ALCALDE

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"Donde Luzu gana la alcaldía"

Se encontraba agotado en su oficina, rodeado de miles de papeles sobre explosiones, robos, peleas, asesinatos, secuestros. Desde que se volvió alcalde todo se había vuelto un caos. Le habían intentado matar ya más de las veces que podía contar con los dedos de sus manos, y pies.
Ser alcalde le había traído enemigos, problemas, le habían amenazado con sus mascotas y se habían metido con el chico al que amaba.

Lolito había tratado de explotar toda su casa, estando todas sus mascotas dentro, si no fuera por el psicólogo, él ya estaría muerto.

Había tomado la decisión de alejarse de todo lo que quería para que no les hicieran daño.

Se enojaba con sus compañeros cuando no hacían bien su trabajo y que sacaban provecho del trabajo que tenían asignado. Amigos corruptos.

Se sentía estresado, llevaba más de 42 horas estando en su oficina, solo se paraba al baño y a tomar agua. No sabía que hacer, había tantos problemas. Sentía que su cabeza estallaría en cualquier momento. Lo peor es no llevaba más de tres semanas siendo alcalde.

– Tres jodidas semanas.


No había visto a Manolo desde la semana pasada. No había visto a quien hacía que su corazón se le acelerará con solo verlo, a su pequeño Auron. Tenía miedo de que si los veían juntos iría a por él menor y que sería peor que ponerle minas.

Harto de firmar papeles y que solo le trajeran más, aventó su lapicero y se tiró sobre su escritorio arrugando algunos papeles. Quería descansar y quería irse a su casa.

¿Hubiera estado mejor si no hubiera sido alcalde?

Levantó la cabeza cuando escucho la puerta ser abierta y observo una cabeza asomarse, sintió que su corazón se le iba a salir de su pecho cuando esos ojos lo miraron. Se sintió avergonzado por como estaba, rodeado de papeles y no se había dado una ducha desde, bueno, ni recordaba eso.

–Auron, ¿Qué haces aquí?

Luzu se levantó, recogió los papeles que estaban tirados y los dejo en su mesa, aprovecho para mirarse en el reflejo que producía el cristal de su escritorio, se dio cuenta que tenía unas ojeras grandes, marcadas y que su pelo no era precisamente el mejor.

Auron ya dentro de la oficina cerró la puerta y observo como el mayor colocaba nerviosamente uno que otro mechón de su cabello en su lugar.

Miro como su alcalde se veía horrible, pensó que eran las consecuencias de ser alcalde, pero descarto eso cuando se acordó que solo llevaba unas semanas siendo ejerciendo aquel lugar. Aunque Luzu se veía horrible, para los ojos de Auron solo veía un chico tratando de ser perfecto, un chico preocupado por ser alcalde y que está arriesgando todo solo por ser el mejor alcalde que haya visto todo Karmaland.

–Yo vine por qué Manolo estaba llorando en tu casa –Auron se acercó al chico y con sus manos sujeto la cabeza del mayor–. Luzu, llevaba al menos un día sin comer y está solo, cuando dejaste que tus otras mascotas se fueran, Manolo se quedó solo.

Luzu miro al chico que estaba al frente, se dio cuenta que él no mentía. Había descuidado a Manolo demasiado, hasta casi dejarlo morir de hambre.

–Entre a tu casa con las llaves que me diste y me lleve a Manolo, está con Frederick y se llevan muy bien –el chico más pequeño sonrió–. Pero Luzu, hablé con Vegetta y él piensa igual que yo. Creo que ser alcalde te está haciendo cambiar y necesitas descansar.

Luzu se separó de chico y fue a sentarse otra vez a su silla, regresando a firmar y leer todos los papeles. Habló sin mirar a Auron.

–Me alegro que hayas salvado a Manolo, espero puedas cuidar muy bien de él, ya no tengo el tiempo suficiente para ir a casa. Ser alcalde iba de esto ¿No? – Luzu sonrió a medias y trató no mirar al otro– Cuidar todo un pueblo no es fácil, traía problemas ya lo sabía y aún así me arriesgue. No lo dejaré solo porque tú y Vegetta me digan que estoy “cambiando”.

Auron miro al mayor, vió que no cedería a su favor y que lo único que lo separaría de esa silla sería la muerte. Aún así decidió intentarlo de nuevo, no dejaría al chico que ama morir.

–Entiende Luzu, no quiero que dejes tu puesto de alcalde, solo quiero que te tomes tiempo para descansar y ocuparte de las cosas que quieres. No quiero que salgas de aquí enfermo o peor.
–Estoy bien Auron.
–No, no lo estás Luzu, tienes ojeras de no haber dormido desde hace unos días, has perdido peso y casi dejas que Manolo se muera. ¿Eso es estar bien? –Auron empezaba a alzar la voz– Dejaste a tus amigos de lado, tu casa está rodeada de minas porque tú nunca estás, Vegetta está muy preocupado por ti. YO estoy preocupado por ti. ¡Quiero que estés bien Luzu!

Aquel chico, miro como el otro se ponía de rodillas y empezaba a llorar. Se quiso levantar para ir hacía él pero este se quedó sentado.

Auron se levantó del suelo y miró con decepción a Luzu. Se limpio las lágrimas y se acercó a la puerta.

–Que sepas Luzu, si yo hubiera pensado que terminarías así nunca hubiera votado para que fueras alcalde.

Auron salió de esa habitación y cerró con fuerza la puerta, quería ayudar a su alcalde pero si él no quería, no tendría más opción que dejarlo.

–Te quiero Luzu, pero ahora es mejor que reflexiones solo.

Luzu estuvo mirando la puerta unos minutos, esperando que Auron entrara y siguiera rogándole, tal vez está vez si le haría caso. Pero eso nunca pasó, entendió que Auron lo había dejado como lo había hecho él hace tiempo.

¿Aún podía salvar lo que tenían? ¿Aquello que era especial?

Esta vida no era la que se imaginaba, él quería ser feliz y tener a Auron a su lado. Se levantó de su silla y salió de los oficina aún dudoso. Su secretaria lo miró y le sonrió, ella también tenía ojeras, no había dejado de ayudarle desde el principio.

–¿Y Auron?

Su secretaria lo miró confusa.

–El señor Auron no ha venido desde hace unos días, alcalde.

Luzu miro el piso, no se sorprendía que tanto tiempo hubiera pasado, hace días que no checaba el tiempo, no sabía que día era, no sabía qué hora era.

–El trabajo acabo por hoy, necesito ir a casa. Tú también.

Aquella secretaria le sonrió demasiado y se levantó muy feliz.

–¡Eso es genial! Me alegro que vaya a su casa. Descanse y tómese su tiempo. Hasta luego.

Se quedó mirando el lugar en el que se encontraba. Estaba solo.

“Creo que me he tardado”

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¿Qué tal? ¿Les gustó? Espero que sí. Estaba pensando hacer una pequeña historia de Willy con Fargan y meter un poco Luzuplay pero no sé, no tengo tanto tiempo :(
Ojalá les guste lo que escribí, nos leemos después ;)

One shots ~LUZUPLAY~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora