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2017 • Andromeda

—Andro, bajá— gritó mi madre desde la cocina.

Bajé a pasos rápidos y entré donde ella se encontraba haciendo milanesas.

—¿Hoy toca acá?— suspiré.

Cada semana, los domingos, con la familia de mi papá nos juntábamos para comer. Era algo que llevábamos haciendo toda la vida, y cada semana tocaba en una casa.

—Sí— contestó —, además tus primos traerán a un amigo suyo porque después irán a la plaza a hacer eso que hacen ellos— informó.

—A rapear má— me reí —¿qué amigo?— pregunté interesada.

—Y no sé, preguntale a tus primos densa— me dio una espátula—ahora vigilá esto mientras recibo a la tía Cata— salió del lugar y fue a abrir la puerta.

Mis primos competían casi todos los fines de semana en la plaza del parque Rivadavia. En el "quinto escalón". Era re fan de esa compe, y de la cultura, cuando era más chiquita siempre iba a ver competir a mi primo mayor, Carlos. Así que lo probable sería que trajeran a uno de sus amigos de esa compe. ¿Quién será? Realmente estaba ansiosa por saber quien era.

—Andro— gritó mi mamá.

Uh re colgué, ¡la milanesa! ¡Se quemó! Ay pero la puta que me parió.

—¿Sí má?— pregunté intentando tapar el desastre cuando esta entró a la cocina. Detrás pude ver a Marcos riéndose y a su hermano hablando con un pibe, que supongo que será el amigo que trajeron.

—¡Decíme que no se te quemó la milanesa!— dijo enojada.

—No se me quemó la milanesa— murmuré.

—Salí de acá pedazo de desempleada— Marcos soltó una carcajada ganándose una mala mirada por mi parte.

—Primita— saludó y le pegué una colleja.

—¿Qué te reís gordo puto?

—Hola lobito— saludé a mi otro primo dándole un beso en la mejilla.

—¿Cómo anda mi chiquita?— me revolvió el pelo.

—Salí bobo.

—Mirá, te presentó a Valentín— señaló al pibe.

Ya sabía quien era, no lo faneaba, pero sabía quien era. No me llamaba mucho la atención.

—Hola— saludó tímido.

—Hola, ¿todo bien?— me acerqué a darle un beso.

—Sí— sonrió.

—Ella es Andromeda, mi prima la chiquita— habló el menor de los hermanos.

—Podés decirme Andro— añadí —y re que soy dos años menor que vos no sé cual flashas.

Fuimos al salón con el resto de la familia y Valentin se presentó a todos. Yo salí al patio y cuando mis primos acabaron de saludar, vinieron a donde yo estaba.

—¿Vas a venir?— preguntó Marquitos sentándose a mi lado.

—¿Dónde?— fruncí el ceño.

—Y al quinto boluda— contestó.

—¿No molesto?

—No sé cuando vas a anotarte, si sos re buena— afirmó Wolf.

—¿Rapeás?— intervino Valentín.

—A veces, pero re mal. Lo mío es el patinaje.

—Mentirosa— dijo mi primo —dale vení, no hace falta que te anotes, solo vení a ranchar.

—Bueno— me hundí de hombros.

—Van a estar los pibes de siempre, Mauro, Dam, Nachito capaz, Ecko, Daniel— subió la cejas Marcos.

—¿Por qué levantás las cejas down?— me reí.

—Nada.

(...)

—¿Y por qué no te anotás?— preguntó el amigo de mis primos de camino a la plaza.

—Me da vergüenza supongo— me hundí de hombros.

—Bueno, ¿pero a mi me mostrás?— sonrió.

—Tal vez algún día.

—¿Eso quiere decir que vendrás más veces a ranchar?— siguió sonriendo. Que linda sonrisa.

—Si me invitan— me hundí de hombros —¿Qué edad tenés?

—19, ¿vos?— me miró.

—18.

—Ah sos legal, que buena noticia.

—Sos un tarado— le pegué suavemente en el brazo y aceleré el paso para estar con mis primos.

Después de caminar unas cinco cuadras llegamos a la entrada del parque. Allí habían algunos pibes, entre ellos; Daniel, Replik y Klan.

—¿Qué onda?— saludó Marcos chocando con cada uno de sus amigos.

—Andro— se acercó Dani sonriente.

—Enano— le saludé.

—Salí chiquito, es mi wacha— se acercó Valentin.

—Salí vos puto, es mi wacha— me agarró por los hombros.

—Soy torta— solté haciendo que Daniel ría.









🖤🖤🖤

algo del vacío; wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora