✦capítulo tres✦

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La primera vez que Richie puso una excusa para no tirarse a la cantera, y por ende no tener que sacarse la ropa, Eddie le creyó. También le creyó la segunda y tercera vez que lo hizo, pero la cuarta ya no. En realidad Richie nunca había aprendido a mentir del todo bien, sus excusas siempre eran un poco raras, pero de todas formas se las ingeniaba para que sonara creíble.

Richie gritaba a todo pulmón alentando la carrera que estaban haciendo Bill y Mike. Gritaba por ambos mientras agitaba los brazos euforicamente. Eddie tenía su vista fija en él. Aún no lograba comprender cómo hacía para fingir que todo estaba bien, cuando claramente no lo estaba.

Salió del agua y se dejó caer a su lado, apoyándose en una piedra y ganándose una mirada curiosa por parte de Richie.

— Entonces... ¿sigues enfermo? —preguntó Eddie mientras jugueteaba con sus manos e intentaba no mirarlo directamente a los ojos.

— Oh, sí. Muy enfermo —apoyó su brazo sobre su boca y soltó una (falsa) tos. Eddie hizo un gran esfuerzo por no reír, y pensó que si Richie seguía haciendo eso terminaría porque le doliera realmente la garganta. Quizás debería ir previniendo esto de alguna manera.

Tendré que ir pidiéndole los remedios para la garganta a mi mamá.

— Es una lástima. Pensaba que quizás podríamos ir a tomar un helado hoy —soltó de manera que suene indiferente.

Y lo que decía no era mentira. Esa mañana se había despertado diciéndose a sí mismo que seguiría el consejo de Bill y avanzaría un paso con Richie, invitándolo a salir. Gran Bill le dijo: "E-Eddie, ¿c-cómo sa-sabrás si t-tus senti-timientos por él s-son co-correspondidos o no si n-n-no lo i-intentas?" Y tenía razón. Habían veces en las que, al conectar miradas, juraba ver en los brillantes ojos de Richie lo mismo que sentía por él. Aquel mismo sentimiento. Pero, ¿Qué tal si no era así y estaba equivocado? De todas formas, ¿qué tanto perdía al intentar? La amistad de Rich quizás, lo cual era bastante en realidad. Pero intentaba no pensar en eso. Bill le dijo que debía mantenerse positivo, y eso es lo que Eddie hacía. Intentaba ocupar su mente en las cosas buenas que podrían pasar si se le declaraba. "Yo e-estoy se-seguro de q-que R-Richie siente l-lo mi-mismo" y si Bill lo decía entonces debía ser cierto, porque Bill jamás mentía.

Richie lo miró, pareciendo horrorizado y a punto de entrar en pánico. Parpadeó rápidamente antes de hablar.

— Bueno, no me gustaría arruinar tus planes. Aún podemos hacerlo —ahora él era quien intentaba no mirar a Eddie directamente.

— Rich, no puedes comer helado si estás mal de la garganta —dijo, sabiendo lo terco que era Richie y que aún a pesar de "estar enfermo" haría hasta lo imposible para ir.

— ¿Qué clase de idiota diría algo así? Puedo y lo haré. No rechazaría tu invitación a comer helado ni aunque estuviera muriendo, Eddie. Lo sabes —habló, demasiado serio como para ser Richie.

Eddie soltó una pequeña risa. De fondo se escuchaban sus amigos chapoteando en el agua, pero todo parecía muy lejano cuando estaban juntos.

— ¿Se supone que me debo creer que estás enfermo? —dijo luego de unos segundos en silencio, cansado de todo el teatro que se estaba armando Richie con tal de ocultar sus sentimientos. El azabache volteó a mirarlo, estupefacto—. Sabes perfectamente que puedes confiar en mí.

— ¿Por qué dices eso? Confío en ti, por supuesto que sí —ajustó sus gafas y se vio obligado a desviar la vista de Eddie.

— No parece —soltó un suspiro de frustración—. Dime la verdad, ¿estás enfermo?

Hubo un largo silencio. Eddie sintió que quería llorar nuevamente. ¿Y si Richie realmente no confiaba lo suficiente en él? ¿Había hecho algo mal como para que toda esa confianza que tenían de niños se haya disipado durante el transcurso de la adolescencia? Él tenía toda la confianza del mundo con Richie le contaba todo lo que le pasaba en el día a día y casi todos sus sentimientos. Richie también era así con él. Era la primera vez que le ocultaba algo, por lo que esto era completamente nuevo para Eddie y no sabía cómo reaccionar correctamente. Recordó que él fue la primera persona a la que Richie recurrió para contarle sobre su sexualidad, y era un tema realmente difícil de hablar, por lo que pensar que no tenía confianza en él era estúpido. Pero, ¿y si Richie había entablado esa misma confianza con alguien más y por eso ya no le contaba todo a él? ¿Y si..?

Pero Richie respondió sinceramente.

— No —admitió con la mirada perdida—. No estoy realmente enfermo. Ninguno de estos días lo estuve.

Eddie se sintió un terrible amigo por no haber notado desde el principio que estaba mintiendo.

— ¿Por qué? ¿Me quieres contar? —dijo, pero Richie no respondió. Solamente se mantenía con la cabeza baja, dándole pequeñas miradas de reojo al castaño.

Pasaron exactamente dos minutos sin que ninguno hablara, y Eddie supo que Richie no iba a contestar, así que tampoco lo presionó para que lo haga.

Probablemente no quiere hablar del tema, Eddie. No te hagas la cabeza y déjalo en paz. Que no quiera hablarlo no significa que no confíe en ti.

Era verdad. Estaba siendo un idiota con Richie, presionándolo a hablar de algo que quizás no le hacía sentir cómodo. ¿Por qué siempre terminaba cagándola con él? No se lo merecia. No merecía a una persona tan hermosa como Richie Tozier.

— Bueno, el plan del helado sigue en pie —dijo Eddie finalmente. Se levantó de su lugar y le tendió la mano a Richie mientras le daba una pequeña sonrisa. Richie aceptó su manos mientras le devolvía la sonrisa y sus ojos brillaban.

— Esperaba oír eso, Eds —sacudió su ropa al pararse, y Eddie se puso sus pantalones y su remera—. ¿Es una cita?

Eddie abrió los ojos con sorpresa rápidamente y soltó una risa nerviosa.

— Si eso es lo que tú quieres —se encogió de hombros, fingiendo que le restaba importancia al asunto.

— No lo sé, tu madre podría ponerse celosa de que salga con alguien que no sea ella —recibió un pequeño golpe del hipocondríaco a causa de eso—. Bien, entonces que sea una cita, Eddie-bear.

Ambos sonrieron, y luego de despedirse de sus amigos y poner como excusa que Richie debía mostrarle algo realmente importante a Eddie, se largaron de allí. "Sí, seguramente va a mostrarle el pene" dijo Stan una vez que ellos se fueron, y todos los demás rieron a carcajadas.

No fue hasta unos días después que Eddie Kaspbrak se enteraría que Richie Tozier odiaba su cuerpo. Y que se odiaba a sí mismo.

self love ;; reddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora