¡Salvame!

DIAs pt 2

Hoy tuve otro día más.

De esos que no son buenos ni malos, pero tampoco crees que recordaras viejo y senil. Di algunas vueltas en la cama intentando dormir mas tiempo, terminar antes el día, que se haga de noche y respirar, porque el asma me caga en las mañanas y ya por las noches me aguanta más.

Me termine levantando porque al perro le entro la depresión y ya son suficientes personas tristes en casa como para agregar a más, me vestí de lo mas decente para ver al psicólogo, había un sol tan fuerte que me veía derretido en la acera pudriéndome desde el hígado hacia afuera. No hablare del viaje hasta su consulta, nada nuevo que contar.

La recepcionista me miro de pies a cabeza e intento sonreírme, pero no creo que las recepcionistas puedan sonreír, si yo fuera recepcionista no le sonreiría a nadie, les diría que ya saben que hacer, que por ahí esta el agua y al fondo a la derecha el baño, ¿alguna vez los baños han estado en otro lugar que no sea al fondo a la derecha/izquierda? Me asustare realmente cuando entre a un lugar y me digan que el baño está en otro lugar.

Me senté y observé las revistas de la consulta, ¿existen cosas mas depresivas que las revistas de la consulta? Comencé a sudar, me quité los lentes y el mundo se volvió mas soportable, porque no veía nada ni a nadie.

El psicólogo me pregunto por mi semana, por mi día malo y por mis días buenos, por lo que comía y como dormía, siento que estoy en una entrevista de trabajo cada vez que me siento en el sofá de su oficina, ansioso espero que me pase la hoja donde dibujar a un hombre bajo la lluvia, a un puerco o cualquier cosa que le dirá que no soy apto para el puesto, pero para este puesto si que soy apto, para la depresión todos somos aptos, lo que es una mierda porque ya esta saturado el puesto de loco triste. Me receto unas pastillas para dormir y a un grupo de apoyo para adolescentes que no saben lo que quieren, cuando lo quieren y porque ya no lo quieren.

Cuando llegue a casa ya de noche, saque la botella de vodka que esta debajo de mi cama, los cigarros del cajón de los calzoncillos y me senté al frente de la ventana con un vaso, unas 2 pastillas y un cigarro en completa oscuridad, desde ahí podía ver algunas casas con las luces prendidas, familias comiendo, parejas despidiéndose en las esquinas y estaba seguro de que alguien podía verme, pero no hay mucho que ver, porque yo ya estaba perdiéndome en el sueño.

Abrí los ojos, el perro rasguñaba la puerta de mi cuarto, decidí abrirle porque me sentí muy solo, no es que me sentiría mas acompañado, pero al menos si moría me descubrirían antes de que apestara.

Suspire, mañana será un día mejor, ay pero que felicidad.