Epílogo

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Epílogo

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Tumbado en esa amplia cama, Naruto, con el ceño fruncido, tenía la mirada puesta en algún punto de esa habitación.

Estaba molesto, furioso, iracundo.

Primero, y nada más llegar a la morada Hyuuga, lo primero que recibió fue un buen golpe en su mejilla de parte del patriarca Hiashi Hyuuga, después, tuvo que aguantar un sermón de más de una hora sobre todo lo que había hecho mal, remarcando el "dejar embarazada a su hija" antes de la boda.

¿Y qué culpa tenía él de no ser de piedra?

Lo único de lo que se enteró era que dentro de dos semanas, estaría, con su consentimiento, casado con Hinata.

Segundo, y después de aquel sermón, su madre, Hana, le atendió con cariño y le alimentó, cosa que agradeció. Al menos, alguien le apreciaba en esa casa.

Tercero, la mocosa hermana de Hinata, que nadie diría que fueran hermanas. Eran tan diferentes como la noche y el día. Hinata era dulce, su hermana Hanabi un monstruo, Hinata era cálida y Hanabi una mocosa pesada, Hinata le comprendía y apoyaba, Hanabi le insultaba y le golpeaba.

Si no fuera porque es una niña e hija de Hiashi Hyuuga, seguramente le hubiera dado un par de azotes para aprender a respetar.

En eso sí, tanto Hinata como Hanabi eran muy parecidas.

Las dos sabían muy bien sacarle de quicio

Cuarto, Ryu. Aunque a ese no le hizo mucho caso. Puede que fuera un dios protector, pero era tan pequeño que "despistadamente" lo pisó y el dragón ya no tuvo más fuerzas para conversar, yendo con vendas en sus brazos y patas.

Quinto, en ese día, sus amigos. Sasuke y Sakura llegaron- ¿Cómo supieron la dirección?-a la mansión Hyuuga. Sakura explicando emocionada que desde el primer día que vio a HInata, supo que era una chica, y Sasuke…su querido amigo se dedicó a mofarse de él y a, sin que se diera cuenta Sakura, coquetear con Hinata.

Podría haberlo hecho en plato broma, pero….ligar con la mujer de uno…

Prepárate Sasuke

Sexto, y Naruto estaba empezando a cansarse. ¿Cómo en un día, podían aparecer tantas personas? Sus guerreros. ¡Sus guerreros! No todos, por supuesto, pero la casa se llenó de veinte hombres saludando, besando, abrazando a Hinata, ligando con Hana.

Más de un se llevó un buen golpe de Hiashi

Séptimo, y harto ya en esa tarde, Jiraya y Tsunade. ¿¡Maldición, como se habían enterado todos que habían vuelto!?

Horas de charla, de bromas, y reprimendas…

Y cuando por fin llegó la noche, apreciada noche, alguien más picó a la puerta. Y para colmo de todos, era uno de esos estúpidos hombres que venían a pedir la mano de Hinata.

-Yo lo atenderé-dijo bajamente Naruto, mientras crujía sus dedos.

Sintió a Hiashi Hyuuga suspirar.

Desde el interior de la casa pudieron oírse gritos, golpes y alguna que otra, cabiendo decir, muchas palabras mal sonantes

Sonrió de medio lado al recordar a este. Gracias al hombre, se relajó bastante. Después de un día estresante como aquel, era bueno poder desahogarse con alguien.

-Naruto-

Él elevó la mirada, encontrándose con su hermosa esposa enfundada en un lindo camisón lila corto, donde el vientre redondo de tres meses empezaba a notarse de más, sus pechos más llenos y abundantes. Lo sabía, pues él…y su cabello algo más largo, sin hacer esos rizos que anteriormente se le había formado al cortárselo.

Sonrió entre dientes

-¿Todavía sigues enfadado?- le preguntó ella, sonrojándose mientras él palmeaba la cama para que entrara.

-No- y era cierto, después de desfogarse, ya todos sus males se había ido.

Hinata se metió con cuidado, acercándose a Naruto para abrazarle. Sonriendo, Naruto la acunó entre sus brazos, apoyando su mentón en su cabeza.

Era ya bien entrada la noche cuando Hinata decidió escabullirse de su habitación y dormir en la de invitados con Naruto. Su padre a veces era demasiado tradicional. Además, a ella le gustaba dormir cerca de Naruto, sentir su calor y sus brazos rodeándola…estaba claro que sin él, no podía dormir.

-Lo siento- murmuró ella, pegando su rostro a su pecho-mi familia es…es….-buscó la palabra adecuada para describir a su familia. ¿Rara?

-Especial- terminó Naruto sonriendo con diversión- tu familia es demasiado especial. Pero no me molesta- besó su cabeza- los especiales me gustan-

Hinata sonrió, depositando un beso en su pecho desnudo. Naruto empezó a acariciar su cabello, dejando sus labios pegados en su cabeza.

-Nee…Naruto…-él emitió un suave sonido, posiblemente porque estaba a punto de dormirse. Hinata se arrebujó contra él, entrelazando sus piernas-d-debo decirte algo-no obtuvo respuesta, así que decidió continuar- yo…cuando esta tarde vino Tsunade, me hizo un chequeo para comprobar cómo iba el embarazo-

-¿Todo bien?- se asustó al escuchar su voz, y sonrojó aun más, asintiendo.

-T-todo está bien…p-pero Tsunade…encontró algo-

Naruto la separó, mirándola a los ojos. Hinata se mordió el labio, sonrojada.

-S-son dos-

-¿Dos qué?- y él mismo se dio la respuesta, asombrándose- que…-

-Son gemelos-

¿Dos? Iba a ser padre primerizo…de dos niños.

Un niño y una niña, suyos, igual que él o parecidos a Hinata…dos.

La abrazó otra vez, sonriendo, lleno de alegría, emoción, de ganas de ver a esos niños…

-No sé si te lo habré dicho ya Usako…pero realmente te amo-

Y Hinata sonrió.

-No, no me lo habías dicho-

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=FIN=

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