Maldita suerte

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Al final del capítulo les dejaré una pregunta en lugar de adelanto del siguiente capítulo así que espero hayan estudiado porque van a justificar su respuesta >:v

Maldita suerte
-Por Ethan Nakamura

Ya han pasado meses desde que llegué a este jodido lugar. Creía haber escapado al fin de abusos y burlas en el momento en que conocí a Alabaster en las calles y me introdujo a su grupo.

¿Pero cuánto duró eso? 2 o 3 meses hasta que un idiota nos vendió con otros del grupo a este lugar.

Fue un buen tiempo, en el que a pesar de cierta incomodidad que tenía, creía al fin haber encontrado una buena pareja, misma que siempre decía que no necesitábamos de un alfa idiota para ser felices como muchos aseguraban.

Era genial escucharlo tan confiado y seguro de eso. Posiblemente eso fue lo que me terminó atrayendo en primer lugar y es cuando pensé: ¿una relación omega-omega?

Es tan loca la idea que cualquiera se reiría de solo pensarla pero era justo lo que necesitaba en ese tiempo.

¿Qué dos omegas no pueden procrear juntos? Eso era lo que deseaba.

No importaba que solo fuéramos un par de omegas fugados o que cada uno tuviera sus propios complejos, simplemente éramos nosotros felices de estar en un lugar en el que pudiéramos estar seguros.

Pero como si fuera un corto cuento de hadas apenas duro todo. Apenas recuerdo algo de esa noche en la que nos atraparon. Todo fue tan rápido y surreal que no encuentro explicación de cómo o quién pudo ser la rata que nos vendiera.

Pero desde ese momento todo se fue al demonio. Aún recuerdo la fiereza con la que Alabaster peleaba contra los alfa de este lugar, valiéndole pasar sus celos en confinamiento y con casi nada de "lujos", como algunos los llamaban aquí, pero allí estaba yo para acompañarlo también.

Pero todo cambio tras uno de mis celos. La calentura me destrozaba y no podía hacer nada para complacerme y aliviar mi propia excitación.

Allí estaba tirado en el frío suelo, desnudo y sintiendo como mi piel ardía, mi pene duro y demandando atención, una atención que era eclipsada por la de mi propio trasero, mismo que tenía la sensibilidad al máximo y sentir como la lubricación aumentaba, dejándome una sensación fría que solo servía para torturarme más.

Creía que solo eso tendría que aguantar pero no, me equivoque terriblemente. Dos de esos tipos entraron, con máscaras cubriendo su nariz y boca, solo para vendarme, amordazarme y dejarme sordo tras ponerme unos cascos que me dejaban sin saber nada del mundo.

...

Cuando volví en mí y estaba de nuevo en mi aparador lo volví a ver. Alabaster no solo se veía fatal físicamente, por todas las marcas que aún no desaparecían de su piel, sino también por sus ojos que ya no tenían ese brillo que tanto me habían encantado.

Se disculpó diciendo que era todo y se fue, simplemente se fue con la cabeza gacha como un condenado a recibir la muerte que le habían sentenciado.

No tarde mucho en saber, por murmullos aquí y allá, de que ahora era el único omega que trabajaba en este pútrido lugar, aunque era más el perro faldero del tipo a cargo de este lugar, y también mi suerte empezó a irse más al demonio.

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