Hinata Hyuuga

809 22 2
                                    

Capitulo 1-Hinata Hyuuga

.

.

.

Los primeros rayos del sol se asomaron por las altas y rocosas montañas, despertando a los aldeanos de Konoha. Una aldea tradicional, cubierta de campos de maíz, arroz y demás sembrados, tranquila y poblada por gente amable y trabajadora.

Más alejados de las humildes casas, una gran mansión se alzaba imponente ante las demás. Con muros altos cubriendo la casa, un gran jardín de entrada con árboles de sakura y extensiones de campos tras ellas, ganados y cobertizos para los caballos. Un pequeño lago de aguas cristalinas y una pequeña zona para rezar.

En aquella magnifica mansión, escaleras arriba y al fondo del pasillo, en una habitación decorada con elegancia, dormía plácidamente una joven de apenas 17 años de edad. Su largo cabello azulado se esparcía por la almohada, siendo iluminado por el sol. Era de piel blanca, muy fina y tan solo la cubría una gran camisa blanca, que debido al movimiento, se había enroscado hasta su vientre. Sus largas piernas se veían cubiertas por una manta que debido al tiempo caluroso de la primavera, había decidido apartar.

La puerta de esa habitación se abrió y alguien entró muy sigilosamente, de puntillas, y se acercó a la cama. Inclinó su cuerpo, comprobando que aquella chica durmiera profundamente. Una sonrisa curvó los labios de la persona, que se separó para coger aire.

-¡ONE-CHAN BUENOS DÍAS!- gritó a todo pulmón, asustando a la que yacía dormida, que instantáneamente se sentó en la cama, no sin antes pegarse un gran susto.

-¡Hanabi-chan!-exclamó la recién despierta, con una mano sobre su acelerado corazón- ¿Por qué siempre tienes que despertarme así?- se quejó, mirándola molesta.

-Hinata-nee, si no lo hago así, no despertarías nunca- respondió ella sonriendo.

Hinata observó a su pequeña hermana, de cabello castaño hasta la cintura, ojos blancos, piel blanca y de tan solo 12 años. Muy parecida a su padre. Una joven con mucho carácter y gran belleza…belleza que era opacada por esa cabezonería y ese mal carácter que había heredado de su padre.

Todo lo contrario que ella. Hinata era tranquila y pacífica. Muy tímida y educada, pero que muchas veces saltaba y atacaba como le era su padre. La gente decía que se parecía mucho a su madre. Pues su cabello azulado, su nariz respingona y el cuerpo pequeño y delgado de ella eran clavados a los de su madre cuando era joven. Sin embargo, sus ojos eran igual que los de su padre y su hermana, blancos como la nieve, aunque su hermana siempre decía que podían reflejarse destellos violetas en ellos.

-El desayuno está listo. Mamá te está esperando- dijo Hanabi, alejándose hacia la puerta.

-Siii- respondió ella, volviendo a tumbarse en la cama para estirar su cuerpo. Viró su rostro, encontrándose con la ventana y el nuevo día. Sonrió cuando el sol llegó a su rostro.

Hoy era uno de esos días en los que únicamente deseaba pasear junto con su caballo negro Khan. Correr por los grandes prados al viento y jugar con los niños de la aldea.

-Buenos días bella durmiente-

Escuchó una voz y miró a un lado, pero se sentó al no ver a nadie.

Guerra de Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora