Las olas, como un corazón latiendo, impulsaban el barco hacia el horizonte. El sol naciente, un testigo silencioso, bañaba la embarcación con su luz dorada, mientras el destino se abatía sobre Hayun.
En la sala de espera, Daniel, un príncipe de sangre azul con un aire de impaciencia, se impacientaba. La tardanza de Hayun lo hacía hervir de rabia, cada minuto que pasaba era una afrenta a su tiempo, a su estatus.
— Por favor, príncipe Daniel, espere a la princesa. Ella suele ser despistada — intentó calmarlo la Reina Kim Jisoo, con un tono suave pero firme.
— No lo dudo. ¿Qué educación ha recibido para hacer esperar a un hombre de linaje y más proveniente de la corona dorada? — respondió Daniel, con un tono despectivo que hacía que la reina Jisoo apretara los dientes.
La educación del príncipe no era la mejor. La reina Jisoo, una mujer de carácter fuerte y corazón noble, no podía creer la soberbia que emanaba de ese joven. ¿Cómo podía ese muchacho, que parecía más un aldeano arrogante que un príncipe de la nobleza, pretender controlar a Hayun?
— Con la educación que me han brindado mis padres, no te metas — se presentó Hayun, dos maletas a su lado, su atuendo nada parecido al de una princesa. — Tengo más sabiduría de la que tú quisieras obtener por parte de tus ancestros.
Las palabras de Hayun, audaces y directas, hicieron que Daniel se quedara mudo. Sus ojos se posaron en la ropa de la princesa, una mezcla de telas simples y colores sobrios, nada que se pareciera al lujo al que estaba acostumbrado.
— ¿Qué haces con esa ropa? Mi mayordomo se encargó de darte un vestido adecuado para presentarte ante la corona — Daniel se acercó a ella, con un tono de reproche. — ¿Piensas presentarte de esa forma ante la corona de Inglaterra? — Se lamentó, con una mueca de disgusto. — Yo acepté tus tradiciones, así que tú acepta las nuestras.
Hayun sonrió, con una pizca de ironía. — Investigué sobre la vestimenta adecuada y no veo objeción. Por esta ocasión, me subiré con unos pantalones marrones y una camiseta. — Le guiñó un ojo, con un toque pícaro. — Si te preocupa cómo me vea ante la corona, tranquilo, usaré ese vestido rosado para cuando paremos en mares europeos.
La mirada de Daniel se oscureció, pero no pudo replicar. La arrogancia de Hayun lo ponía de los nervios, su rebeldía era una brasa que amenazaba con incendiar su paciencia.
Cuando la familia real llegó al muelle, el servicio del rey Kang Daniel los esperaba con impaciencia. El barco que los llevaría a Inglaterra estaba listo para zarpar, y las despedidas se hicieron más tensas que un cable de acero.
Hayun, con la mirada fija en el horizonte, sintió un miedo que le recorría la columna vertebral. Un miedo a lo desconocido, a un mundo diferente, a un futuro incierto.
— Cariño — la reina se acercó a Hayun, con un rostro lleno de preocupación. — Te deseo lo mejor en tu nueva vida. Será difícil, pero tendrás que superar cada barrera. — Acarició la mejilla de Hayun, con un gesto maternal. — Sé que, si tu madre estuviera aquí, estaría orgullosa de la mujer que has crecido.
La Reina Jisoo no era la verdadera madre de Hayun, pero la había amado como si fuera su propia hija. Hayun, desde pequeña, la había considerado su segunda madre, y el amor que le había brindado la había mantenido fuerte en momentos difíciles.
— Ella lo sabe, Jisoo — respondió el rey Park Jin Young, con un tono de voz melancólico. — Lamento que tengas que ir. — Miró a su hija, con tristeza en sus ojos. — Quise llegar a otro acuerdo, pero al parecer este es el mejor trato para nuestro reino.
— Lo sé... Padre... Rey Park Jin Young — respondió Hayun, con un tono de voz firme. — ¡Me encanta la dirección que está tomando la historia! La tensión entre Hayun y Daniel es palpable, y la incertidumbre sobre el futuro de Hayun es una promesa de una trama emocionante.
— Seré una chica fuerte como me lo ha enseñado usted y mis dos madres — respondió Hayun, con un tono de voz firme.
Los tres se abrazaron, un gesto de despedida lleno de tristeza y amor. Pero en el aire, se podía sentir una nota de resignación. Hayun se estaba despidiendo de su familia, de su vida, de todo lo que conocía.
— ¡Princesa Hayun Park está demorando cada vez más! — gritó Daniel desde la cubierta del barco, su voz resonó como un trueno en el silencio del muelle.
La reina Jisoo, con la mirada llena de furia, resopló. — Mocoso insolente, realmente no me agrada ese tipo — esculpió con un tono amargo. — Espero que mis nietos sean parecidos a mi Hayun.
— Nietos con ese tipo. Jamás — respondió Hayun con una sonrisa irónica.
La separación fue brusca, marcada por la impaciencia y la arrogancia de Daniel. Hayun se alejó de su familia, con un nudo en la garganta, y se dirigió hacia la escalerilla que la llevaría al barco. La mirada de su padre la acompañó, llena de tristeza y resignación. Sabía que estaba sacrificando a su hija por el bien del reino, pero también sabía que Hayun era una mujer fuerte, capaz de afrontar cualquier reto.
— Las ovejas han entrado al matadero — susurró un marinero, observando cómo Hayun ascendía al barco, con un rostro inexpresivo.
El barco zarpó, llevándose a Hayun hacia un futuro incierto. El mar, un espejo del cielo, reflejó la soledad de su viaje. Las olas, como susurros, le recordaban a Hayun que estaba sola en un mundo que no la comprendía.
A medida que el barco se alejaba de la costa, Hayun no pudo evitar mirar hacia atrás, hacia el pequeño pueblo que la había visto crecer, hacia la familia que la había amado. Sabía que esa era la última vez que vería su hogar.
Un escalofrío recorrió su espalda. No era el frío del mar, era un presentimiento, una sensación de que algo terrible iba a suceder.
¿Qué le esperaba en Inglaterra? ¿Podría sobrevivir en ese mundo lleno de reglas y protocolos? ¿Podría escapar del control de Daniel?
Hayun se aferró a su maleta, con una mezcla de miedo y determinación. Sabía que el camino que tenía por delante estaba lleno de peligros, pero también de oportunidades. No dejaría que Daniel la controlara, ni que la convirtiera en una simple marioneta.
Ella era Hayun Park, una princesa de sangre real y de espíritu indomable. Y estaba decidida a sobrevivir.

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PIRATAS ►BTS
FanfictionSiete piratas, los más irresistibles de los siete mares, se embarcan en una búsqueda del tesoro. Pero lo que encuentran es una princesa tan encantadora como diminuta... y más preciosa que cualquier joya. Ella es su única pista para encontrar el tes...