Rival VI

8K 706 333
                                    


—Mmmn...—
Se retorció el calvo estirando sus brazos y piernas y girando levemente la cabeza a los lados terminando en un gran bostezo antes de abrir lentamente sus ojos. 

—Buenos días Sensei—
Saludo el ciborg abriendo el ventanal tradicional japonés de su habitación.

—Buenos días—
Respondió adormilado sentándose en su futón para estirar los brazos una vez más.

—Pronto será la hora del desayuno Sensei, acabo de confirmarlo con la recepcionista, le sugiero acerarse antes de eso— dijo cual soldado reportándose a su supervisor viendo cómo el calvo asentía adormilado buscando pararse solo para terminar estrellándose nuevamente en el futón tras tropezar con las sábanas.

–SENSEI!— corrió Genos tras su maestro buscando tomar su brazo y mano ayudándolo a pararse una vez más.

—¿Está bien Sensei?—
Pregunto preocupado el rubio a lo cual Saitama frunció el ceño algo incómodo tomando el espacio entre sus cejas y masajeándolo con su mano.

—Estoy bien, sólo sigo algo dormido—
Diciendo esto solto el agarre de su discípulo para dirigirse al baño donde luego de orinar, busco dormitando el cepillo de dientes y pasta dental del pequeño vaso de vidrio del lavado.

Como si estuviera en su hogar haciendo su rutina diaria hizo gárgaras con agua en su boca para escupirla y mirarse finalmente al espejo luego de mojarse un poco el rostro.

—Eh? Qué es ésto...?—
Susurró el calvo ya más lúcido acariciando con las yemas de sus dedos unas diferentes marcas rosadas en su cuello y pecho.

Por curiosidad, abrió por completo su kimono el cual noto que se encontraba desalineado, con un hombro caído y mal anudado seguramente a causa de su forma de dormir tan descuidada.

—Qué extraño, pensé que los mosquitos no aparecían en esta época—
Comentó en voz alta notando los múltiples piquetes desplegados desde su cuello hasta su abdomen.

—Debí haber traído repelente—
Se lamentó el héroe ya dándole menos importancia  al asunto saliendo del baño y notando la comida ya servida sobre una nueva mesa y Genos ya esperándolo para desayunar juntos.

—Sensei, le sirvo un poco de té?—
Dijo con una amplia sonrisa sosteniendo una tetera en sus manos.

—Si, por favor—
Respondió el maestro sentándose frente a él notando luego de unos bocados y atenciones de Genos algo particular en su discípulo.

—??... Genos... tú... te hiciste algo en el rostro?—

—¿Por qué lo dice Sensei?—

—Mmm... es extraño, tu cara se ve algo extraña, es como si brillara—
Decía notando el destello de pulcredad en la cara de Genos, como si se hubiera aplicado alguna especie de aceite o algo por el estilo.

Genos sin saber que responderle a su Sensei simplemente le sonrió.

—Debe estar imaginando cosas Sensei, soy un ciborg, mi apariencia nunca cambia—

—Eh~... que bueno es ser un ciborg, puedes lucir arreglado todo el tiempo, no te enfermas y además a diferencia de los humanos no tienes que preocuparte por las picaduras de mosquitos— dijo en todo apacible y relajado rascando su cuello por inercia.

Es así que habiendo ambos desayunado, decidieron aprovechar el último día en el ryokan, sumergiéndose en el onsen desde la mañana para compensar el día desperdiciado de ayer.

RivalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora