Batalla

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CAPITULO 5-Batalla

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-Muchacho mueve tu trasero de la cama-

Hinata se sentó con los ojos cerrados, y los abrió poco a poco, mirando a su alrededor.

Y seguía en ese lugar. En esa asfixiante tienda, con ese exasperando hombre… Como un flash, toda la conversación de anoche llegó a su cabeza, sonrojándola.

-hasta que me supliques que te toque…te atendrás a las consecuencias de saber lo que es no hacer caso a Uzumaki Naruto-

Frunciendo los labios, puso los pies en el suelo, dándose cuenta que ya no llevaba las botas puestas. ¿No se acostó anoche con ellas? ¿Se las debió quitar mientras dormía?

-Hoy partiremos hacia el norte- dijo Naruto de pronto. Entonces, Hinata fue cuando se dio cuenta que estaba guardan armas en sus bolsillos- se ha visto a Akatsuki cerca de las montañas.-

¿Akatsuki? Advirtió ella, despertando de pronto. Entonces, ese hombre…

-¿Hace cuando que lo sabes?- preguntó ella, poniéndose las botas y levantándose de la cama trastabillando un poco. Un leve pinchazo en su cabeza provocó que se mareara.

-Uno de nuestros hombres me lo comunicó esta mañana- se volteó y guardó en su vaina una katana. Luego su mirada se paró en ella, formando una sonrisa. Hinata desvió su mirada, sonrojada mientras él terminaba de acercarse- si lo que quieres es seducirme, con eso puesto lo veo muy difícil-

¿Seducirle?

Y bajó la mirada a su camisa, que dejaba al descubierto todas las vendas que ocultaban sus pechos. Se cubrió y volteó avergonzada.

Anoche se quitó el dichoso imperdible y no se acordó de volver a colocarlo. Bajó sus manos, empuñándolas con frustración.

¡Demonios!

-No está mal…- Hinata contuvo el aire al sentir su aliento contra su oreja y sus manos sobre su cintura. Cerró sus ojos, muerta de vergüenza- pero preferiría que no lo llevaras- su mano ascendió, rozando uno de sus pechos, de forma que la estremeció, hasta agarrar con un dedo la parte superior de la venda- de esa forma…las cosas serían mucho más fáciles-

Temblaba como un cachorrillo abandonado, nerviosa, sus piernas debilitadas, su corazón acelerado…y esa maldita mano rozando la piel expuesta sobre la venda…

Sonriendo ladino, Naruto se apartó

-Será mejor que te cambies- dijo él, alejándose.

Hinata sintió como el aire volvía a ella, y con la mano sobre su pecho, respiró aliviada.

Su presencia le asfixiaba como ninguna

Sintió algo contra su cabeza y lo agarró antes que cayera, giró su cuerpo viendo entre sus manos una camisa blanca.

-Póntela- dijo Naruto, pasando por su lado- no irás a dejar que te descubran, ¿verdad?- y con una sonrisa divertida, salió de la tienda.

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