Los hombres se decidieron rápidamente a decirle todo a las chicas, podían usar otra vez la táctica que emplearon con Charlotte para convencerla de que eran semidioses, aunque sin destruir teléfonos ni lanzar armas punzo-cortantes a la cara de alguna de ellas.
- Verán, chicas, lo que estamos a punto de decirles puede que suene imposible o que nos consideren locos, pero deben abrir su mente para entender lo que está sucediendo. - dijo Adler, haciendo de portavoz.
- Déjate de rodeos, habla ya. - dijo Amaya, la rubia de piel pálida, la cual parecía impaciente o asustada.
- Somos semidioses, y estamos aquí porque Charlotte nos dio asilo tras una batalla contra una bestia. - Adler parecía decidido.
- ¡Claro, y yo soy la hija perdida de Michael Jackson, es más, mi amiga es Amaya, resulta que puede volar y lanzar rayos láser por la punta de sus dedos, y la bonita de allá es Sue, pero tiene una hermana gemela que te puede robar la cara! - Camila se llevó la mano a la cabeza e hizo como si aquello sonara totalmente lógico, pero ese sarcasmo se podía ver a kilómetros.
Armin, quien estaba situado detrás de su compañero austriaco, soltó una risa que al instante calló, porque su amigo volteó a verlo con cara de pocos amigos.
- Sue, ve por los guardias de seguridad.
La joven asiática atendió la orden de su compañera, pero cuando quiso dar un paso hacia la puerta notó que no podía moverse de su lugar, sus pies parecían pegados al suelo y le era imposible separarlos de ahí. Poco a poco comenzó a desesperarse, incluso Amaya fue en su ayuda, pero nada, sus pies no le estaban obedeciendo. El responsable de lo sucedido era Armin, sostenía firmemente los pies de la joven con la sombra bajo sus pies.
- ¿Qué está pasando? ¡Sue, muévete! - dijo Amaya.
- Eso intento, pero mis pies no se despegan del suelo por más que lo intento. - Hyun Sue de verdad estaba esforzándose, incluso se podían escuchar sus quejidos. Luego de unos segundos decidió quitarse el zapato para poder moverse, dejando este en el suelo.
- Creo que ya entendieron el punto, Armin, suéltala ya, podría lastimarse si sigue así. - dijo Hideo. Armin asintió, soltando a la mujer - ¿Lo ven? no estamos mintiendo, de verdad somos semidioses.
Eso no parecía convencerlas a todas, sobre todo a la latina, quien aún no se convencía de que eso fuera algo sobrenatural, era alguien agnóstica.
- Buen truco, aún no se cómo hicieron eso, pero tienen mi atención. Les daré otra oportunidad para decirme quiénes son y qué hacen aquí.
- Supongo que quieres pasar por lo mismo que Charlotte, - dijo Leo - vamos Hideo, haz lo tuyo.
El joven griego hizo caso a las indicaciones, pero cuando estaba por aparecer el cuchillo, la peligrís se puso delante de su protegido, algunas veces el chico podía ser demasiado obediente, al contrario que ella, la otra mujer podía asustarse de más o moverse, las posibilidades de salir herido con eso eran altas. Aquello desencadenó una ligera discusión entre las dos partes involucradas, la cual fue finiquitada por Armin, quien usó su capacidad de manipular las sombras para sostener el zapato de la coreana, elevándolo hasta ella con un "látigo" negro; Hyun Sue gritó al ver ese suceso tan inusual.
- Muy buena manera de mostrarle tus poderes a las chicas, Armin, no se me había ocurrido antes. - exclamaba Adler, elevando el pulgar de su mano izquierda en señal de aprobación.
- ¿Cómo hiciste eso? - dijo Amaya.
- Por duodécima vez, somos semidioses, tenemos habilidades sobre naturales, Armin es capaz de modificar y hacer uso de las sombras de todo lo que le rodea. Kat y Erick pueden usar cualquier arma que les den, incluso son capaces de invocar las suyas con solo pensar en ellas. Leo puede manipular el fuego y fabricar armas o armaduras, tiene una mochila sin fondo; en mi caso, soy capaz de usar habilidades parecidas a lo que hace el Sol, ya saben, cosas que tienen que ver con la luz y el calor.
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Crónicas Divinas: Rosas y Dioses.
FantasíaLos antiguos dioses griegos están muriendo poco a poco, la gente deja de creer en su existencia y las energías que guardaron comienzan a escasear. Ya no son lo que eran en su época dorada, son la sombra de los dioses que alguna vez gobernaron al mun...