7. SE METE EN MI CAMA Y MUERDE MI PIERNA.

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Andrew

Rasco mi cabeza repetidas veces hasta sentir dolor en el cuero cabelludo. No creo poder aguantar más tiempo viviendo con una mujer tan joven e imprudente como ella, no estoy acostumbrado y tampoco es que me guste la idea. Llevamos tres meses intentando convivir en paz pero algo siempre sucede y termino respirando profundo para no perder el control, encolerizarme y gritar.

Cuando era más joven vivía en la enorme casa de mi madre en Londres, ella es una arquitecta reconocida por ende no mantenía mucho así que me acostumbre a mantener la mayor parte del tiempo solo, lo mejor es que tenía mi propio espacio en donde nadie, ni las señoras del aseo podían entrar si yo no lo quería.

Me gusta que respeten mi privacidad, que no se metan en mis asuntos y que no toquen mis cosas, especialmente esa última.
Hubo un tiempo en donde todo estaba aparentemente bien: tenía amigos de todo tipo, una vida llena de privilegios, el dinero de mi madre a mi disposición y alguna que otra cosa rara en la que me metía pero sin que se enteraran en casa, yo hacía lo posible para que nada se saliera de control, sin embargo, no me había dado cuenta que la doble vida que llevaba no me permitiría disfrutar de ambos mundos por mucho tiempo siendo en ese entonces poco calculador.

Un día mi madre recibió una llamada de un policía ya que, su querido hijo menor de edad, había sido atrapado llorando en medio de una pelea entre dos pandillas. Ese día fue el peor, incluso temía que me cortaran los testículos de lo caliente que estaba todo, lo único que pude hacer para no salir tan ileso fue esconderme, (si, como un cobarde). Yo andaba demasiado borracho para hacer otra cosa, en un lugar donde se supone que a mi edad no podía estar y la compañía que tenía no era precisamente para aliviar el miedo.

-Vivirás con tu abuela y aprenderás a comportarte-avisó mi madre en la estación de policía, me señalaba con el dedo y me miraba con ganas de dejarme ahí, tras las rejas por unas cuantas horas. Llegue a pensar que realmente lo haría, pues la vena de su frente se marcaba tanto y su cuello estaba tan rojo de la ira que pensé que le iba a dar algo o que me golpearía, pero después de terminar de decirme aquello no me volvió a dirigir la palabra en la vida.

Quería la atención de mi madre, lo debo confesar. No creí que el no querer tenerme de joven y los problemas con mi padre (sabrá Dios quién es) le afectarían emocionalmente hasta ahora. En mi punto de vista el mantenerme vivo con comida, estudio y dinero era suficiente para ella, y al ver que no me controlaba como quería me envió lejos sin preguntarme cómo realmente me sentía.

Mi abuela es completamente diferente a mi madre. Ella es una increíble mujer de avanzada edad, amorosa y con una peculiar forma de criar a sus hijos o ayudar a las personas. Obviamente me puso demasiadas reglas a penas pise su apartamento en Gangnam, uno de los barrios exclusivos y costosos de la ciudad.

Sonreí como tonto al pensar que tendría la misma vida de privilegiado que en Londres, pero me estrelle contra la pared cuando me entere que mi madre me cortó todo su apoyo financiero -con mi abuela de cómplice-. Me toco salir al monstruoso exterior lleno de rascacielos, para ese entonces no llevaba ni un mes de haber cumplido la mayoría de edad.

Muy en el fondo aceptaba que yo fui quien metió la pata en la trampa de una forma muy estúpida, como si hubiera tenido un enorme cartel diciendo "Cuidado. Peligro. Absténgase a cometer un error de su vida y gire a la derecha", para terminar haciendo lo que me dijeron que no hiciera. Típico.

Es un poco larga la historia de cómo logré madurar mientras aguantaba hambre y frío después de abandonar la casa de mi abuela. Solo pensaba en lo imposible que sería ser una persona exitosa. Encontré personas de confianza que me vieron comer una vez en el día y me ofrecieron su casa para que no muriera de soledad y depresión. Luego me di cuenta que irme de casa no fue tan buena decisión y que era mejor volver, y cuando por fin logré una estabilidad mi trabajo se volvió todo para mí.

UNO PARA LOS DOS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora