3 de mayo de 2018. preguntas incomodas en YouTube

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Hace solo un día estaba tirada en mi cama, comiendo helado de chocolate y almendras con sabor a lágrimas (porque estaba triste, DUUH), cuando me llamo un número desconocido. No suelo atender teléfonos que no tengo guardados, pero ayer lo hice. Era Rosinelli, el locutor del programa de la radio Injuv al que me invitaron hace unas semanas. Quería pedirme que participara en unos de sus vídeos de YouTube.

La idea no me entusiasmó de inmediato, pero mi mamá me convenció. 《No sacas nada con quedarte en la cama llorando, Ignacia. Anda y distráete un poco, que pierdes》, fueron sus palabras mágicas.

Así que acepte y hoy fue el día de grabación. Mis papás me fueron a buscar al colegio para llevarme a la casa de Rosinelli. Pensé que solo estaríamos los dos, pero había otro chico convocado: Mateo, un influencer y tiktoker que conocí en el evento que hicimos en el taller de mi papá el año pasado. Esa vez no pudimos hablar mucho.

-¡hola-hola, chicos! Ustedes se conocen ¿cierto?-pergunto Rosinelli.

-hola, si -respondí y salude a Mateo.

-¡Gracias por venir! El primer video que ganaremos hoy es de preguntas incomodas- anunció, todo feliz. Obvio que apenas lo dijo que mi se me apretó la guatita. ☹ Me ponen nerviosa esos juegos.

El reto era este: de una bolsa teníamos que sacar papelitos con preguntas que debíamos responder de la forma más sincera posible. Yo iba como avión, pasando la prueba de la mejor manera, hasta que me salió esta bendita interrogante:

《¿Cuándo fue la última vez que lloraste?》

UPS. No iba a admitir que mis días últimamente consistían en ir al colegio y tirarme en la cama a hacer puchero mientras comía helado de chocolate, así que mentí, jeje. Por suerte nadie se dio cuenta.

Luego grabamos un video en el que teníamos que responder una trivia de preguntas de historia, cultura popular, etcétera. Al que no sabía se le reventaba un huevo en la cabeza, waaa. Mi parte favorita fue cuando Mateo no supo responder un problema de matemáticas y él mismo se aplastó el huevo en la frente. Hace tiempo no me reía tanto. 🙂

Peeero la mejor parte del día fue al final, cuando Rosinelli me invitó a que volviera a la radio. ¡sus jefes quieren que vaya dos veces al mes! ¡que emoción!

el sueño continúa-Ignacia Antonia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora