Decepción

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Querido diario:

No, no quise ir. Mi corazón era débil, él lo había destrozado una vez. No quería verle.

Y sin embargo, a pesar de que no fui a clase aquel día, aposta, mis lágrimas me acosaban, porque sabían que yo lo extrañaba como nadie.

Sentía nudos en la garganta y en el estómago, me odiaba, aún era capaz de querer estar a su lado después de lo que me hizo.

Después de querer abordar mi vida de nuevo causándome de nuevo este dolor y esta oleada de emociones tan horribles.

De romperme como un folio cualquiera.

Aún quería que él me protegiese, pero sin duda, quien debía protegerse de alguien, era yo, de mi misma.

Diario del pequeño corazón apuñaladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora