-¿Alguna vez has oído a un cisne?
-No, supongo que es igual a un pato gigante. Dije riendo
-¿Un pato? Es la idea más simple que he escuchado. Los cisnes son aves siempre representantes de belleza y simbolismo, no son solo patos como tú dices. Me miró seriamente con esos ojos color avellana que tanto amaba.
-Bien, bien, no son patos, son seres de amor. Repliqué sarcásticamente.
-Como noto tu irónico interés en ello me veo en la obligación de mostrarte algo.
Samael me llevo al pasillo que conectaba nuestro grado con los más pequeños del colegio -Era el único lugar en donde se aspiraba paz en esa escuela de locos-.
Un largo pasillo techado con láminas traslúcidas que permitían el paso de los rayos del sol a aquellas jardineras y árboles frutales.-¿Lo ves? No son simples patos. Dijo señalando un mural.-Que podría jurar era más bien una fotografía enorme-.En el podía observar un gran lago y al centro en pleno vuelo un cisne, rodeado de hermosas rosas y unos cuantos cisnes más, igual de bellos.
Me quedé sin palabras:
-Nunca había visto este mural. Sonreí embobada por los colores.
- Es reciente, tiene dos meses que lo terminaron. Venía seguido a ver cómo pintaban, para ser sincero me corrieron un par de veces. Rió de manera baja.Siempre fue muy curioso, otra cualidad que amaba sin dejar de lado sus grandilocuentes discursos.
-¿Sabías que el cisne emite su canto más hermoso justo antes de morir?
-No, y no sé si lo notas pero antes de ver el mural creía que el cisne era un pato gigante.
- Es verdad, olvide que estaba con la experta en cisnes. Dijo señalando de manera burlesca el mural.
- Deja de jugar e instruyame maestro. Repliqué sacando la lengua como niña pequeña.
-Bien, te contaré, sólo unos pocos han tenido la suerte de poder escuchar este "canto"-Señaló, haciendo comillas con los dedos-. Aunque para mí es un lamento.
Saint Saëns en su obra "El carnaval de los animales" le dedicó una sinfonía.-Claro, su nombre lo dice, "El cisne". Interrumpí.
-Exacto, por un momento creí que eras una inculta- Dijo susurrando a mi oído-.
-Podré no saber muchas cosas pero la música clásica es mi pasión y mi violín lo sabe.
-En ese caso un día tocaremos juntos la melodía. Afirmó mientras tomaba mi mano. Pero nunca he tocado tan bella melodía, ni siquiera a lado de la orquesta.
-Yo... Aún soy pésima tocando. Mi madre lo compro y fuí solo un mes a clase.
Antes de contestar hizo un ademán como el que hacen los hostter antes darte una mesa y dijo en voz irónicamente elegante:-Puedo enseñarle, no es difícil solo necesita constancia My lady, permítame ser su maestro.
Ante eso reí y tome su mano. -Acepto- dije sin titubear.-¡Fantástico! Entonces es un trato. Aprenderás.
-¿Y si no lo hago? ¿Y si soy lenta?
- Es parte del proceso, si te rindes de todos modos te apoyaré, o en dado caso, la tocaré para ti, será... Nuestra canción. Sonrío de manera linda y un tanto coqueta.
-Claro... Nuestra canción. Hablé devolviendo la sonrisa.
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A cuatro cuerdas el amor
RomanceFreya es una joven estudiante de filosofía que vive enamorada de la vida, disfruta de las caminatas, el teatro, la literatura y la música. Su mundo se pone de cabeza cuando aparece Samael, un antiguo amor que significaba su mundo entero. Frey lucha...