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Justo después de que paso toda la mierda de mis padres, cuando entré en secundaria no se en que momento me obsesione tanto con mi cuerpo.
Creía que si tenía gorditos no era alguien bonita, me opcione tanto al borde de provocarme el vomito, pero por las noches me daba unos atracones hasta llegar al punto en el cual ya no me cabía ningún bocado más y minutos después la culpa era horrible, pensaba que por darme ese atracón ya había subido como mínimo dos kilos y no era así y cunado recibía un comentario de "estas más delgada" no sabían lo bien que se sentía, los comentarios de las personas me afectaban a tal grado de querer adelgazar cada vez más y más y yo nunca le conté esto a nadie, era una lucha interna que tenía conmigo misma.
Después en la preparatoria me volví a sentir un poco mejor con mi cuerpo, pero en sí lo que me ayudó fue los libros, leer sobre desórdenes alimenticios y sobre todo hable con una psicologa por WhatsApp, ella me daba consejos y me hablaba como si en verdad me importara y al final pude salir de todo eso.
Cuando estaba viviendo este último año con mí mamá volví a recaer, no comía ningún solo bocado, preparaba la comida y después se la daba a los perros para que mí mamá pensara que ya había terminado de comer.
Los calambres por falta de nutrientes estaban volviendo, lo supe cuando una vez mí mamá y yo fuimos a ley yo no podía bajar del carro porque ambas piernas tenían calambres, horribles.
Ese día me compré un suero en esa tienda, necesitaba nutrientes.
Saben que es lo que más me molesta de todo esto? Que mí mamá me daba pastillas para perder el apetito y así adelgazar, eso estaba mal y mientras ella me las daba yo era feliz porque mis atracones y ansiedad de querer comer disminuían a pesar de que los síntomas por tomar esas pastillas eran horribles.
Nadie estuvo ahí para mí en cada una de mis crisis yo tenía que liderar conmigo misma y mis pensamientos.
Después de volver a hablar con Coco ya no era la misma, algo en mí había cambiado.
Esta vez fui yo quien decidió dejar de hablarle.
Tenía que quererme a mi misma primero, tenía que encontrar algo que me animara a ser alguien mejor y no la basura que era justo en ese momento.
Los días pasaban muy lentos, sentía que flotaba.
Recupere mi apetito, pero aún así algo en mí estaba mal y justo en este momento no puedo evitar no contar las calorías cada vez que me sirven de comer cualquier alimento.
A veces dejo de comer por días por querer adelgazar y otros días me siento tan bien conmigo misma que hasta puedo decir que me amo, pero otros días no quiero ni siquiera verme en el espejo.
Tuve que aprender a quererme a mi misma, aún que hay días en los que me odio completamente.
Como hoy.

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