Capitulo 1

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—No puede estar hablando encerio su majestad —dijo con la voz forzada como si quisiera gritarle —,le e servido a su abuelo y a su padre durante su reinado, majestad no me puede estar haciendo esto

—Es por eso Marín _se recargó sus codos sobre la superficie plana del escritorio —, ahora es tiempo de que se dediqué a su familia, creo haber escuchado que su hijo mayor acaba de terminar sus estudios, mis felicitaciones tiene unos hijos brillantes

Aquel hombre agarro con fuerza aquel bastón haciendo que la furia fuera hasta sus manos, pero el odio y el coraje se le notaba en los ojos era evidente que se se estaba conteniendo para no hacer algo que le costará la vida

—Es una lastima —dice con aparente nostalgia —, que el príncipe kaios, la dejara viuda tan joven y aparte sin ningún hijo

Aquellas palabras le tocaron en lo más fuerte de sus ser pero no le daría el gusto de hacerle ver qué a logro descolocar la con una sonrisa en su rostro le contesto;

—No se preocupe Marín _se levantó con elegancia —, como usted bien lo a dicho soy aún joven para procrear un heredero digno de portar la corona de Lingrich, y si me permite hay algunos asuntos que me requieren

Ella señaló la puerta mientras que su dama de compañía hacia una reverencia despidiendo lo, el resignado se levantó hacia la salida, pero antes de salir volteó a verla

—La veré en la junta del consejo —sonrió con malicia —, hay se tomará la decisión sobre mi cargo, recuerde que no es tan fácil desacerse de mí

—¿Es una amenaza? —cuestiono

—¡No, su majestad! —niega ofendido —, jamás haría algo como eso, recuerde que siempre seré fiel a los reyes de Lingrich , con su permiso su majestad

Hizo una reverencia para después salir con paso ligero, cerrando la puerta, ella dejo salir un suspiro para después llevar si mano hacia su cabeza, cuando sintió que sus piernas no resistirían ni un minuto más se tuvo que apoyar en el borde del escritorio

—¡Su majestad! —exclamo Meredith —. ¿Se encuentra bien?, ¿Quiere que llame al médico?

Ellas solo niega —No, ya se me está pasando, por favor manda a llamar a Dalton, nesecito encargarle algo

Meredith, asintió para ir a buscar a su más fiel consejero y amigo de Anastasia, cuando  entro al despacho ella estaba terminando de escribir una carta para después cerrarla con el sello de su reino, alzó la vista para ver a su fiel compañero

—Hola, su majestad —hizo una reverencia —, ¿Me mandó a llamar?

—Dalton, deja las formalidades —dijo con una sonrisa mientras iba a su encuentro —, que tú eres mi mejor amigo, mi más sabio consejero, y tu sabe todo sobre mi y sobre...

—y creme que me alegra ser alguien importante para ti —dijo el al momento que no pudo seguro hablando —, y seguiré fiel a tí, solo a ti

Ella lo miro directamente a los ojos y con una sonrisa mientras una lágrima recorre su mejilla, la que el rápidamente limpia con su pulgar

—Lo extraño —dijo en un susurro —, aún no puedo creer que se haya ido tan rápido de mi lado

Cuando no pudo más las lágrimas salieron sin dar tregua, aunque no sería bien visto el se acercó estrechando la en sus brazos consolando la, mientras ella se aferraba a su chaleco, se mantuvieron así por un rato el suficiente para que ella se tranquilíce, estrechada en sus brazos sintió el refugio que tanto necesita

—nunca quise esto —hablo en un susurro —, yo solo quería vivir feliz junto a el, y en un segundo me arrebataron todo dejándome vacía, sin nada

—¡No! —la lejos lo suficiente para que pudiera verla directamente a los ojos —, lo tienes a el, es lo único que tienes y debes protegerlo

—¡Lo sé! —se alejo tomando la carta en sus manos —, por eso nesecito mantenerlo lejos de aquí alejado de mí, nesecito que tú lo cuides —le estiende la carta

—¿Que es esto? —confundido lo tomo

—Necesito que vayas, le entregues esto, y que lo protejas con tu vida

—¿Pero que pasara contigo?

—Ahora yo no soy importante —dijo cerrando los ojos —, tengo que eliminar y encontrar a los culpables de la muerte de Cleo y de kaios, al igual que restaurar Lingrich solo así será seguro para que vuelvan, por favor cuídalo no permitas que nadie sepa su identidad —apretó sus manos —. Si su identidad es revelada su vida correría peligro

—Su majestad —Meredith abrió la puerta, y el rápidamente guardo la carta dentro de su chaleco —el rey Sandro está aquí

Tanto Anastasia y Dalton se vieron directamente a los ojos, el asintió para después marcharse, cuando salía por la puerta del despacho se vio cara a cara con el rey que lo miro con odio

—¿Que haces usted aquí? —no le aparto la mirada

—saludos su majestad —hizo una reverencia —, contestando a su pregunta, le recuerdo que soy amigo de la reina

—¿Intenta seducirla como lo hizo con Cleo? —al mencionar aquel nombre vio como el se ponía tenso —, ¿Ahora es ella?

—con el respeto que se merece como el rey —dijo con voz contraída —, no continuaré con esta conversación, que no es de su incumben, si me disculpa me pasó a retirar

Hizo una reverencia y caminó hacia la salida cuando escucho unas palabras que hicieron que detuviera su paso

—Ella me amo a mi —el rey no volteó a verlo —, aunque usted hizo de todo por separarnos

—Sandro —dijo Anastasia interrumpiendo a su ex-cuñado —, por favor entra al despacho

El volteo a ver aquel hombre que ya no estaba, para después entrar al al despacho, miro a Meredith parada junto al escritorio

—Meredith, puede retirarte —le dijo a lo que ella asintió

—¿No le tienes confianza? —pregunto Sandro a ella

—no confío en casi nadie —dijo sin titubear —, todos te traicionan

—pero veo que si confías en Dalton —los dos se miraron

—Dalton a estado conmigo desde mucho antes —expreso —, mucho antes de que los conociéramos a ustedes, y mucho antes de que Cleo se enamorara de ti, así que te pido respeto

—cambiemos de tema —dijo acomodándose en su asiento —hablemos de Nicolás.

La ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora