Alucinación | Supercorp AU

Capítulo 11

Las manos de Kara rozaron el rostro de Lena y tomó sus labios como si estuviera conquistando su cuerpo. No sabía si era por la confesión, por el alcohol o por el impulso, pero sabía que ese era el momento. Entonces fue cuando lo entendió Kara. No hacía falta palabras para confesarle lo que sientes a alguien, sino actos.

Sintió miedo. Mucho miedo, pero no podía callarlo más. Y menos cuando Lena le acababa de confesar algo que guardaba muy dentro. El beso fue torpe, pero fue el mejor beso para Kara. Se separó inmediatamente para pedir perdón porque básicamente no sabía si esos sentimientos eran correspondidos. Pero sí lo eran. Lo eran porque Lena volvió a coger el rostro de Kara para intensificar más el beso.

La acorraló hasta la puerta y la besó sin coger aire. Como si su vida dependiera de ello. Como si sus labios fueran hechos para besar a la rubia. Kara no demostró ningún quejido, simplemente disfrutó del momento. Y qué momento.

No pensaban ni se imaginaban nada. Solo sentían. No sabían que iban a pasar después de ese beso, pero ambas querían lo mismo: más de ellos.

Kara le sujetó de la cadera y la encaminó hacia su cama por puro instinto, y Lena se dejó llevar como si fuera su rutina de siempre. La acomodó y la tumbó con delicadeza, mientras que Lena ayudó a Kara a que se sentara a horcajadas encima de su cadera. Sus besos se profundizaron a tal punto de perder el control.

La mano de la rubia acariciaba la cadera junto con la camisa de la CEO. Lo hacía como si lo hubiera hecho tantas veces que hacía deambular sus dedos sin rumbo hasta que por fin subió su camisa con cuidado. No hablaban, pero Lena asentía una y otra vez como para darle permiso a Kara y es por eso por lo que la rubia tomó el control.

Acarició el sujetador de Lena y poco a poco lo bajó para estrujar su pezón. La pelinegra soltó un gemido en su boca y sujetó la mano de Kara para que lo hiciera con más fuerza. Sus lenguas estaban en guerra, las manos se ayudaban mutuamente y sus cuerpos se movían a compás como sus latidos.

Pero el toqueteo de la puerta hizo que las dos frenaran el seco y respiraran un poco. Alex las estaba llamando con una risa. Al parecer llevaba un rato golpeando la puerta, habían pasado más de los siete minutos.

Las dos se levantaron, se arreglaron como pudieron y tomaron aire. Lena le pidió a Kara que saliera primero y ella asintió en voz baja. Mientras Kara cruzaba la puerta, Lena se sentó en su cama. Todavía estaba asimilando lo que acababa de pasar. ¿Era porque estaban borrachas? ¿O es que Kara quería decirle algo con lo que acababa de ocurrir? Antes se sentía confusa, ahora más todavía. Y entonces se volvió insegura y si alguna vez surgía el tema diría que todo era culpa del alcohol.

En cambio, Kara al salir de la habitación, se encontró con todos observándola con los ojos entrecerrados y con curiosidad. Ella negó con la cabeza y puso la excusa tonta de hablar sobre trabajo. Se volvieron como si nada, pero no creían de ninguna manera las palabras de la rubia. Sin embargo, ella misma pensó que era lo que había pasado hace siete minutos. ¿Por qué Lena se dejó besar? ¿Por qué todo era tan fácil?

No se preguntó sobre las alucinaciones básicamente porque era cuestión de tiempo de que se fuera, pero si tenía curiosidad que tipo de alucinaciones tenía Lena y como podía y de que manera podía vivir con eso, pero no la juzgó en ningún momento. Es más, deseo de haber tenido también alucinaciones con Lena.

Poco después la pelinegra apareció y se excusó diciendo que se había olvidado algo en la oficina. Kara intentó acompañarla, pero la frenó diciendo de que todo estaba bien y que disfrutara de la noche. Y eso le hizo sentir pánico a la rubia. Se preguntó si había cometido el error de besarle.

Pasaron varios días y Lena se encontraba en su oficina mejorando a Hope. Se puso sus lentillas e hizo que la máquina analizara su cerebro.

—No muestra señales como las de antes, señorita Luthor —expresó la máquina—. Creo que su cerebro está mejorando, es por eso por lo que no ve tantas alucinaciones como antes. El nivel de estrés/agobio ha disminuido drásticamente.