapiArgento: —Bueno, ahora se aguantan.

Mucho Más Tarde.

Ya pasaron unas cuantas horas de viaje, me desperté de la siesta que me mande y me doy cuenta de que estamos en medio de la autopista en camino a una estación de servicio que se ve un toque cerca para llenar el tanque y estirar un toque las patas.

Una vez en la estación, mi viejo se queda cargando el coche y el resto nos vamos al quiosquito, para ver si hay alguna sopa de letras para ir haciendo en el camino o algo para picar. Ya adentro del local, mamá chismea un poco y termina agarrando dos juegos de sopa de letras y unos paquetes de galletitas.

MamiArgento: — ¿Ustedes quieren algo? — Nos pregunta mientras saca su billetera de la cartera.

HermanoArgento: — Uh, yo quiero un paquete de papas, ya vuelvo.

MamiArgento: — ¿Vos hiji?

— Yo estoy bien ma, gracias.

Mamá asiente y se va directo a la caja, donde esta mi hermano esperándola con la dichosas papas y yo me quedo en mi lugar, mirando todo y nada a la vez, teniendo pensamientos re profundos... Jaja, nah, mentira, sólo me quedé ahí colgada.

MamiArgento: — Tomá, después te va a dar ganas de algo.

Salí de mi viaje astral y me fije en lo que mamá tenía en la mano, para darme cuenta de que es un paquete de Pepitos y una chocolatada. Una sonrisa re enorme se me pone en la cara.

— Gracias ma, pero no hacía falta.

MamiArgento: — Callate y guardalas, no seas tonta, dale.

Me río un poco y le recibo las galletitas y la chocolatada mientras todos nos miramos felices y contentos.

Salimos del lugar y buscamos donde podría haber dejado el coche estacionado mi viejo, una vez que lo vemos, vamos caminando re tranquis.

Las cosas no parecían estar bien, porque cuando llegamos, nos encontramos a mi viejo puteando al pobre auto.

PapiArgento: — Auto de mierda, la concha de tu madre.

– Eu pa, ¿qué paso?

PapiArgento: — Nada, nada, pasa que el Batata no quiere arrancar.

MamiArgento: — ¿Cómo que no arranca?

PapiArgento: — Si, no sé, capaz se calentó o algo, pero me parece que vamos a tener que empujarlo hasta que arranque. 

Dicho y hecho, dejamos las cosas en el coche y empezamos a empujar el auto mientras papá trataba de darle arranque, pero al pedo, Batata no quiere colaborar, así que paramos un toque, a unos metros de la salida de la estación. 

TipoRandom: — Uhh, ¿qué pasó muchachos?¿Se les paró el coche?

PapiArgento: — Si, mala suerte para el comienzo de las vacaciones.

TipoRandom: — Que mala leche, pero, che, ¿quieren que los ayude a empujar? capaz que un poco más y arranca.

PapiArgento: — Dale, si no te molesta.

Sin más, todos nos ponemos de nuevo en posición para volver a empujar y milagrosamente, ahora si arrancó.

PapiArgento: — ¡Vamos Batata, vamos carajo! — festejó un toque y después de dio la vuelta para encarar al tipo que nos ayudó —. Gracias maestro.

Nos subimos cada quien a su lugar y justo cuando estamos por arrancar el chabón de antes nos paró.

TipoRandom: — Ehhhh, ¿no me vas a dar una moneda por ser buen samaritano? 

PapiArgento: — ¿Disculpame? — Dice mientras se ríe un poco.

TipoRandom: — Sí dale, no seas ortiva.

PapiArgento: — Seguí participando.

El tipo iba a decir algo, pero no le dió tiempo a responder, porque mi viejo pisó fondo y nos fuimos dejando al Rayo McQueen hecho un poroto.

La Rayis Argento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora