Bosque húmedo, menta fresca con un toque de leche, y por último flores.Dulces olores que podía olfatear y sentir, casi tocar. Sentía que conocía esos olores, su nariz olfateó más, intentando identificar de quiénes eran esos aromas tan deliciosos.
Identificó el primero, era el de Namjoon, ese delicioso aroma que había olfateado por primera vez en la estación de tren. El tercero era el suyo, recordaba el olor que desprendía al sudar.
El segundo no pudo identificarlo por más que lo intentó. No podría ser el de Taehyung o Hoseok, ningúno de los dos olía igual.
Su omega hacía ruiditos al sentir el aroma más y más cerca, movia la cola emocionado y daba vueltas al sentir que se encontraba a poca distancia de encontrar al dueño.
Corrió el lobo intentando llegar hasta la sombra misteriosa que desprendía tal aroma, corrió y corrió, antes de darse cuenta que no avanzaba, retrocedía.
Su lobo chilló y gimió con desesperación moviendo sus patas lo más rápido que podia, de pronto la sombra se dividió en dos, una bastante alta y la otra más pequeña, estando esta última en los brazos de la más alta.
Una luz iluminó a la más grande, de cabellos rubios, vestido con un Hanbok blanco con detalles dorados. En sus brazos yacía un bulto envuelto en seda negra, el cual se movía constantemente.
Quiso preguntarle a su amado qué era lo que tenía en los brazos, transformándose en su forma humana para poder hablarle. Pero de su voca no salía sonido alguno, por más que luchaba no podía decir nada.
Lágrimas salieron de sus ojos al notar que Namjoon dió media vuelta y caminó hacia la obscuridad, alejándose de él. Sus piernas temblaron sin poder sostener su delgado cuerpo y cayó en el suelo, lagrimas comenzaron a caer de sus ojos transformándose en un terrible llanto.
Cerró los ojos y se rindió, tirándose en el frio suelo, sintiendo que una parte de sí mismo le era arrancada, el dolor que recorrió su ser no hizo más que hacerle sentir agonizar.
Pero de pronto el dolor se detuvo, sintió una mano acariciando sus cabellos, levantó la vista con dirección al dueño de tal toque. Encontrándose con nadie más que Namjoon, éste le sonrió con sus dulces hoyuelos y le dió un tierno beso en la frente.
- Incluso los príncipes tienen que esforzarse, al final todo valdrá la pena, sé paciente y lucha, mi amor.
La frase se repitió una y otra vez en su mente, el suelo en el que se encontraba se rompió cual cristal y se encontró cayendo en una clase de pozo vacío muy obscuro.
Quizo sostenerse de algo pero no había nada a su alrededor, de pronto impactó en el fondo del pozo, el suelo se movía y parecía estar formado de algúna clase de líquido impermeable. Éste era de un profundo negro con varios puntos de colores en él, era el universo.
En ese instante unas gotas de agua cayeron en su rostro y una voz ronca dijo "Tú debes seguir". Y despertó.
Suavemente intento abrir los ojos, pero una lengua rasposa le recibió en la somnolencia, ésta pasaba libremente por su mejilla hasta llegar a su frente.
Intentó levantarse para estirar los músculos pero un peso extra se lo impidió, abrió los ojos buscando quien era el dueño de tal peso y lengua curiosa.
Encontrándose con un tierno gato de ojos tiernamente curiosos. Éste le miraba fijamente con sus enormes ojos, se levantó del pecho de Jin para dejarlo sentarse, y una vez que el omega realizó la acción, se acostó en sus piernas quedando con la cabeza recargada en su vientre.
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En el Castillo.
RandomSegunda Temporada de "En el Tren". Donde Seokjin vive su embarazo con sus amigos, esperando a que Namjoon regrese por él. No copiar.