UNO PARA LOS DOS [TERMINADA]

18. ¿QUIERES SER MI NOVIA?

Andrew

20 de noviembre del 2019

Camino hacia la recepción del edificio para hacer el check out y poder irme a casas. Veo a lo lejos a Ros registrando su hora de salida y sonrió solo con verla; lleva una camisa de manga larga con una falda color crema y medias veladas acompañadas de unos zapatos de medio tacón negro, su forma de vestir es sencilla pero bonita, o tal vez es porque ella es muy hermosa y luce cualquier cosa.

Me acerco a ella lentamente por detrás sin decir nada y la abrazo, ella se sorprende y mira alarmada hacia atrás, pero apenas me ve se le hace una me sonríe sin mostrar los dientes y yo no puedo evitar darle un beso corto en los labios, pero su expresión cambia de repente, la sonrisa que hace poco le hacía lucir más joven y hermosa de lo que es se fue después de aquel beso de saludo y, en cambio, muestra una incómoda y comenzó a ver hacia los lados como si estuviera buscando a alguien o algo.

-¿Todo bien?-pregunto cauteloso.

-Si-responde y vuelve a mostrar una sonrisa que parece más un mohín de incomodidad.

La tomo de su mano y nos conduzco fuera de nuestro edificio de trabajo. Atraemos varias miradas curiosas y Ros intenta taparse con el cabello ante la impresión de estar siendo seguidos por uno que otro par de ojos pero a mí me encanta que las personas sepan que la bella mujer que está a mi lado no está disponible en estos momentos, que le gusta un chico que la quiere y se preocupa por ella y, por lo tanto, no está recibiendo citas con intenciones amorosas. Un poco posesivo, lo sé, ¿Pero a quién no le gusta presumir que la chica que le gusta te corresponde?

-¿Quieres ir a cenar? Conozco un restaurante de marisco sensacional-digo agachándome un poco para estar a su altura. Ella finge pensar en mi invitación.

-No lo sé, déjame ver mi agenda-hace que está viendo su celular y yo consigo contagiarle mi risa-Creo que tengo un pequeño hueco para ti hoy.

-Boba-le digo con cariño y tomo su cara con mi mano disponible y la elevo un poco para darle un pequeño beso. Me encantaría darle uno largo y placentero ahora mismo, pero estamos en la calle y estoy seguro que a ninguno de los dos nos gusta dar espectáculos en medio de la calle. Es incómodo.

Ros se detiene de repente y mira hacia el frente, cuando yo me doy cuenta del por qué dirijo una sonrisa amable y me limito a saludar: -Hola, señorita Park. ¿De regreso al trabajo?

No me responde, en cambio nos dirige una mirada seca e irritada y adquiere una postura impaciente. Febe puede ser igual de alta que yo, pero con esos tacones llenos de mortalidad me sobrepasa, parece que si se llega a doblar el tobillo en ves caer al suelo, cae al vacío de lo alto que son.

-¿Has entendido lo que hablamos la última vez?-dice impostada. Ros asiento con la cabeza casi que detonando miedo a su jefa y yo me pregunto qué mierda le habrá dicho Febe para que Ros se esté comportando así, tan sumisa ante ella-Muy bien, intenta disfrutar de todo lo que mi empresa te ofrece señorita Anders. Nos vemos mañana, llegue puntual como siempre.

Nos rodea y se va sin siquiera despedirse de mí, dejando a Ros con los hombros caídos. Ella suelta un largo suspiro y avanza llevándome con ella por nuestras manos entre lazadas. No le digo nada al principio, la verdad es que me gustaría más si me dice lo que pasa por su cuenta y no por sentirse presionada, pero sencillamente no puedo hacer la vista gorda en estos momentos.

-Febe te ha dicho algo por lo que paso ese día en la cocina de la empresa, por el beso-no pregunto, afirmo. Es más que evidente.

Febe es una mujer sumamente estricta y despiadada cuando quiere, solo suelta lo que opina sin pensar en los sentimientos de los demás. He escuchado de muchos decir que es una mujer respetable y que el ser tan directa con sus palabras, decidida y obstinada con lo que piensa le ha dado ese plus para conseguir su éxito, pero yo pienso que las personas no la respetan, le tienen miedo, si no, ¿Por qué hablarían mal a sus espaldas? Entiendo que no fue nada fácil para ella llegar a ser presidenta de una enorme empresa como GYP y menos con este país tan machista, pero tiene el derecho de intimidar a sus empleados.