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— descansa — le dijo Jimin a Taehyung antes de salir de la habitación, cerrando su puerta detrás de él

El pelinaranja se dirigió hacia su habitación con la cabeza agachada, tratando de llegar lo más antes posible para poder llorar y desahogarse solo.

Taehyung le había contado las maravillas que pasaba con el príncipe Jungkook. De como lo trataba, como le sonreía, y de como parecía interesarse de verdad en él.

Si Jungkook llegaba a ganar, Taehyung tendría la mejor de las suertes. Gobernaría Yagakima con un Alfa que lo ama y respeta y luego tendrían hermosos cachorros.

En cambio él, ¿que tenia?

Jimin no sentía envidia por Taehyung. Él solo anhelaba un amor tan bello y puro como el que tenia Taehyung con Jungkook.

Pero ese no era su destino. Su deber era servir a los reyes Kim por el resto de su vida gracias al error de su madre. Y para colmo, el único Alfa que llegó a interesarse en él se iba mañana y no lo volvería a ver.

El resto de las sirvientas le saludaron y Jimin les correspondió el saludo con una débil sonrisa, acercándose a su puerta para abrirla.

— Minnie — le llamó Yoongi, acercándose a él

Jimin dio un respingo y frunció su ceño: — no me digas así que pueden oírte — frunció su ceño mientras miraba a su alrededor

Yoongi tomó sus mejillas para besar sus carnosos labios, sacandole un jadeo a Jimin, quien luego se separó con su corazón latiendo a mil por hora

— n-no puedes hacer eso — dijo en un susurro contra sus labios

El pelinegro acarició con su pulgar sus labios: — ya lo hice

Yoongi volvió a besarlo y esta vez ladeó su cabeza para profundizar el beso. Jimin cerró sus ojos y se dejó llevar por un momento de sus besos y caricias en sus mejillas, obsesionado con el aroma a menta que el pelinegro desprendía.

El Alfa se abalanzó hacia él para entrar a su habitación y cerrar la puerta detrás de ellos para luego deshacerse de su camiseta. Jimin se separó de él y una sonrisa ladina apareció por su rostro.

Yoongi tomó su cintura para cerrar el espacio entre ambos, uniendo sus frentes: — te amo tanto Minnie

Jimin negó, sollozando: — esto que haces es una locura — susurró

El pelinegro acarició la nuca de Jimin: — lo sé, y no me importa — volvió a unir sus labios con los de Jimin mientras acariciaba su cintura y espalda. Las manos de Jimin se dirigieron a sus mejillas y lo acarició suavemente, aceptando el beso.

El pelinaranja no soportaría estar lejos de Yoongi cuando se fuera, por lo que iba a aprovechar cada segundo con él de cualquier forma.

Aun si involucraba sexo

— c-carajo s-si, ¡a-asi! ¡M-Más rapido! — gimió Jimin contra su hombro

— iré más rápido si dejas de gemir tan alto — gruñó Yoongi contra su oído, dando embestidas mas profundas en Jimin

Ambos labios se rozaron y los de Jimin formaron una sonrisa mientras pequeñas lagrimas corrían por sus mejillas por el placer. Sus piernas se cerraron en la cintura de Yoongi y arqueó su espalda, soltando un pequeño quejido antes de correrse.

Yoongi suspiró, cerrando sus ojos mientras sentía a Jimin apretar su miembro. Tomó sus muslos para unas cuantas embestidas más y llegó a correrse dentro de Jimin.

— a-ah c-cielos — Jimin gimió suave al sentir el nudo del miembro de Yoongi expandirse en su interior, sollozando por lo doloroso que era — d-duele mucho

— está bien, tranquilo Minnie — le susurró Yoongi contra su rostro, dejando pequeños besos en sus pómulos

Ambos volvieron a besarse suavemente mientras el nudo se deshacía y así Yoongi podría apartarse y recostarse a su lado. Jimin cerró sus piernas adoloridas y cubrió su cuerpo bajo las sabanas.

Aunque no podían tener cachorros, y aquello tampoco formaba esa conexión especial que tenían los Alfas y Omegas, de alguna manera Jimin se sentía aun más cercano a Yoongi y viceversa

El pelinaranja se acercó a él para acostarse en su pecho, los brazos de Yoongi lo rodearon.

— voy a extrañarte mucho Yoonie — volvió a sollozar Jimin, negándose a dejar ir al Alfa

— yo también te extrañaré mucho Minnie — Yoongi besó la coronilla de su cabeza mientras delineaba la cintura de Jimin con sus dedos — prometo escribirte cartas todos los días y mandarte regalos en secreto...

Jimin sonrió triste y Yoongi continuó: — la próxima vez que vuelva, te sacaré de aquí y te llevaré conmigo...

— oh Yoonie... — el Beta hizo un puchero, haciendo contacto visual con Yoongi

— ¿me amas? — preguntó el pelinegro

— te amo mucho — Jimin ocultó su rostro en su pecho

Yoongi lo apartó suavemente y acarició el cuello de Jimin. Luego se acercó a la zona de la clavícula y la besó, pasando su lengua antes de colocar la punta de sus colmillos sobre este para marcarlo

— ¿q-que? — Jimin jadeó, ya le era imposible controlar su llanto

Yoongi acarició la marca con su pulgar: — no durará mucho, y hasta cuando desaparezca, volveré para sacarte de aquí

El pelinegro se levantó de su cama, debía irse y prepararse para el viaje de regreso a su hogar. Jimin entre sollozos se levantó y buscó a su muñeca preferida entre sus cosas privadas para dársela a Yoongi cuando estuvo por irse

— p-para que me recuerdes y tengas algo de mi — trató de sonreír mientras le colocaba la muñeca de trapo en sus manos

Yoongi la miró y sonrió por lo tierno que era, llevándosela a su pecho con la mano de Jimin: — la llevaré conmigo a todas partes

El pelinaranja no logró sostener su sonrisa por mucho y volvió a quebrarse en llanto. Yoongi lo abrazó con fuerza y besó sus mejillas para luego susurrarle: — nos vemos pronto Minnie

Lo soltó y salió de su habitación, haciendo una larga reverencia antes de irse.

Jimin cerró su puerta y corrió a su cama para meterse bajo sus sabanas y olfatear lo último que quedaba del aroma de Yoongi en su cama mientras acariciaba con la yema de sus dedos la marca temporal en su cuello


My King ᵏᵛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora