Capitulo 2

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-¿Alguna vez has oído a un cisne?

-No, supongo que es igual a un pato gigante. Dije riendo

-¿Un pato? Es la idea más simple que he escuchado. Los cisnes son aves siempre representantes de belleza y simbolismo, no son solo patos como tú dices. Me miró seriamente con esos ojos color avellana que tanto amaba.

-Bien, bien, no son patos, son seres de amor. Repliqué sarcásticamente.

-Como noto tu irónico interés en ello me veo en la obligación de mostrarte algo.

Samael me llevo al pasillo que conectaba nuestro grado con los más pequeños del colegio -Era el único lugar en donde se aspiraba paz en esa escuela de locos-.
Un largo pasillo techado con láminas traslúcidas que permitían el paso de los rayos del sol a aquellas jardineras y árboles frutales.

-¿Lo ves? No son simples patos. Dijo señalando un mural.-Que podría jurar era más bien una fotografía enorme-.En el podía observar un gran lago y al centro en pleno vuelo un cisne, rodeado de hermosas rosas y unos cuantos cisnes más, igual de bellos.

Me quedé sin palabras:
-Nunca había visto este mural. Sonreí embobada por los colores.
- Es reciente, tiene dos meses que lo terminaron. Venía seguido a ver cómo pintaban, para ser sincero me corrieron un par de veces. Rió de manera baja.

Siempre fue muy curioso, otra cualidad que amaba sin dejar de lado sus grandilocuentes discursos.

-¿Sabías que el cisne emite su canto más hermoso justo antes de morir?

-No, y no sé si lo notas pero antes de ver el mural creía que el cisne era un pato gigante.

- Es verdad, olvide que estaba con la experta en cisnes. Dijo señalando de manera burlesca el mural.

- Deja de jugar e instruyame maestro. Repliqué sacando la lengua como niña pequeña.

-Bien, te contaré, sólo unos pocos han tenido la suerte de poder escuchar este "canto"-Señaló, haciendo comillas con los dedos-. Aunque para mí es un lamento.
Saint Saëns en su obra "El carnaval de los animales" le dedicó una sinfonía.

-Claro, su nombre lo dice, "El cisne". Interrumpí.

-Exacto, por un momento creí que eras una inculta- Dijo susurrando a mi oído-.

-Podré no saber muchas cosas pero la música clásica es mi pasión y mi violín lo sabe.

-En ese caso un día tocaremos juntos la melodía. Afirmó mientras tomaba mi mano. Pero nunca he tocado tan bella melodía, ni siquiera a lado de la orquesta.

-Yo... Aún soy pésima tocando. Mi madre lo compro y fuí solo un mes a clase.
Antes de contestar hizo un ademán como el que hacen los hostter antes darte una mesa y dijo en voz irónicamente elegante:

-Puedo enseñarle, no es difícil solo necesita constancia My lady, permítame ser su maestro.
Ante eso reí y tome su mano. -Acepto- dije sin titubear.

-¡Fantástico! Entonces es un trato. Aprenderás.

-¿Y si no lo hago? ¿Y si soy lenta?

- Es parte del proceso, si te rindes de todos modos te apoyaré, o en dado caso, la tocaré para ti, será... Nuestra canción. Sonrío de manera linda y un tanto coqueta.

-Claro... Nuestra canción. Hablé devolviendo la sonrisa.

A cuatro cuerdas el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora