✦capítulo dos✦

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  Las sospechas de Eddie sobre que algo sucedía en cuanto a Richie se confirmaron aún más a la edad de dieciséis años. De pronto, Richie era quien sacaba las fotos del grupo. Él ya no quería aparecer en ninguna, y para evitar eso, ponía excusas que Eddie definitivamente no se creía. "No puedo, anoche no dormí nada. Me veo como un zombie, más que de costumbre. Ustedes no quieren un recuerdo como ese, ¿verdad?" "Estuve probando nuevos ángulos de fotos. Dejen que la saque yo y tendrán la mejor foto que verán en sus vidas." Sus amigos accedían rápidamente y sin interrogarlo, pero Eddie no creía las cosas tan fácilmente. Richie siempre encontraba la manera de no aparecer en las fotos sin levantar sospechas.

  Hubo una vez donde Beverly llevó su nueva cámara al encuentro en los barrens con los perdedores. Ella tuvo la asombrosa idea de sacar varias fotos allí, para recordar el nuevo verano que acababa de comenzar. Y Richie insistió con todas sus fuerzas que Beverly le dejara sacar las fotos, pero la chica no era para nada flexible, y solamente le respondió que su tía la mataría si se la prestaba a alguien y ese alguien la rompía. Entonces su tía le prohibió que se la prestara a alguien, y Bev era obediente, por lo que se encargaría de seguir las normas de su tía a la perfección.

  Richie no tuvo más remedio que salir en las fotos, pero lo misterioso para Eddie al ver las fotos, fue que el azabache nuevamente se las había ingeniado para no mostrar la cara en ninguna de ellas. En realidad, habían muchas donde no salía. Había dicho que estaba cansado y que luego de descansar volvería a las fotos. Y lo hizo, pero no como Eddie esperaba. En conclusión, no había ninguna foto reciente de Richie, y Eddie deseaba tener una pegada en su armario, lugar donde su madre no la vería.

  El castaño entró a la habitación de Richie luego de saludar a Maggie Tozier con una encantadora sonrisa, y ella se la devolviese de la misma forma, preguntándole si se quedaría a comer. Eddie no tardó en responder que "sí, por supuesto, si no es mucha molestia", ella como de costumbre, le aseguró que no era ninguna molestia y que jamás lo sería.

  Richie estaba en su cuarto revolviendo entre todos los comics de Archie, Marvel, y La Pequeña Lulú que tenía en un rincón.

  — Rich —habló Eddie, provocando que éste se volteara de inmediato y esbozara una sonrisa.

  — Hey, Eds. No te esperaba tan temprano. Es lindo verte —soltó en un suspiro para luego sonreír.

— Lo mismo digo —sonrió, pero ésta se borró al ver la mueca en el rostro de Richie. No dijo nada, pero lo anotó mentalmente para hablarlo luego.

Eddie se acostó en la cama de su mejor amigo mientras esperaba a que él terminara de buscar el comic que leerían hoy. Seguramente luego hablarían sobre las aspiraciones de ventrilocuo de Richie y el taller que Eddie abrería cuando sea mayor.

— ¿Qué quieres hacer hoy? —preguntó Richie mientras tomaba uno de los últimos números de Archie e iba hacia la cama junto a Eddie.

— ¿Por qué? ¿El plan de leer los últimos números de comics que compraste se vio interrumpido por algo? —dijo mientras se acomodaba a un lado de Richie, ambos apoyados contra la cabecera de la cama.

— No, es sólo que... —Eddie divisó como mordía su labio inferior y desviaba la vista. Lo miró expectante, esperando a que continuara— no quiero que te aburras conmigo.

Eddie parpadeó un par de veces frunciendo el ceño. ¿Richie en serio pensaba eso? ¿Aburrirse con Richie, siendo una de las personas más divertidas y carismática que Eddie alguna vez hubiese conocido? Richie era, lejos, la persona más divertida que hubiese entrado en su vida, aunque era algo que no admitía fácilmente. Él siempre le hacía reír, incluso con los chistes sobre su madre. Los perdedores también podían confirmar lo divertido que era. ¿Cómo era posible que pensase que era aburrido? ¿Quién le había mentido de esa forma a Richie?

— Richie, no importa lo que hagamos, nunca me aburro contigo —lo miró de la forma más sincera posible, y vio como el azabache levantaba la vista hacia él y sus ojos brillaban levemente

— ¿Estás hablando en serio, Eds? —su tono de voz parecía esperanzador.

— Claro que sí, idiota. Es imposible aburrirse contigo —le sonrió, y le pareció que los ojos de Richie brillaron aún más a través de los cristales de sus anteojos.

— No lo sé. ¿No te canso a veces?

— ¿Qué? Rich, ¿de dónde sacas esas ideas? Disfruto cada segundo contigo.

¿Richie cansarle? Imposible. Siempre que Eddie llegaba a su casa después de estar todo el día con él, aún no le parecía tiempo suficiente. Siempre se quedaba con ganas de seguir viéndolo, y ansiaba a que llegue el otro día para volver a verlo. Cuando estaban juntos se aseguraba de disfrutarlo al máximo.

El azabache bajó la vista mientras ajustaba sua gafas. Estaba sonrojado, y para el castaño no fue difícil darse cuenta, pues conocía a su mejor amigo como a la palma de su mano.
Richie sonrojado era una de las imágenes más lindas que había tenido ante su vista, a esa solamente le ganaba la de Richie sonriendo. Entonces Eddie también se sonrojó, solamente por la increíble belleza de Richie.

— No debes estar hablando en serio... —dijo, pareciendo algo tímido y apenado, cosa rara en él.

— Oh, ¿y por qué no?

— ¿Quién disfrutaría cada segundo conmigo? Es literalmente imposible —soltó una risa sin gracia en su intentó de hacerlo sonar como una broma, pero su tono de voz tembloroso lo delató.

— No es imposible. Yo lo hago —se encogió de hombros y busco la mirada de Richie. Por un momento juró que estaba por ponerse a llorar—. Realmente lo hago —afirmó con sinceridad.

Richie por sólo un momento creyó sus palabras, antes de que sus pensamientos negativos sobre sí mismo lo volvieran a atacar. ¿Por qué alguien disfrutaría pasar tiempo con él? ¿Qué tanto sentido tenía eso?

El de gafas acomodó su cabeza en el hombro de Eddie, cerrando sus ojos. El castaño volvió a admirarlo descansar con su respiración tranquila e impasible.
Miró el cuarto de Rich y notó que entre todas las fotos que habían ahí, Richie no aparecía en ninguna. La mayoría eran fotos de Eddie. Eddie sonriendo, Eddie haciendo caras raras, Eddie con expresión de enojo mientras regañaba a Stan, Eddie durmiendo. También habían fotos de los demás perdedores, pero la gran mayoría se basaban en Eddie. Y no, ninguna donde apareciera Richie.

Eddie tomó la cámara de su mochila intentando no moverse demasiado, pues Richie se había quedado dormido. Apuntó la cámara hacia ellos dos y en un corto sonido, tomó la foto que, estaba seguro, sería la más tierna que alguna vez vería en su vida. Al llegar a su casa esa noche la pegó en una de las puertas de su armario.

self love ;; reddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora