Un latido, dos latidos, tres latidos. El joven de expresión fría continuó contando hasta poder abrir con demasiado esfuerzo los ojos.
¿Cuántos latidos más tendría que contar hasta saber que realmente estaba consciente?
Kim Namjoon no sabía cómo se había vuelto una rutina algo tan perturbador como la tortura, aún más, siendo impartida por sus propios progenitores.
Lo único que podía sentir eran las sensaciones através de su vínculo, desde que llegó a la casa de sus padres había estado en un constante juego entre la consciencia y el borde de la locura.
Los recuerdos de su llegada a ese lugar que al que antes podía llamar "hogar" eran súmamente borrosos.
Recuerda haber dejado ir a su amado, y tomar un taxi en dirección a su casa. Aún puede saborear las galletas que preparó la mayor de las sirvientas especialmente para él mientras esperaba la llegada de sus padres.
Entonces todo se vuelve borroso, y espacios en negro interrumpen su memoria. La escena en la cocina cambia a una en su habitación, escucha a su madre gritándole por haber hecho un lazo con alguien a quién no conocía.
Recuerda pensar que en su posición tal vez sentiría lo mismo, pero se trataba de su pareja destinada. No importaba cuán inteligente o sagaz fuera, aún así su lobo también tenía posesión de su cuerpo.
Mientras trataba de recordar aquellos espacios en negro, un sudor frío caía suavemente por su frente, empapándo su piel y recordándole con aquella sensación un distante recuerdo perdido entre la bruma.
Una lágrima. Provocada por un golpe.
¿Quién más aparte de su madre podría golpearlo así de fuerte en la mejilla?
Los golpes de su padre solo eran provocados por una mirada o una acción, más nunca usaría el contacto físico para castigarlo. En cambio, su madre siendo poseedora por herencia familiar, solía castigarlo con golpes.
Ya los había perdonado por el daño que le habían hecho durante su infancia y parte de su adolescencia, pero, el hecho de ser golpeado siendo adulto lo aturdió en demasía.
¿Había hecho algo tan horrible como para merecer un golpe?
Ese sólo golpe le hizo recordar algo de su niñez, una escena en especifico que siempre recordaba por algúna razón cada vez que su madre le hacía algún daño.
Un pequeño niño corría con todas sus fuerzas hasta los brazos de su madre, acababa de regresar de casa de un amigo suyo, un niño que acababa de mudarse de China junto con su familia, con el que entabló amistad fácilmente.
Había ido a su casa a pasar el cumpleaños de su amigo con él, y le había regalado uno de sus libros favoritos, pero lo que más le sorprendió de la fiesta fue que la madre de su amigo tocó un extraño instrumento y cantó una canción para él.
Más tarde la madre del chico le explico que el instrumento era un Guqin, después de pedirle que le brindara un poco de su sabiduría.
Siendo un niño, no comprendía por qué existían tantos instrumentos en el mundo, y aún más por qué varios de ellos se parecían entre ellos y, a pesar de eso algunos eran más conocidos que otros.
Corrió lo más rápido que pudo hasta llegar donde su madre, que se encontraba en su jardín tomándo el té. Se acercó a ella con cautela, pedirle algo a su madre era algo que le aterraba demasiado.
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En el Castillo.
RandomSegunda Temporada de "En el Tren". Donde Seokjin vive su embarazo con sus amigos, esperando a que Namjoon regrese por él. No copiar.