07.

126 14 0
                                    

—Te extrañaré. — dijo la castaña largando un par de lágrimas de sus ojos.

—Volveré, tranquila. — dijo suave. —disfrutaré de las últimas personas que mataré y después regresaré al inframundo.

—Disfruta tu cena, demonio. — dice con una sonrisa. Se dieron un último beso y el azabache se fue volando.

Minyoun entró a la cueva y empezó a llorar, lo amaba tanto que le aterraba que no volviera.

(...)

Segundo día que el demonio se había ido de aquella cueva que tantos años había vivido con Minyoun, estaba destrozada, lo extrañaba tanto que podría morir por deshidratación.

—¿Cuándo volverás?

(...)

—¿Min? — una voz a las espaldas de la mujer se hizo presente, se volteó y se encontró con el que alguna vez ella llamó padre. Ella estaba en el pueblo y él fue el único que la reconoció.

—Hola. — dijo con su voz monótona.

—Me alegra verte. — dijo con una sonrisa. En cambio ella no hizo el mismo gesto.

—Lo mismo digo yo.

La castaña sabía lo que iba a decir su padre, él tenía miles de preguntas en su mente que ahora que tenía oportunidad de tenerla en frente le preguntaría.

—¿En donde viviste en todo este tiempo? ¿Comiste bien? — preguntó lo básico de todas las preguntas que tenía.

—No te diré, sobreviví por mi cuenta. Quisiste que desapareciera y lo hice, no me molestes. — dice seria.

—Cambiaste...

—Era lo de menos. Me tengo que retirar, ya obtuve lo que quería así que me voy.

Y desapareció de su vista.

—¿Maestro? ¿Quien era ella? — dijo un chico de casi la misma edad que la muchacha que acaba de irse.

—Nadie en especial. Vuelve a tu entrenamiento. — dijo el señor que se dio la vuelta resignado volviendo con los demás alumnos de la academia.

Pero el chico no quiso hacer caso y se fue detrás de la chica.

La siguió hasta que Minyoun entró a su hogar, la cueva de las piedras azules.

El muchacho se adentró más al bosque acercándose más y más, hasta apreciar las bellas y magníficas que eran esas piedras, sabía cuales eran, era una gran leyenda que se decía en el pueblo y en todos los reinos.

—¡No las toques! — dijo una voz femenina que el chico no se rescató que lo descubrió. —No hagas nada, sólo aléjate de aquí. — ordenó enfurecida la castaña elevando su brazo en modo de ataque.

—No eres el maestro o el rey para darme órdenes. — dice firme.

—No seré ninguno de ellos, pero te aseguro que si las tocas te arrepentirás. Vete de aquí, Jeon.

—Agradece que solo fui yo quien te descubrió espiando a los estudiantes del maestro. — dijo el chico que se llama Jungkook, se fue de ese lugar dejando a Minyoun aterrada.

¿Y sí vuelve?
¿Y si quieren destruir todo este lugar para conseguir oro?
¿Qué pasaría cuando Tae vuelva?

Eran las preguntas que pasaba por la cabeza de la castaña.







Historia repetida | kth | ✘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora