°Drable.
Extensión = 419 palabras.
Advertencia: ninguna.
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Acostado en su cama junto a su mejor amigo quien estaba durmiendo. Hermoso rostro tranquilo, en paz. Los labios abultados y entre abiertos dejando salir pequeñitos ronquidos, tan tierno e inalcanzable.
Tan cerca y también, tan lejos.
–Quisiera ser correspondido ¿sabes?– comenzó diciendo viendo hacia el techo blanco y aburrido de su habitación– tenerte entre mis brazos, darte todo lo que te mereces, ángel de mi vida. Dios, si el tan solo me diera una oportunidad– volteó hacia un lado– te haría feliz, te traería una flor diferente cada día, te trataría como mi rey y yo sería tu fiel lacayo, Park Jimin ¿cómo decirte que me traes loco, en las nubes? ¿cómo hacer para que veas que eres al único que miro?... al único que amo– trato de acercar su mano para acariciar su mejilla pero se arrepintió.
»–Se que no debería estar sintiendo algo por mi mejor amigo, pero, pecado es robar y no amar ¿verdad?– sonrió de lado y suspiró– pero si, tampoco debería estar diciendo esto en voz alta; como persona normal tendría que pensar en guardarlo en lo más profundo de mi alma y jamás hacerle ver la luz a mis palabras, ¡pero demonios!, no puedo... ya no. Quiero que sepas cuánto te admiro, anhelo, quiero y amo. Sin embargo, antes de haber dicho media palabra de lo que estoy balbuceando ahora, tú ya estarías a más de diez metros lejos de mí. Asustado y confundido, porque homofóbico no eres ¡tu padre se casó con otro hombre!– suspiró otra vez y comenzó a jugar con los dedos pequeños y gorditos de su amado platónico– en fin, eso es lo que quería decir, pero no espero respuesta; después de todo estás dormido y...– le volteó a ver y Minnie suspiró entre el mundo de los sueños– y mañana invitaras a salir a una linda chica... una que no se llama Jeon Jungkook y no es hombre.
Se lamentó un poco porque su voz ya en lo último sonó tan triste, soltó la mano de su mayor y por fin se decidió en caer a los brazos del dios de los sueños.
Pero claramente escuchó una burla con tanto cariño bañada que por poco deja de ser burla.
–Entonces espero mañana un tulipán, mi amado sirviente... también te amo– una risita y él también sonrió.
Cerró los ojos y felizmente durmió con su amado entre sus brazos, tal y como él había soñado siempre.
Bueno, desde que supo que se enamoró de su mejor amigo.
|F|i|n.
