Celo de un alfa deseoso

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¿Solo quieres porno y no trama por hoy? Pues disfruta este capítulo.

Celo de un alfa deseoso
-Por ??????

La habitación era caliente, demasiado caliente aún con el aire acondicionado encendido con la temperatura en lo más bajo. Solo podía maldecir por el calor que mi cuerpo me provocaba, más por demandarme salir y buscar a ese chico que se volvía el objetivo de mis más bajas fantasías.

Mi mano subía y bajaba de mi erección pero no era suficiente, igual que la primera vez que entré en celo.

En mi mente solo podía maldecir a mi padre por la vil mentira que me dijo. Estoy seguro que lo escuche carcajearse hace ratos por tragarme el cuento de que está calentura no sería tan elevada como la de la vez anterior.

Sostuve con fuerza mi erección y agradecí haber tirado mis sabanas al suelo o me habría enredado con ellas de nuevo por buscar el lubricante que deje en la mesita de noche.

Cuando al fin lo tuve en mi mano libre y lo apliqué en mi erección solo pude gruñir por el alivio momentáneo del helado líquido aplacar el calor que sentía.

Ver como mi pene era cubierto por el lubricante y mi otra mano lo regaba por toda su extensión, como si recién me lo hubieran chupado, solo me hacía pensar en un chico, ese de labios rojos de mi salón. Uno de los pocos omegas del instituto.

Me atraía, no lo niego, y ahora solo deseaba que fuera él quien atendiera con su boca mi polla. Solo pensar en que mi mano agarraba sus cabellos para obligarlo a tragarse mi hombría y que se perdiera en esos labios me la ponía más dura.

Por un momento quise detener mis pensamientos, ya que si él los escuchara estoy seguro que me alejaría con mucha razón pero recordé algo: estoy encerrado, en mi cuarto y desnudo con mi propio celo. Todo eso me hizo deshechar la idea y seguir complaciéndome.

Cerré mis ojos y me entregué a mis propios y oscuros pensamientos. Verlo como me satisfacía con su boca me enloquecía y el sonido tan húmedo y obsceno me hacía gruñir por recordarme mi soledad.

Mi mano izquierda pronto empezó a pasearse por mi cuerpo.

Necesitaba sentir el calor de su cuerpo chocar contra el mío.

Mi mano apretó fuerte mi muslo antes de soltarme y subir lento y tortuosamente a mi abdomen, donde su lento pasar me provocaba escalofríos de placer que mi boca aprobaba con gemidos.

Pronto mi mano comenzó a jugar con una de mis tetillas, aumentando más el placer al sentir como sentía endurecerme más, y otra imagen se formó en mi cabeza.

Allí lo tenía, lamiendo y mordiéndome donde mi mano izquierda tocaba mientras más abajo era su mano la que me complacía mi miembro.

-Me encanta...

No sé qué tan bajo o alto debí decir eso pero no podía evitarlo. Tenía que responder cuando me pregunto si me gustaba como me atendía y viendo cómo también tenía su propia erección deseaba atenderlo.

Sin abrir los ojos, ya que ni loco perdería esta imagen mental perfecta, rebusque mi almohada y la use para casi cubrirme la boca.

La imagen mental cambio de nuevo y necesitaba morder algo. Ahora yo estaba sobre él, mordiendo con fuerza y escuchando sus quejidos por la fuerza con la que lo hacía.

Solo quería morderlo y marcarlo donde sea. Su pecho, su espalda, sus hombros... arrancarle su maldito collar y marcarle en el cuello fue liberador aunque solo pasara en mi mente.

Lo deseaba y necesitaba en estos momentos. Necesitaba hacerlo mío y deseaba marcarle de tantas maneras que ya mi mano no era suficiente para poder satisfacerme.

Deje de morder la almohada mientras abría los ojos, dejando ir mi perfecta imagen mental, solo para gruñir de frustración por mi soledad y dejar de tocar mi polla.

No, ya no era suficiente mi mano y eso solo me enojaba más. Gruñí de frustración y me levanté de la cama, que para estos momentos las sábanas ya estaban más que desordenadas pero poco me importaba.

Mi padre, al que sigo queriendo matar por su pequeña mentira, me había regalado en secreto un juguetito que podía usar, que creía innecesario en su momento pero su sonrisa me dijo que de verdad iba a utilizar.

Con vergüenza saque una caja de debajo de mi cama. La abrí rápido y allí pude verlo, uno de esos juguetes que emulan lo que tanto deseaba romperle.

Volví a subirme a la cama solo para ir por el maldito lubricante. Necesitaba lubricarlo un poco antes de usarlo y el dolor y el calor de mi miembro solo me recordaba que debía atenderlo ya o me volvería loco.

Divino placer sentí cuando al fin probaba su interior. Suspirar y gruñir era una misma cosa en este momento para mí mientras usaba mi mano para subir y bajar el juguete, mismo que me complacía mejor que mi propia mano y que llegaba a sentir me exprimía la polla.

Volví a cerrar los ojos y volvía a la misma fantasía.

Ahora era diferente y le sujetaba con fuerza las caderas mientras las mías las movía con toda la fuerza y velocidad que me eran posibles. Sus gemidos eran música para mis oídos.

En una de esas entre con todas mis ganas y el grito que pego era sublime pero necesitaba más. Con él en cuatro me subí encima suyo, con mi mano tomé sus oscuros cabellos y obligué que su rostro tocara la cama, obligándolo a levantar más sus caderas.

Era casi perfecta la posición, casi. Con mi brazo libre obligue a que arqueara más la espalda y, al ver que ya no podía más, retire mi brazo y lo estiré para usarlo de apoyo en esta posición.

El verlo sometido a mi voluntad era simplemente liberador. Nada de estrés o preocuparse por lo que otros dirían. En estos momentos solo importaba lo que quería y eso era seguir así, hacerlo mío hasta que ya no aguantara más y cayera cansado y satisfecho encima suyo.

Su calor, su cuerpo, sus gemidos... todo... todo quería provocarlo de verdad. Hasta el más mínimo detalle quería recrearlo con él.

Todo era perfecto pero mi cuerpo ya estaba teniendo suficiente. Sentía como mi polla se ponía más y más caliente a medida que continuaba subiendo y bajando mi mano con el juguete.

El orgasmo estaba cerca, mis gruñidos de placer e irritabilidad por tener que perder mi imagen mental perfecta eran la prueba de ello.

Al abrir los ojos pude verme de nuevo solo en el desorden que se había convertido mi habitación, conmigo en el centro de todo. El sudor me había bañado completamente en este tiempo, a pesar de estar seguro que la habitación del cuarto debía ser invernal.

A cada movimiento sentía que estaba más cercano a estallar. El poco control que aún me quedaba lo utilicé para liberar mi polla del juguete y seguir con mi mano, que deslizaba de mejor manera por el lubricante.

Estoy seguro que se nublo mi vista cuando finalmente acababa y cada disparo de semen me dejaba más atontado que el anterior.

Poco me importo que todos hayan caído sobre mi cuerpo cuando cerraba los ojos. Me sentía casi satisfecho del todo pero el cansancio que tenía me podía más.

Preferí caer dormido sin limpiarme, total que nadie entraría a mi cuarto y luego podría ir a mi baño a limpiarme apropiadamente.

Solo deseaba tener el cuerpo de ese chico de labios rojos en mi cama cuando despertara y pasar más feliz lo que quedaba de mi celo.

Creo que esta es mi única oportunidad de decir que este capítulo es una paja total XD

Si alguien me quiere linchar por el mal chiste puede hacer cola a la par de la mesa donde están las galletas de chocolate.

¿Diré alguna vez quien es el alfa que narra el capítulo y quien es él omega de su deseo? Si, pero no este día, aunque el alfa está en la historia y no dire nada más de él, por el momento.

Así que solo espero que lo hayan disfrutado ._.)/

Cualquier sugerencia o duda lo pueden dejar aquí \._./

Boys for SaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora