El lugar parecía un concierto hecho de un delgado cristal, la muchacha de piel morena estaba de espalda, sus castaños y largos cabellos sueltos pero dejaban ver su desnudez trasera. Al rededor de ella el vidrio estaba roto
El castaño se acercó lentamente, hasta quedar frente a frente con la muchacha. Mantenía aquellas delicadas facciones de muñeca que le caracterizaba, sin embargo, sus cuencas estaban vacías, la noche se apoderó de su mirar. Se mantenía neutral ante el castaño oscuro
— Hola Edward —Su voz resonó por la tarima de cristal. La muchacha solo le llama por su nombre cuando el enojo sobre pasaba los límites— Amo este lugar, ojalá así fuese mi destino —Cerró sus cuencas y alzó su cabeza— Quería ser cantante —
— Lo recuerdo —Dijo melancólico, nunca olvidaría ese día— Ese día te me declaraste —Hizo memoria
— ¿Cómo no hacerlo? Me defendías de Tom, eras amable, atento, divertido —Habló con calidez la muchacha, añorando los momentos de la infancia donde todo parecía ser más fácil— Pero no me correspondiste. Supuse que no te gustaba pero eso—Negó con su cabeza gacha— Nunca me lo hubiese imaginado, mucho menos de ti Edward —Edd la miró perplejo, no entendía
— ¿Qu-Qué?—Soltó al aire acercándose a la castaña—Yo solo puedo verte como una hermana Tam...—Tomó a la más baja de los hombros y la tarima se rompió en mil pedazos, una
El castaño despertó exaltado. Sudor frío recorría todo su cuerpo, hizo la señal cristiana en modo de defensa
— Eddie, buenos días —Llamó la castaña oscuro abriendo la puerta dejando pasar a una pequeña minina— Despierta ya dormilón —Talló sus ojos y se levantó estirandose
La felina se sentó en su regazo y empezó a ronronear en busca de afecto
— Vaya sueño que tuve Ringo —Le comentó el de ojos marrones al felino— Sueñe con Tam...¡Qué tarde es!—Exaltó yéndose a cepillar los dientes, se puso una sudadera y unos monos con suerte, escupió mientras cepillaba con sus dedos para verse decente y bajo— Nos vemos tía, bendición —
— Dios le bendiga hijo —Despidió a su sobrino, dándole un par de zapatos antes de que se vaya. Del apuro casi salía descalzo
Iba en el bus, era una ciudad pequeña, todos se conocían y se tenían apreció, el suicidio se descartó por la forma de muerte y el símbolo
Mordió su labio inferior con nervios, el simple hecho de pensar de que incluso pude ser él le llegó
—Dios padre guárdame...—Oró en voz baja para luego empezar a recitar los rezos de su Rosario. Por estas cosas odiaba quedarse dormido
Finalmente llegó a la escuela. Todo parecía tensó
— ¡Hey Edd! —Esta vez el saludo no era tan alegre
— ¡Eddie! —Llamó el extranjero al británico
— Tord... —Saludó con poco entusiasmo— ¿Te enteraste lo de Tamara? Pobre chica...—El de peinado extravagante rodó sus ojos con fastidio
— Todos hablan de eso —Comentó con fastidio— ¿Por qué debería sentirme triste? ¡Ni siquiera la conozco! —Exclamó haciendo un berrinche. Edd termino de ordenar algunas cosas
— Se llama empatía —Regañó el castaño para cerrar el casillero. Tord bufó para luego poner un puchero
— Solo otra forma de hipocresía, para hacernos creer que somos buenas personas —Comentó el de cabellos miel
Fue entonces cuando un alto muchacho hermano de la fallecida llegó, sus ojeras estaba presente. Su cabello no estaba como siempre en punta, estaba caído y alborotado, la ira estaba en sus ojos los cuales delataban el llanto que había cesado
— ¡Tu! —Exclamó a tal tono que resonó. Todos los presentes miraron al sujeto señalado: Tord Larsson— ¡Fuiste tú! —Se acercó salvajemente y lo tomó del cuello apretando con fuerza este alzándolo un poco— ¡Conozco a todos desde que tengo memoria y llegas tú y ella...!—Su ceño suavizó, para luego romper en llanto. Bajo al de peinado extravagante y se tapo la cara
Tord miraba la escena escéptico, suspiró
— Un consejo Edd —Habló el de ojos oscuros— No seas un bebé llorón —Su tono de voz cambio, levemente pero se alcanzó a notar
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Un pequeño rubio comía solitario en una esquina, sus ojos azules miraban al piso. Fue entonces cuando se levantó y se acercó a los niños
— Mmm...¿Tom? —Habló el pequeño. Con fastidio lo miró, hizo un gesto para que el pequeño hablase— Yo...supe lo de tu hermana y, lo siento—Habló el rubio
— Como sea —Trató de hablar desinteresadamente, pero su voz rota se lo impedía
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Una semana exactamente pasó. El ambiente se calmó un poco, sin embargo la policía se quedaba sin pistas ante el caso
Era otro día normal en el instituto, Edd se dirigía al baño cuando pudo ver un grupo liderado por un español acorralar a un pequeño rubio de ojos azules, temeroso
— ¡Ya te di mi comida! —Gritó con temor Yuu
— ¡No quiero tu patética comida! —Le tiró la comida hacia al de ojos azules— ¡Yo me alimento del miedo! —Puso los ojos en blanco haciendo gritar a la víctima, haciendo reír a los compañeros
Edd frunció el ceño tras observar la escena, sin embargo sacudió su cabeza. Tratar de interferir era firmar su sentencia de muerte con aquellos muchachos, solo pudo oírlo sollozar tras ver la cruel broma
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No recordaba cuando durmió y cuando acabó de rezar, vio su reloj que marcaba las 4:12pm, cuando llegó una notificación
#NOTICIA: Adolescente es encontrado muerto en lago local, con la misma cruz que el anterior muerto
Su estómago se revolvió, vomitando lo que había almorzado. Hubiese querido haber hablado más con él
