SENTIMIENTOS.

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Aquella noche había sido todo un desastre, el héroe que había prestado su casa se arrepentía de todo, solo mirar la sala de su casa sentía que moriría en cualquier momento. Aunque sus compañeros se habían marchado ya, por temor a que él se despertara y los matara ahí mismo.

– Tranquilo, Vege, estoy aquí. Te ayudaré a arreglar todo.

Menciono una voz detrás suyo, al mismo tiempo que lo abraza por detrás. De lo único que no se arrepentía nuestro héroe número uno, es que el vino de Luzu le haya ayudado a confesarse y ser correspondido. Ahora que pensaba en Luzu, recordó que lo vio irse muy enfadado. Volteó para mirar a su amado y le pregunto.

– ¿Sabes por qué Luzu se fue enojado?
– No, ni siquiera recuerdo cuando se fue Luzu.

En otro lugar.

Su cabeza le palpitaba demasiado, podría estallarle en cualquier segundo. Se levantó de la cama y miró a su alrededor despacio. Pudo distinguir que está no era su casa ni la de su novio.

“¿Qué demonios?”

Miró las escaleras y decido bajar. Encontrándose con un Lolito muy feliz haciendo algo de comida.

– ¿Lolito?
– Auron, que alegría que ya despertaste. Ven, ven, ya está el desayudo y tengo algo que comentarte.

Auron termino de bajar las escaleras y camino despacio, recordando que el suelo de esa misma casa hacia que fueras demasiado rápido, no quería caerse. Se sentó en la mesa y Lolito le sirvió comida, después se sentó él.

– ¿Quieres decirme por qué estoy en tu casa? –Auron empezó a comer, debía admitir que el desayuno estaba rico– Joder, si que sabes cocinar.
– Gracias, y respondiendo a tu pregunta, ¿Recuerdas que pasó ayer?
– Algo, no mucho. La fiesta en la casa de Vegetta, Luzu llevando vino, un poco de karaoke, cómo siempre Willy siendo el mejor cantante y ya es todo.
– Bueno, después de que te emborracharas Luzu quería que se fueran ya porque si se hacía más de noche sería muy peligroso.
– Es lógico.
– Auron, tú no quisiste y le empezaste a gritar –Lolito dejo de comer para mirarlo seriamente–, le dijiste que él nunca dejaba que fueras a algún sitio, te sentías preso en su compañía y que el te ordenaba demasiadas cosas, que ya no querías estar con él y que te la pasabas mejor conmigo.

Auron también dejo de comer y miró a su amigo.

– ¿Qué? ¿De que hablas Lolito?
– Así pasaron las cosas, Auron.
– ¿Qué pasó después?
– Luzu se enojó, la verdad nunca pensé ver a Luzu enojado y gritando. Te dijo que si te sentías así pues que te quedaras conmigo y luego se fue.
– ¿Se fue?
– Sí, se veía muy enojado y un poco triste, nunca pensé que reaccionaría así.

Auron se levantó de la mesa rápidamente, causándole un pequeño mareo. Lolito enseguida lo ayudo.

– ¿Qué haces? Tomaste demasiado y no tardará en caer la noche.
– ¿Enserio? –Auron miró por la ventana y se dio cuenta de que era verdad– Lo siento Lolito pero tengo que ver a Luzu.

Auron se separó de Lolito y se fue directamente a la puerta.

– Siento haberte causado problemas pero es mejor que me vaya.
– Esta bien, ¿Mañana voy a tener cita?
– Joder, no lo sé. Mañana te mando mensaje. Nos vemos Lolito.

Tan rápido como abrió la puerta salió corriendo. Le preocupaba todo, sabía que Luzu no era de emborracharse y que recordaría todo, así que la esperanza de que no recordara nada se esfumó. Si Luzu decidía terminar con su noviazgo, él no sabría que hacer, dependía mucho de su novio.
Tan pronto como llego a la casa destinada se acercó a la puerta, sin importarle que le estuvieran disparando las torretas.

Luzu rápidamente abrió la puerta cuando escucho que había alguien afuera siendo disparado. Auron entro y se tiró al suelo, comió unas patatas que traía para poder recuperarse. Mientras que el dueño de su casa cerraba la puerta y lo miraba de reojo. Ni siquiera quería mirarlo.
Cuándo Auron se recuperó, se levantó del suelo y acarició a Manolo quien se había acercado.

– ¿Qué necesitas? –Luzu le pregunto después de que alejara a Manolo– Estoy ocupado y necesito estar solo.

Además creo que deberías haber ido primero a tu casa a cambiarte esa ropa que ni siquiera es tuya.
Auron confundido miró la ropa que traía puesta, y se dio cuenta que era ropa de Lolito. Quiso golpearse ahí mismo, ni siquiera sabía que decirle a Luzu.

– Te quiero –habló Auron–, te quiero demasiado. Lo que pasó anoche ni siquiera lo recuerdo, en serio lo lamento. Yo no pienso así, de hecho me siento más libre estando contigo que allá afuera. Es verdad que me siento bien estando con Lolito, pero es mi amigo y lo estoy ayudando a reformarse –Luzu solo miraba al contrario estando serio –, considero que Lolito debe estar con buena compañía sino perderíamos todo el progreso que hemos hecho, pero eso no tiene ver. Te quiero Luzu, mi niño. Por favor perdóname.

Auron fijo su vista en los ojos de Luzu y por un momento pensó que no habría valido todo su discurso.

– Sabes que eres muy tonto, ¿Verdad? –los ojos de Luzu mostraron perdón– Yo también te quiero pero lo que me dijiste ayer me dolió demasiado. Me sentí mal porque me lo dijiste enfrente de todos y luego te fuiste con Lolito.
– No fue mi intención.
– Solo quiero saber si de verdad te sientes bien conmigo, no quiero que estemos juntos solo porque llevamos tiempo siendo novios.

Auron no respondió, se quedó en blanco. Nunca se había cuestionado algo así. Quería a Luzu, sí, ¿Lo amaba? ¿Lo quería como novio o solo como amigo?

Luzu lo miro poniendo una mirada triste, y entendió que la relación que tenía con Auron no iba a funcionar, si uno de los dos no sabía bien sus sentimientos.

– No estás obligado a seguir conmigo solo porque nos hemos acostumbrado a estar juntos –Auron reaccionó a las palabras del mayor y sintió miedo por lo que se avecinaba–, es mejor que nos demos un tiempo, para aclarar nuestros sentimientos y si después nos damos cuenta que nos amamos, estaría encantado de seguir con nuestra relación.

Luzu abrió la puerta de su casa y se negó a mirar a Auron, no quería, si lo hacía negaría sus palabras y no lo dejaría ir. “Me siento preso cuando estoy contigo”, ahora entendía esas palabras.

Auron miro la puerta y miró a Luzu.

– No me quiero ir.
– Auron, por favor.
– Luzu, no me quiero ir, te quiero Luzu, ¿Por qué tendría que irme si te quiero?
– Por favor –Luzu alzó la vista con valor y miró a Auron–. Yo te amo Auron, te amo demasiado y puedo ver en tu mirada que tú no lo haces. Hazme caso y sal, por favor.

Auron seguía estático, era la primera vez que alguien de los dos se decía “te amo”, se sintió mal porque su ser no le podía corresponder. Miró a Luzu y pudo ver qué lo estaba rompiendo.

Camino hacia afuera y cuando volteó, su ahora exnovio le había cerrado la puerta en la cara. Las torretas estaban desactivadas. ¿Tan poca atención le daba al mayor para no darse cuenta en qué momento las desactivo?

Con el corazón hecho un lío, dejo aquella casa para no volver a pisarla hasta dentro de cuatro meses, cuando sus sentimientos estaban más claros que el agua.

One shots ~LUZUPLAY~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora