✦capítulo siete✦

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La tenue luz de la Luna entraba por la ventana, impactando con fuerza en su rostro, pero eso no fue lo único que lo despertó. El movimiento de la cama siendo dejada por quien dormitaba su lado lo sobresaltó, haciendo que abra los ojos de golpe. Eddie no solía tener un sueño muy pesado, debía estar verdaderamente cansado para que así fuera.

Segundos luego, lo vio salir de la habitación, entrecerrando la puerta tras de sí. Lo escuchó entrar al baño, habitación que se encontraba justo en frente de la de Richie. La luz del baño se prendió, y eso ayudó a que pudiese aclarar mejor su vista en la oscuridad, pero entonces la puerta se cerró, volviendo a las penumbras, con a penas iluminación proveniente de afuera.

Se sentó en la cama, esperando a que Richie volviera. Hasta no volver a mirarlo a los ojos y verificar que todo estuviese bien, no podría volver a dormir tranquilamente. Porque solamente Richie era quien le transmitía esa tranquilidad, y si a Richie algo lo estaba perturbando, ¿cómo haría para dormir? Quizás ninguno de los dos podría. Al menos se tendrían el uno al otro, pensó Eddie, algo estremecido y con su vista pegada a la puerta, esperando a que el azabache entrara. Richie siempre había estado para él. Había estado para él en las tenebrosas y sombrías noches donde podía jurar que un monstruo habitaba bajo su cama. Había estado para él en cada uno de sus ataques de pánico, recordándole que aquello no era nada más que algo pasajero. Estuvo para él incluso durante las madrugadas, donde pesadillas lo habían hecho despertar llorando y su primera opción siempre había sido llamar a Richie, porque él le hacía sentir seguro, y éste apareció en menos de diez minutos colándose por la ventana de su cuarto de manera torpe. El azabache en ningún momento soltó una queja sobre el horario que era, solamente se dedicó a abrazarlo mientras esperaba a que se durmiera. Sí, Richie siempre había estado para Eddie, y Eddie prometía hacer el mejor esfuerzo para siempre estar junto a Richie. Se negaba rotundamente a dejarlo solo. Aún cuando tuvieran la peor discusión del mundo no dejaría de estar para él. Se lo tomó como, probablemente, la promesa más importante de su vida, y la más valiosa, también.

No sabía con exactitud qué hora era, pero suponía que eran cerca de las tres de la mañana. Recordó que antes de dormirse apoyando su cabeza en el pecho de Richie le había dado una rápida mirada al reloj de pared que había en el cuarto, y a penas estaban por ser las doce. Cuando él cayó entre sueños, Richie aún se mantenía despierto, por lo que no tenía conocimiento de a qué hora se había dormido él, y eso le preocupaba, porque no sabía si siquiera había dormido algo. Sabía del insomnio que solía tener Richie, y recordaba haberle repetido cuál perjudicial podría ser para su salud dormir tan poco o dormirse tan tarde, y que debería buscar ayuda profesional, pero el azabache solamente le restó importancia al asunto.

Los minutos se le comenzaban a hacer eternos. Richie aún no salía del baño, y eso a Eddie le comenzaba a poner nervioso. Solamente quería volver a tenerlo entre sus brazos mientras le susurraba lo mucho que lo quería. No fue hasta ese mismo instante que, sintiéndose sofocado por las sombras de la habitación, comprendió cuan enamorado estaba de aquel chico. Y que ya no había vuelta atrás para aquel sentimiento. Y que sin duda no le importaba que su corazón se rompiera mientras fuese Richie quien lo hiciera. Aún así él sentía... No, el sabía que Richie jamás rompería su corazón. Había dejado su corazón plenamente confiado en manos del azabache, porque confiaba en él lo suficiente como para saber que jamás le haría ningún daño. Richie jamás dejaría caer su corazón, y si así lo hacía, ¿qué más daba? Eso no cambiaría que su corazón siguiera siendo suyo. Aún hecho pedazos, seguiría teniendo la marca de Richie Tozier en él. Quizás no era la mejor forma de expresarlo, pero así lo sentía. Sentía que amaría eternamente a Richie, sin importar qué. Tal vez algo precipitado hablar de amor verdadero con sus jóvenes quince años de edad, pero simplemente cuando lo sabes, lo sabes.

self love ;; reddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora