Alucinación | Supercorp AU

Prólogo

Alex abrazó a su hermana como si nunca lo hubiera hecho, y Kara le correspondió del mismo modo. Podría decirse que el apartamento de Kara era bastante pequeño como para comparar el tremendo abrazo de Alex.

—Dios, te vamos a echar de menos.

Todos estaban decaídos debido a que la chica de acero volvía al planeta Krypton. Necesitaba recuperar los años perdidos y vivir un rato de tranquilidad con su madre. La partida de Kara no era para siempre, ella volvería dentro de unos cuantos meses. Superman junto a J'onn, Alex, Nia y Brainy quedaron a cargo de National City.

—Saluda a mi tía de mi parte, y no te metas en problemas -la mano de Kal revoloteó el pelo de la kryptoniana.

—Ya no soy una cría, Kal —musitó dándole un pequeño abrazo.

—¡Abrazo conjunto de oso! —gritó Brainy corriendo hacia Superman y Supergirl.

Todos estaban unidos como una piña. Una grande. Una familia. Pero todos sabían perfectamente que a Kara le faltaba una pieza, o más bien alguien, para completar el puzzle.

—Tienes que hablar con ella -insistió su hermana cuando todos se separaron y se removieron por el salón.

Cuando Kara dio la noticia de que se marchaba parecía que les habían dado una paliza de tristeza, pero en el fondo todos se alegraban. Alex fue la primera en que se preocupó por Lena en que Kara debía contárselo, aunque ya no fueran amigas.

Desde que le contó su secreto en los premios Pulitzer (su nombre verdadero, su paradero, sus poderes, sus motivos, sus heroicidades y lo que significaba la amistad para ambas), el corazón de Lena resquebrajó con fuerza que no quería ver a Kara de ningún modo. Y si la veía sería exclusivamente porque estaría trabajando o ayudando al DEO. Y tampoco la llamaría Kara, ya que su amiga le había traicionado. Así que solo era Supergirl.

Sin embargo, Alex, fue la que siempre se preocupó por la salud mental de su hermana y por la relación entre ambas. Sabía que por mucho orgullo que tuviera Lena, tarde o temprano sería ella quien estuviera pidiendo a Kara de que vuelva a su lado. Así que nada más enterarse Alex de que su hermana partía, durante días seguidos hasta hoy no paraba de recordarle de que tenía que decirle a Lena que se iba.

—Lena debe saberlo —repitió como las otras veces.

—No quiere verme ni en pintura, Alex... —Kara musitó negando con la cabeza.

—Debes de intentarlo -interrumpió el kryptoniano y Kara alzó la cabeza sorprendida.

—Está mal escuchar las conversaciones de los demás -Kara hizo un gesto molesto aunque realmente no se sentía así.

—No hace falta ni leerte la mente, Supergirl. Todos -J'onn miró al grupo—, opinamos lo mismo. Y sabemos que quieres hacerlo.

—Pero yo... -arrancó Kara.

—Tienes miedo —terminó Nia su frase y la rubia asintió con tristeza—, pero sabes que debe saberlo. Lo va a saber, tú quieres que lo sepa, y es mejor que cuando lo sepa sea por ti.

Kara dudó un momento mirando a sus amigos, se apoyó en la encimera y luego dejó escapar un largo suspiro. Apartó la vista delos ojos preocupados de sus amigos y miró a sus pies. Sus manos apretaron con poca fuerza al mármol haciendo que sus nudillos se pusieran blancos, y antes deque está pudiera romper a trozos la encimera debido al miedo, Alex le tocó el hombro.

—Puedes hacerlo, Supergirl —sonrió con y la rubia asintió.

Todos sonrieron con empatía y Kara fue hacia la ventana, pero antes de volar, J'onn le cogió del brazo.

—Estaría bien que te cambiaras. Aunque Lena odie tu traje, no puedes ir volando como una ciudadana -Jonn comenzó a reírse.

—Tienes razón.

Kara asintió corriendo y se cambió en nada. Se despidió de sus amigos y se marchó por la ventana. Notó los nervios a flor de piel mientras sentía el viento por el rostro. Cuando llegó al edificio de L-Corp,se quedó un rato observando desde fuera.

«Ella me odia, no creo que le importe que me vaya», pensó Kara dando un largo suspiro.

Después unos segundos, el sonido de la puerta del balcón, le hizo salir del trance y miró a Lena con un pie fuera y con el ceño fruncido.

—¿Qué haces aquí? —preguntó ahogada.

Lena no esperaba volver a encontrarse a Kara,incluso le recalcó y repitió miles de veces que no la quería cerca. Quería salir a tomar el aire y ni se inmutó de la presencia de Supergirl debido a que estaba pendiente de los mensajes, pero la vio parada ahí, en el cielo con un rostro serio. La rubia intentó acercarse con cautela, pero la pelinegra alzó la mano para que se detuviese.

—No lo hagas —su tono fue de enfado.

—Lena... —se detuvo a ras del balcón.

—Vete de aquí, Supergirl —declaró con odio.

Se miraron por un segundo y Lena hizo un gesto de negación con la cabeza y cruzó un brazo mientras con su otra mano se tocó el puente de la nariz.

«Me parece increíble que estés aquí hablándome cuando precisamente te supliqué que no lo hicieras», pensó la pelinegra con rabia.

La pierna asomada de Lena regresó dentro y, al ver que Supergirl no hizo ningún gesto, pensaba en cerrar la puerta, pero la rubia la detuvo con dos simples palabras.

—Me voy —musitó en alto Kara sin mirar a Lena.

—Bien.

—A Krypton.

La puerta se detuvo. Lena miró a Supergirl extrañada y frunció más el ceño. Miles de preguntas se le pasaron por la cabeza, aunque Kara esperaba a que no le preguntase nada.

—¿Y por qué me lo cuentas? No me importa,Supergirl —preguntó con rabia.

—Lo sé y sé que no debería estar aquí, pero cuando te dije que te lo iba a contar todo lo decía en serio y no quería que te enteraras por otra persona de que me iba.

—Pues ya has hecho tu deber.

Cerró la puerta con fuerza, enfadada. Se preguntaba porque ahora se hacia la buena cuando tuvo cuatro años de relación para hacerlo. Para no mentirle. Para no traicionar su confianza. Para no hacerle daño.

Kara se quedó mirando la puerta y escuchó a la pelinegra alejarse. Se mordió el labio y se cruzó de brazos mirando el balcón con un rostro apenado. Quería decir algo más, quería hacer algo más, pero tenía un nudo en la garganta que lo único que haría sería balbucear y quedarse de piedra.

Llegó nuevamente al apartamento despidiéndose de todos. El viaje para Kara, aunque fuese corto, lo iba a sentir largo... pero para Lena se le iba hacer eterno.