Family

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- No te preocupes, cuando sea un pilar y venzamos a los demonios volveré... y viviremos juntos, como una familia.

-¿Lo dices en serio, Kyojuro?

- Lo juro, con mi vida.

- Más te vale cumplirlo, o me enojare mucho contigo~

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- ¿Es... correcto que siga viviendo aquí? Ya sabes como es tu padre, Rengoku-san no está bien y me... molesta como los trata a ti y a tu hermano.

- Está bien, pronto pasará... Si tu estás aquí no me sentiré solo,mi hermano tampoco.

- Tienes razón...- Subió la mirada hacia el rubio, quien simplemente sonreía con los ojos bien abiertos-. Tú, pronto te irás ¿No?

- Estaré unos días aquí, los demás pilares están descansado también aunque de todas formas estamos vigilando nuestros hogares.- Finalmente tomó asiento al lado de la pelirroja, dejando su cuerpo descansar sobre su hombro, había llegado hace poco tiempo de una larga misión-. Creo que podemos tener un poco de tiempo para... Ya sabes, los dos.

- ¿Acaso estás pidiendo una cita?.- Una suave risa se escapó de sus labios, teniendo como respuesta un asentimiento con las mejillas rojas por parte del Pilar-. Bueno... sabes que no me negaré, si quieres podemos ir al festival del pueblo, comienza mañana.

- Entonces mañana saldremos, hoy quiero descansar.- Cerró los ojos, acomodandose de a poco sobre la pelirroja, quien se limitaba a acariciar el cabello del más alto-. Aunque podemos hacer lo que quieras hoy, sabes que no tengo problema~.

- Un baño caliente, curare tus heridas e irás a descansar.- Iba a protestar, pero fue callado por las suaves manos de la fémina, quien lo miraba con el ceño ligeramente fruncido-. Debes estar muy cansado después de tantas misiones, además no creas que no lo he notado, aún tienes heridas.

- ¡Estoy bien! Siempre listo para el combate, no debes preocuparte.- Ladeo la cabeza hacia sus manos, dejando que estas recorrieran todo su rostro mientras cerraba los ojos-. Desearía que no te preocuparas tanto por mi, estoy bien aquí contigo.

- Nunca dejaré de preocuparme por ti, eres un idiota sin remedio desde que te conozco... han pasado más de 10 años y sigues siendo un terco.- Ante las palabras de la fémina abrió los ojos, levantándose para quedar frente a frente aún sentados, aunque la diferencia de estaturas era bastante obvia-. ¿Qué?

- Ya llevamos más de 10 años desde la primera vez que te vi... ¿No es eso maravilloso?.- Las manos del ojidorado fueron al rostro de la pelirroja, tomando su pequeño rostro entre estas mientras acariciaba sus mejillas-. Me sigues gustando de la misma manera, y creo que eso nunca cambiará.

- Cada vez que regresas me lo repites, tonto.- Compartieron una suave risa antes de unir sus labios, los dos necesitaban aquel pequeño contacto, lo deseaban desde que el pilar llegó. Suaves y lentos movimientos eran los que dirigian el beso, como si fueran un par de niños, aunque de cierta manera lo seguían siendo con apenas 16 años-. Tú también me sigues gustando como no tienes idea... Vamos a darnos un baño ¿Te parece?

- Claro.- Entre sonrisas mutuas se levantaron de la sala, caminando hacia el cuarto de baño. La casa de los Rengoku era bastante grande, el baño contaba con una pequeña sección de aguas termales donde entraban cómodamente hasta 4 personas, por lo que no era problema el ir juntos.

Cada uno se quitó la ropa por su lado, entrando con cuidado al agua caliente sin mirarse mucho. Cuando eran niños hacer eso era cosa de siempre, y ahora que eran adultos las cosas no habían cambiando... bueno, no tanto.

Amor en llamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora